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Esta es la hermosa historia de un joven
llamado Esteban Daniel González Espejo de 22 años de edad,
vivía en una humilde población, de las más pobres
de nuestra decadente ciudad, donde la vida no se extingue día a
día, sino más bien, ésta se alarga en un lento calvario
a través del ardiente cemento, que aplasta al que alguna vez fue
un verde valle. Esteban, el niño que alguna vez soñó
con ser anímador de tv, médico, astronauta, futbolista,
actor o cantante, y poder brillar en esta opaca ciudad; lamentablemente
la vida lo condenó a ser moreno, gordo, a no ser inteligente, a
no tener buena voz, a no tener piernas para el futbol, a ser feo y a ser
pobre, lo condeno a que su padre fuera asesinado frente a sus ojos en
una discusión con un amigo, en sus incontables tomateras; a que
su madre tuviera que trabajar 15 horas diarias los 7 días de la
semana, a que sus dos hermanos mayores estuvieran en la cárcel
y que su hermana menor fuera sordomuda; esa vida de la que tanto hablan
que hay que amar y esa que solo le dio la calle, un par de amigos, muchas
drogas, alcohol y demasiada soledad.
Ese fue mi único pensamiento al despertar,
la caña me era insoportable y mis narices estaban muy tapadas con
toda la falopa (cocaína) consumida anoche, me dolía el estomago,
tenia ganas de buitrear (vomitar), mi cuerpo tiritaba, la retirada de
la droga era terrible, ya empezaba a pedirme más, me era imposible
pensar bien, los sueños e ideas eran prácticamente nulos,
el dicho "la droga coarta tus sueños" parecía
que no era tan mentira, el cerebro se me estrujaba en un punzante dolor
en la parte de atrás de mi cabeza, pero que importa, es así
siempre y así será... otro día más como cualquier
otro...
Miré hacia el suelo y vi mis pantalones,
revise mis bolsillos, ¡pulento! (bien) me quedaba todavía
una quina ($500), me imaginé que eran como las tres de la tarde,
el caregallo (sol) pegaba como nunca, alcanzaba a divisar su intensidad
por los rayos que atravesaban las tablas de mi casa, me vestí rápidamente,
no tenia ni una huea de hambre, me fui al baño a lavarme la cara
para despabilar (despertar), salí a la calle, la calor me golpeo
fuerte, caminé lento, paso a paso, mi dirección era una
sola, la gloriosa Botillería "La Reina", una chela (cerveza)
era la única que me podría animar y ayudar a aguantar este
caluroso día. En mi camino a la "boti", sentí
un llamado: iGUAREEEN! (Ese es mi apodo) Güena chuchetumadre (hola
amigo) respondí era el Lolo, un broca (cabro, amigo
) del barrio, en que anda hermanito, anda con el meo (medio) caracho (rostro).
- En las patas, no veí , pao (pavo) culiao, chii, que huea, la
firme po'guacho, me voy a comprar una chela, ando con la mea caña,
ni se nota... yo tengo tres gambas hermano, yo lo acompaño, además
todavía me queda una churri (pasta base), pa' que le empecemos
a poner güeno... no, no pasa na'loco, me voy a chantar hoy día,
apenas dije esto me vino un dolor de guata, la necesidad de endurecerme
(consumir pasta o coca) se empezaba a apoderar de mi. Me dijeron que fuera
a la cancha, tenimos que jugar contra el Olimpia filo (que importa)
Guaren, cuando va¡ a la cancha ni te ponen, si vo no le pega¡
ni al quinto bote bueno y que tanta hueá sapo culiao, me
gusta ir no mah güeno, digo yo, derrepente salen unas churri,
hasta un papel (coca) , quien sabe, y te va¡ como el mismisimo Diego
a jugar Se rió estrepitosamente No sé loco,
tomémonos las hueá y ahí veo.
