La Capital, 28 de abril de 2000-
Exorcismos... ¿Qué hiciste tú en la guerra, papá?
Un experto en sectas de esta ciudad, el Sr. Eduardo Lause, en un relato publicado en este periódico, narró sus extrañas experiencias como exorcista cuando era pastor de Los Niños de Dios. Sin embargo, pese a su conocimiento de la cuestión, considera que las hermanas sospechadas de parricidio, en el caso de Saavedra, son enfermas psiquiátricas, lo que significa que debieran ser absueltas. Desgraciadamente tienen esa misma tesitura los médicos tratantes, que han dictaminado que ellas no tienen conciencia de haber matado a su padre y creyeron haberle sacado el demonio del cuerpo.
Fundamentan ese dictamen en la convicción de que ambas hermanas padecen de "alucinaciones" y tienen características "paranoides", ya que también creen que su madre falleció hace cinco años a consecuencias de un "daño" y que los ruidos de su casa se deben a que estaba "embrujada", todo lo cual las llevó a practicar el fatídico "exorcismo".
El dictamen médico tiene graves consecuencias, porque un crimen tan horroroso puede quedar impune en base a la presunta demencia de las imputadas.
Por el contrario es necesario que la sociedad llegue al pleno convencimiento de que lo que han hecho estas hermanas no cae en el campo de la locura sino en el de las creencias aberrantes que impulsan a cometer delitos.
A los psiquiatras les parece "paranoide" que alguien crea que se puede matar a otro por medio de "daños" y que se trata de una "alucinación" creer que los ruidos que se puedan escuchar en una casa estén causados por demonios. Sin embargo ambas creencias son compartidos por mucha gente. Si eso implicase un estado de demencia cualquiera podría llegar al homicidio contra el que crea que les produjo un "daño" y salir absuelto sin más, con una simple internación en un sanatorio psiquiátrico.
Ocurre que los llamados "mentalistas" siempre le dicen al que los consulta, porque es su negocio, que el problema económico o sentimental que sufre se debe a un "daño" que le hicieron. Cuando el consultante les pregunta si se trata de una pariente o vecina con la que no se llevan bien, estos charlatanes siempre lo confirman, con lo que profundizan las rencillas existentes.
Los jueces enviarían un mensaje muy grave a la sociedad si absolviesen a las parricidas por demencia. Desgraciadamente ya resolvió así el juez que juzgó la tragedia de Lonco-Luan, absolviendo al grupo de indios mapuches que habían asesinado a tres niños y a una mujer porque un pastor pentecostal los había convencido de que estaban endemoniados. Lo mismo ocurrió en una aldea de pescadores del nordeste brasileño en la cual arrojaron a varios niños al mar para que se ahogasen debido a las mismas creencias.
Absolver por demencia a quienes cometen delitos tan repugnantes llevará a dar luz verde para que se repitan esos hechos. Con la misma excusa la historia tendría que absolver a Torquemada, al alguacil que quemó vivas a las llamadas "brujas de Salem" y a todos los inquisidores que torturaron y asesinaron a millones de personas porque las consideraban poseídas por el demonio. Asimismo terminaríamos diciendo que Hitler era un loco y no lo que realmente fue, una persona con ideas y creencias aberrantes que lo llevaron a realizar crímenes horrendos de los que era plenamente responsable, tal como lo son las hermanas Vázquez:
No hay motivos "sublimes" para el crimen. Ni el "amor", como sostenía el que mató a Carolina Ale, ni la "patria" como se justifican los terroristas de ETA, ni la "defensa de la religión verdadera" como creían los inquisidores, ni "expulsar los demonios" como pretendieron las hermanas Vázquez.
Es deseable que en este mundo que nos toca vivir se sepa claramente que el que las hace las paga, sea que esté endemoniado o sólo se mande la parte.
Y al ex pastor de Los Niños de Dios, que ahora es partidario de la absolución de las parricidas, le preguntaríamos sobre su vida dentro de la secta, recordando el título de una conocida película. ¿Qué hiciste tú en la guerra, papá?
Abogado Héctor Navarro Eduardo Lause