DENUNCIA
Señor Juez de Instrucción:
HÉCTOR WALTER NAVARRO, abogado, constituyendo domicilio legal en calle Moreno 1045 de esta ciudad, en la causa abierta con motivo del fallecimiento de una persona en dependencias de la institución REMAR, en la localidad de Piñero, ante V. S. respetuosamente me presento y digo:
1º) Que vengo a solicitar se investigue la comisión del delito de Reducción a la servidumbre a los responsables de la asociación REMAR.-
2º) Es el caso que estuve hablando con el Sr. Máximo Fernández, que es el hombre que estaba cubierto por las moscas, sin habla y a punto de morir cuando fue visto por los medios de comunicación.-
Gracias a los cuidados y a la alimentación que se le brindó en el Hospital Provincial, donde ocupa la cama 1 en la habitación 210, ha recuperado el conocimiento y me relató toda su odisea con el grupo REMAR. Hago constar que el relato me lo hizo en el horario de visitas del día domingo 28 de marzo, de dos a tres de la tarde. El resto de los internados y sus visitantes estaban horrorizados de lo que escuchaban. Entre las personas presentes estaba la Sra. Adriana Juncos, de calle Viedma 69, quien está dispuesta a testimoniar lo que escuchó de boca del Sr. Máximo Fernández.-
Máximo Fernández nació el 10 de enero de 1934. Fue dueño de un ómnibus de la línea A. Tuvo problemas con su esposa y perdió su único hijo, que falleció en un accidente. Al quedarse sin bienes, se dedicó a la venta de gas en garrafas y terminó teniendo problemas de alcohol. (Estos datos los obtuve por intermedio de una hermana, a quien ubiqué).-
En una fecha que no sabe precisar ingresó a REMAR, y fue trasladado a Comodoro Rivadavia, a un lugar en pleno monte, sin vecinos, donde debía soportar un frío intenso y sin abrigo. Al igual que en Piñero, los colchones eran de paja, sin sábanas, almohadas y con solamente una manta.-
En Piñero lo hacían trabajar con barro, haciendo ladrillos. No había medio sanitario alguno. Solamente un retrete con un agujero en el suelo, lleno de moscas verdes, al que era imposible entrar.-
Le daban de comer comida que muchas veces estaba podrida. Si alguno protestaba lo mandaban "al recreo". Cuando escuchó por primera vez esa expresión creyó que se trataba de un paseo o distracción. En realidad era una estrecha celda de confinamiento, en la cual el que era castigado permanecía hasta una semana sin comer, durmiendo en el piso porque no había elemento alguno. Al castigado lo sacaban a la mañana, por un rato para que tomara agua y, si había aguantado, para hacer sus necesidades.-
Máximo Fernández me contó que en Comodoro Rivadavia son peores aún las condiciones de confinamiento, por que el "cepo" (así lo llama) ni siquiera tiene techo. Es decir, están aprisionados con llave pero a la intemperie al mismo tiempo.-
Se castigaba con ese "recreo" también por otras razones: No haber demostrado suficiente devoción en las reuniones religiosas, haber intentado escaparse (la falta más grave), no haber trabajado a satisfacción.-
Me dijo también que no se los proveía de ningún medicamento y que nunca los llevaban a algún hospital. Que solamente concurría una persona que decía ser médico, pero que no les recetaba remedios.-
Que en muchas ocasiones les servían comida podrida. Que a los que se quejaban se los encerraba en las celdas de confinamiento. Que él había optado por no comer esa comida, sin quejarse por miedo al castigo.-
Que la comida que sobraba se servía al día siguiente. Cuando yo le dije que no había problema con eso, que en la heladera se conservan en buenas condiciones los alimentos de un día para el otro, se rió, porque en el lugar no hay heladera.-
Cuando le pregunté por el televisor que se veía en el lugar donde estaban los ancianos, me explicó que no era visto por ellos, que siempre estaba en la oficina de los directivos.-
Que no se podían bañar, no había jabón, ni toalla, que ni siquiera había agua.-
Cuando le pregunté si le molestaban las moscas, me contestó "me cache en dié si me molestaban", pero que nada podía hacer.-
Que a la mañana le servían mate cocido sin azúcar y con pan muy viejo..-
Que no estaba permitido recibir visitas en el lugar.-
Que a los internos les quitan los documentos para impedir que se puedan fugar.-
3º) Que considero que tales condiciones ponen de manifiesto que además del delito de abandono de persona es evidente que se cometió el delito de reducción a la servidumbre, en especial por la existencia de las celdas de castigo con privación de alimentos por largo tiempo, por lo que solicito se investiguen tales delitos.-
4º) Que para ellos solicito se le tome testimonio al Sr. Máximo Fernández y a los demás internos del geriátrico clausurado, en especial se les pregunte respecto a las celdas de castigo y causas por las cuales se los castigaba.-
5º) Que se constate la existencia de las celdas de confinamiento antes de que sean desmanteladas.-
Proveer de conformidad
SERÁ JUSTICIA
Dr. Héctor W. Navarro
Abogado
Col. Abog. Rosario Libro nº IX - Fº 95
Trib. Federal Tomo 87 Folio 802
Moreno 1045 - Tel 4488431
2000 - Rosario