Caminamos a la boti, donde compramos dos
Doradas bien heladas, mínimo, nos fuimos a tomarlas a unas banquitas
bien piolas, que están debajo de un árbol terrible grande,
que está como a dos cuadras de ahí, harta sombra pa'combatir
la calor. El Lolo era un loco super güuena tela (simpático),
pasaba tirando tallas, hace seis meses había salido de la cana
(cárcel) , había estado como tres meses y un día
por robo con mano armada, a una bomba de bencina que está en Santa
Rosa, después de salir, trabajó en un taller mecánico
con un tío suyo, pero lo echaron como a las dos semanas, por estar
choriandose (robandose) unas herramientas que fue a cambiar por unas pastas,
el Lolo era un auténtico angustiao, para hacer el dinero para la
pasturri, volvió a los robos, pero todos de menor grado, salía
a cogotear, a hacer unos lanzazos o a machetear (pedir plata), pocas veces
iba a su casa a comer o a dormir, entre fin de semana y la semana misma
no había diferencia, lo único que importaba era el fumar
esa diosa llamada pasta, bueno para mi no era tanto como una diosa, más
bien era solamente una bella sirvienta comparada con el poder efusivo
y éxtasis corporal que produce la gloriosa cocaína, era
lo más grande, cuando me sumergía en sus mundos nada me
faltaba, lo tenia todo (nuevamente sentí el dolor de guata), pero
yo no era angustiao, mi vida no giraba en torno a una droga, probaba muchas
otras cosas como la marihuana, el copete, jugaba a la pelota, iba a los
videos y una que otra vez me tomaba una huea toxica como un ñoco
(neopren), antes que le quitaran el tolueno, tolueno puro, parafina y
la pasta de muro que no se bien como se llama. El Lolo estaba cagao, igual
era güena honda, pero no salía del barrio, a menos que fuera
a cogotear y volvía inmediatamente pa'hacer la compra, esa era
su rutina diaria, esa era su vida y no había nada más. A
mi no me gustaba mucho el cogoteo, yo trabajaba en la feria con un carrito
y con el dinero que ganaba me alcanzaba para los vicios, pero a veces
no andaba muy bien la cosa y era necesario salir a ganar un poco de dinero
fácil, por que realmente puta que era fácil, yo me cago
de la risa cuando hablo de esto, es que es cosa de ver la cara que ponen
ustedes, los que han sido alguna vez cogoteados; cuando los empezamos
a seguir para hacerles la chanchada, el miedo se les siente a metros,
uno se da cuenta de lo fácil que va a ser, es cosa de poner cara
de malo, mirar directamente a la cara, apurar lo más posible a
la víctima, no dejando tiempo para que reflexione ni él,
ni nosotros, por que a uno igual algo de pena le da, pero al fin y al
cabo es dinero, la sociedad se maneja con dinero, ustedes gastan su vida
y se esfuerzan para obtener dinero, nosotros también, ustedes ganan
dinero para ser felices, nosotros también... ¿Cual es el
problema?
¿Qué hora es, tía Mar¡? Le preguntó
el Lolo a la señora que vende pitos en la cuadra Son un cuarto
pa'lah cinco mijito. ¿Quiere pititos? No, vale tía, marratito
a lo mejor contesté yo Chaa, yo pensé que eran
como las tre'.
El Lolo me dijo que fuéramos ha hacernos
una moneas al estadio del Colo, que jugaba a las seis, machetéaramos
un rato, cagáramos a alguien con unas camisetas y volviéramos
a comprarnos unos motes (coca) donde el Maricón, este era un trafi
terriblemente hueco y se decía que por una cacha (relación
sexual) con él, te regalaba merca, yo lo tenia negro al loco (le
tenia mala) por que en un carrete me empezó a tirar los corrios,
dijo que me iba ha regalar como quince gramos si yo me entregaba, ni cagando,
yo lo mandé a la chucha, prefiero morirme de angustia que prestar
el culo. Le dije que nos fuéramos (me dolió la guata y empece
a tiritar, ya necesitaba un saque) y que tiráramos una chaqueta
a la balanza (empeñar) para irnos motivados pa'llá. Fuimos
donde el Maricón, que ha todo esto, era el que menos pateaba (combinar
con otras sustancias) la merca, pero no acepto, dijo que necesitaba moneas,
y que también necesitaba otra cosa, me guiño el ojo, ahí
me dio cualquier rabia, tenia ganas de pitiarmelo (matarlo), le dije al
Lolo que fuéramos donde el Güiner, a los blockes: "anoche
llegó la patá (la policía) hermano" me respondió,
las otras manos (donde venden droga), lo que venden es pura mierda, estábamos
cagaos, así que nos fuimos al estadio, teníamos que hacerla
cortita (rápida), yo necesitaba urgentemente jalar, dejamos la
chaqueta empeñá por un vínacho (vino) 120 de dos
litros y nos viramos (fuimos).
Ya machucao, voy a ir al grano, ya no aguanto
máh. En el estadio llegamos entero arriba'el balón (ebrios),
macheteamos como tres lucas, le pusimos cualquier color, "por el
albo hermano" le decíamos a los culiaos, y eso que yo soy
de la "U", pero que importa, ya dije "dinero es dinero",
la volá es la siguiente, con tres lucas apenas nos alcanzaba para
un par de lineas necesitábamos hacer una güena, pa'poder lanzarse
toda la noche. Divisamos a un par de locos, la care pastel no se las sacaba
nadie, nos miramos con el Lolo y nos ascurrimos (avivamos) rápidamente.
