Carta de Cristina Retta al 6°D2 - Noviembre de 2008

Querido Daniel  (y queridos chicos del 6°D2 – si me permiten llamarlos así- ):

  ¡Q ué sorpresa! Por supuesto que te recuerdo, Daniel, por tu nombre y en especial porque diseñaste para mí aquella carátula sobre participación educativa. Qué bueno que me hayan contactado... ¡Tanto tiempo y tantos cambios en nuestro país y en nuestras vidas individuales!. Este resurgimiento es una incursión en una etapa de nuestro pasado que fue para ustedes y para mí muy trascendente.

Paso a darles un pantallazo de lo que ha sido mi vida desde entonces. Al año siguiente a ustedes (digámoslo así), a fines de 1984 concursé en la Universidad de Brasilia para una plaza de Maestría en Historia y a partir de allí entré en otro período muy distinto de todo lo anterior. Pasé el 85 y el 86 en Brasilia haciendo ese programa con una beca de esa universidad y me hubiera pasado a Río de Janeiro para continuar con el doctorado (en esa época no existía aún ese grado en Brasilia). Solo que mi vida tomó otro rumbo más alejado de Brasil-Río, ya que me casé con un alemán que por motivos profesionales fue destinado tres años a Paquistán. Así las cosas, fue mi suerte conocer primero Asia que Europa, y un país que en aquella época (bastante alejado del islam radical de hoy), representaba para nosotros dos, ambos jóvenes iniciando la treintena, todo un universo diferente por el que sentíamos gran curiosidad.

A mediados del 89 volvíamos (recién) para Alemania-Bonn. Y bueno, luego llegaron los hijos (hoy Lorenz con 18 y Luciana con 17), y de nuevo un cambio en el estilo de vida, nuevas mudanzas... Para mí sobrevinieron años de bastante renunciamientos personales y dedicación al hogar (en todo el amplio sentido de la palabra). Después de un paréntesis profesional de casi cuatro años y ya viviendo en Luxemburgo, retomé mis intereses intelectuales: las clases, organización de seminarios sobre América Latina, clases de idioma español y demás.

Ya como familia, tuvimos una segunda estadía en Brasilia entre el 96 y el 99, y allí reenganché con el doctorado en Historia, esta vez orientada a la investigación del Cercano Oriente, ya que mi tesis versó sobre el conflicto árabe-israelí (el master lo había hecho en un tema de historia americana). Otra diversificación más; unas experiencias extraordinarias a nivel profesional, con un trabajo de campo interesantísimo en los territorios palestinos y en Israel, además de los contactos en el Benelux que eso implicaba. Fue un período muy fructífero en cuanto a realizaciones personales.

Hasta el año 2004 he trabajado en investigaciones vinculadas a la política euro-mediterránea, al por entonces llamado “proceso de Barcelona”, donde se juegan muchas puntas de la política internacional norte-sur y mundo árabe-occidente. Por entonces vivíamos en Atenas.

Desde mediados del 2005 estamos viviendo por segunda vez en Berlín, una ciudad fascinante que tuve oportunidad de conocer en evolución: desde aquellos tempranos 90, que derribaban el muro e iniciaban una febril empresa de limpieza de ruinas y escombros, hasta ahora, que se ha vuelto a alzar de forma descomunal y a veces irreconocible.

Aquí, actualmente soy profesora del Instituto Cervantes en el área cultura (dos seminarios alternados: “América Latina hoy” y “Cuentos de Latinoamérica – imágenes literarias para conocer mejor la historia del Continente”- y también doy algunas horas de Español Lengua Extranjera (tuve que sacar este diploma ante la Universidad Humboldt de Berlín).

No puedo decir que he tenido tiempo de aburrirme; todo lo contrario, el tiempo vuela y me gustaría estar en más cosas aún. Desearía poder ir más veces al año a Uruguay y tener más contactos pendientes allí, en lo cultural, que los que me han quedado en efecto. Tengo en Montevideo a mi madre, a mi hermano y algunos amigos, pero los compañeros del IPA de aquella época, y los colegas profesores de entonces, los que éramos efectivos del Dámaso por ejemplo, estamos muy dispersos y desconectados. De ahí que me parece casi mentira que después de tantos años, ¡mis ex-alumnos me recuerden! ¡qué épocas!

No imaginan lo contenta que me quedo de este reencuentro. ¡Gracias! Los quiero mucho. Un gran abrazo espiritual.

CRISTINA.

E-mail: cliourug@hotmail.com )