|
|
Es
el más pequeño de todos los perros y existe en dos variedades
de capa: de pelo largo y de pelo liso. Particularmente afectuoso, se encariña
de manera enfermiza con su propietario hasta el punto de sufrir cuando
se separa de él; es, por tanto, aconsejable optar por ejemplares
muy jóvenes para no correr el riesgo de verlos después entristecer.
A pesar de la estructura aparentemente pequeña y grácil,
es un perro relativamente robusto, que acepta muy mal la presencia de extraños.
Características generales:
Perro con un peso ideal
que varía entre los 1,3 y los 1,8 kg., es armonioso en su constitución
y de movimientos rápidos. Muy singular es la cabeza, que debe presentarse
redonda, tener el stop un tanto acentuado, con orejas relativamente grandes
y muy separadas entre sí, ojos brillantes y no excesivamente prominentes.
Por último, es preciso hacer notar que su andar es muy característico.
Cría y cuidados:
ALIMENTACION: Las necesidades
alimenticias para el representante más pequeño de la especie
canina son de 170 a 210 Kcal. diarias. Estos valores, como ración
de mantenimiento, para ejemplares con un peso de 1,3 a 1,8 kg.
CUIDADOS DIARIOS: Para
los ejemplares de pelo largo ondulado, se aconseja limpiar la capa con
un cepillo de cerda muy suave. Para los otros que son los más difundidos,
es decir, los de pelo corto, es suficiente el empleo de un guante alternativamente
con un paño de franela.
CON EL VETERINARIO: En
algunos ejemplares pueden persistir los caninos de leche, aunque ya hayan
salido los dientes permanentes. Es conveniente entonces, dentro del noveno
mes de vida, hacérselos extraer por el veterinario.
Origen:
Los orígenes de
esta raza son muy antiguos. Su nombre proviene de la homónima ciudad
mexicana situada en las primeras pendientes de la Sierra Madre. Ha sido
durante siglos el perro amado y preferido por las princesas del antiguo
pueblo azteca. Desciende en línea directa de un perro que desapareció
hace ya muchos siglos, de nombre Techichi, del que se dice, en antiguas
leyendas, que era dispuesto como "plato sagrado" y comido por los sacerdotes
aztecas en el transcurso de ritos religiosos. La desaparición de
estos pequeños animales se produce en la época de la conquista
española, y los pocos ejemplares que sobrevivieron fueron cruzados
con perros, siempre de talla reducida, que las antiguas tribus utilizaban
para la caza de pequeños animales. De estos cruzamientos nace el
pequeño Chihuahua, la más pequeña de las razas existentes.