Guacho, pase una monea pal estadio
le dijo al Lolo No amigo, no tengo. respondió
el güeón pasa la monea sapo reconchetumare respondí
al culiao le puse una pata en la guata. Había que hacerla
breve. El Lolo sacó la mariposa (cuchilla), no se qué huea
paso por la mente del loco que le puso un puntazo al otro pastel, les
sacamos la billeteras y les choriamos una camiseta del Colo. Corrimos
como a tres cuadras de ahí, tenían como diez lucas los locos,
estábamos cagaos de la risa, más la camiseta hacíamos
pa'una bolsa de veinte. "Vamos loocoo, vamos a jalaaar" me dijo
mi compañero, más felices no podíamos estar, pero
todo se nubló, cuando estábamos esperando la micro, frente
a nosotros apareció la zapatilla (camioneta de pacos) de ahí
todo fue muy rápido, un paco salto inmediatamente arriba del Lolo,
yo tiré la camiseta y corrí, corrí y corrí...
no se cómo, pero en un momento miré pa'trá y ya no
había nadie, solamente jugaban un par de pendejos a la pelota,
pero nadie que me estuviera siguiendo, no se divisaba ningún paco,
me di cuenta que estaba muy agotado, transpire helado, la tele como que
se me apagó, me pegué una buitrea y me acosté en
la misma calle, comencé a pensar, pensé que podían
llegar los pacos, pero ya no me importó, pensé que el Lolo
se había tirado nuevamente en cana, pero mucho menos me importó,
lo terrible fue el siguiente pensamiento: el Lolo se llevó toda
la plata, yo boté la camiseta y no tenia ni una gamba... necesitaba
jalar, tiritaba, la guata punzaba de angustia, transpiraba, y sólo
logré pensar una maldita cosa... necesito... jalar.
Me fui caminando hasta el barrio,
no podía, por más que intentaba, sacarme de la cabeza la
maldita droga blanca, estaba fuera de mí, si hubiera sido necesario
matar por pegarme una jalá lo hubiera hecho, y no se por qué,
hice lo que hice. Sin pensar pase por frente de la casa del Maricón,
estaba en la puerta, me miró y me mostro una bolsa, hijo de puta,
una blanca y brillante bolsa, yo después de eso poco recuerdo,
hice lo que deseaba: jalé, me recuperé, pero sin antes de
haber sentido esa asquerosa lengua y ese horrendo cuerpo sobre el mio,
caí, siempre estuve al borde de este abismo, pero ahora caí
libremente en el hoyo de la humillación y la bajeza, yo ya no era
nada, corrí de ahí, tome conciencia de lo ocurrido, caminé
por los suelos de la nada, ya no era alguien ni siquiera algo. Llegué
dos horas después a mi casa, mi mente se reventaba en un sin fin
de pensamientos vacíos, vacíos de existencia y futuro, me
sumergía en rabia e ira de haberme despojado lo poco que tenía,
ya no era nada, pero lo peor de todo estaba por pasar... entré
a mi jaula o mejor dicho a mi hogar, mi madre dormía en la pieza,
estaba mi hermana viendo la tele, mi pobre hermana, la que yo tanto quería
y tanto deseaba ayudarla en su eterno problema y sacarla de esta mierda
de lugar, pero de pronto mi mente se metió en la nebulosa que me
estaba escoltando y toda esta sensación se desvaneció, ahora
vi a una mujer, la que me sacaría de este abismo en el cual me
ahogaba, me acerqué, la abracé, la besé, toqué
todo su cuerpo, descargué mi impotencia en su ser y por unos pocos
segundos encontré la hombría que me habían quitado,
sentí sus mudos quejidos, volví a ser un hombre, podía
rugir de nuevo frente a esta monstruosa vida que aplastaba mi poco cuerpo
y alma que llevaba a cuesta, pero fatalmente, como en todo en mi vida,
por muy pocos segundos... me di cuenta que mi madre miraba, yo miré
su cara que estaba destrozada, llena de lágrimas, si es que antes
estuve en un abismo lo que ahora se me venia encima no tenia nombre, si
antes de esto yo era nada ya nada era algo... mi madre tomó a mi
hermana y salió corriendo de la casa, y yo ahora, aquí estoy,
solo, con la antigua pistola de mi viejo recordando como caí en
este barranco de angustia y desolación, miro el futuro, no veo
nada, no hay mañana, todo se acabó, aunque esto, lamentablemente,
nunca empezó... mis narices sangran... meto la bala... apunto a
mi cabeza... disparo... imagen borrosa... oscuridad... luz...
LA CUARTA. 27 de Febrero
2001.
La Pintana. Un extraño suicidio sucedió en la madrugada
de ayer en la población El Castillo, en el sector sur de Santiago;
vecinos dieron aviso a carabineros de la 41ª Comisaria de La Pintana
de haber escuchado disparos en una casa del sector, al entrar en la vivienda
sólo se encontró el cuerpo de un joven con un disparo en
la cabeza, el joven tendría alrrededor de unos 20 años y
fue identificado con las iniciales E.D.G.E.
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