e o m . aire . 4 . octubre 2001            
                     
                       
        e o m . aire . 4 . octubre 2001          
         

Delirium

Tremens

Leo Zelada

       
       
       

 

   
                       
       

 

     
 
ULISES
 
 

 

I

el oro rojo

II

la arena rubia

III

detrás del océano
un hombre solitario espera

 

 

 

 

   
   

 

 

 

UNDERGROUND BLUES PARA JIM MORRISON

 

luna roja
y en la radio la precisa melodía
proyecta tus arpegios endiablados
viejo Jim Morrison
arqueas la cintura
la sensualidad de tus labios
y entre filtros de peyote
y vasos de aguardiente
te diriges peligrosamente
hacia el fin
 
  - enciendes el cigarro
alzas la copa de vino
y brindas por ti, por Blake
Artaud, tus oscuros fantasmas -
la mirada extraviada  
  el seco gemido
nadie entiende el descarnado alarido
que parte el cielo en pedazos
la muerte traidora danzando
sobre tu cuerpo
la soledad desnuda en medio del escenario
el baile indio
 
 

 

el suicidio anunciado

 

entregando en cada concierto
tu más rotunda agonía
rey de los lagartos.

 

 

 

 

 

       

 

 

 

 
KALASASAYA
 

 

 


yo soy el degollador
de pukara
aquel que
-uds-
a escondidas temen
llevo en mi pecho
cercenado
el totem de la estirpe
enamorada
y en mi brazo anudado
de misterio
el puñal promontorio
del olvido
he venido
hasta aquí
pirámide trunca y
escalonada
tu cuerpo
a ascender
en tu mítico pórtico
aliento
a subir
los peldaños incólumes
de tus senos
y
en tu altar
donde late en enigma
tu sexo
cremar el pasado
matarlo en cenizas
y al fin y al cabo nada
quedará

 

 

ni el ritual de tus ojos
consumiendo el recuerdo

 

 

de tus pasos milenarios
pequeño hombre

 

 

ni el silencio cómplice
ocultando el dolor

 

de huaca prieta
a pesar de tu

 

 

nada

 

búsqueda

 

 

solo el vacío

 

desesperada

 

 

vasto e inmemorial

 

en las playas desoladas

 

 

de tus míticos cabellos

 

del olvido

 

 
alentando insistente
a la memoria
de la voz intemporal
de los silencios
 



tu voz

 

 
   
             

 

 

         
 

 

6:15

- el Hombre Murciélago
Ciudad Gótica -

 

 

 
  Y a pesar del ensordecedor
y estridente ruido de los autos

aún escucho tu voz
tu voz

     
      derruyendo
 
 
mis antiguas creencias
 
  mitigando en polvo
mis estúpidos temores
     
 
mujeres de urbanos y azules
 
      cabellos
 
 

y sonrisa incólume de cristal

 

 
  si creyese en Brahma (a)
creería en la reencarnación de
tu mirada
     
 
mas solo creo
 
 
en tus desgarbados y azules
     
 

cabellos

     
 

tan distantes

     
 
como verdes astros
 
 
ardiendo
     
 
que en noches como ésta
     
 

en vano trato de alcanzar

     
 
qué puedo ofrecerte
     
 

sino

     
 
mi onirica amargura

mi abrasador lamento

un grito destemplado

lanzado
agónico al vacío
     
      este poema
 
 

la noche me encuentra

     
 

ahora

     
 

entre anuncios luminosos

 

     
  y
vouyeurs rascacielos
delineando el atormentado
trazo de mi piel
     
 


como un descarnado
cuadro de van Gogh


     
  y yo no sé
que será de mí
lobo hombre solitario
en brutal desenfreno
por sórdidas calles
     
 

si lo único real
ahora
es la irrealidad
de tu mirada

     
 

mi vida constante agónica ocaso
eterno suicidio
desesperado crepúsculo a punto
de extinguir

ignoro
el sabor improbado de tus labios

y sin embargo como

explicarlo

me perteneces
desde antes del origen de los tiempos
desde siglos antes que

 

  nacieras
 
 

y tu tal vez te preguntes
quién soy / qué busco
qué pretendo al no cesar
nunca de observarte
yo soy aquel hombre
que has estado esperando
en tu larga contemplación de los vacíos
el héroe absurdo que se niega inútil
a abolir el recuerdo

 

     
 
- oh tigresa de marfil urbano que me vas royendo -

 

 
 

bella
como el intenso
resplandor de la luna
aún tu cuerpo
se enreda frenéticamente
junto al mío
en las noches
incesante
de delirio

 

ensoñación de un crepúsculo
que pugna desesperado por salir
suavidad de flores
cayendo encendida en la mirada
invierno de mar
huyendo desesperado de los trópicos
niña tonta que se niega
a usar tacones
y abrir sus alas y partir

 
 
 

sigue,sigue jugando
con tus muñecas azules
y tus ingenuos
origamis de papel
que yo velaré
de tu onírico sueño
de insulsos demonios
y oscuros dragones
que mantendré a raya
con mi roja capa
tan pura como el fuego

como el primer hombre
- soberano de la noche
amo de la oscuridad -
que habito desconocido estas aceras
penetrando arma en mano
puñal en pecho
al denso enigma de tu piel

 
 

 

bombas molotov
tenues muchedumbres

 

     
     

las 6:15

 

 
 

 

y mis pasos
no hacen mas que repetir
el eco intacto
de
tu nombre.

 

 

 
   

 

 

       

 

     
 

Leo Zelada

Nació en Lima (Perú) el 6 de enero de 1970.
Su obra ha sido reconocida por los principales medios y crítica literaria de América Latina, Estados Unidos, España y Francia.

 
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