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Lo
que más llama la atención de este pequeño perro de
compañía es la frialdad de su carácter, que lo lleva
a tener un comportamiento tan particular que incluso se muestra muy despegado
de su propietario. Por tanto, se trata de un perro muy reservado, al que
le gustan poco el ruido y el desorden, que prefiere vivir al aire libre
más que en un piso, y qué soporta perfectamente los climas
muy rígidos, bien protegido por su tupido y abundante pelaje que,
entre otras cosas, no tiene necesidad de un arreglo especial para la presentación
en las exposiciones.
Características generales:
El Tibetan Spaniel se
caracteriza sobre todo por su cabeza, con cráneo ligeramente abovedado,
las orejas relativamente pequeñas y caídas, el hocico bien
fuerte, con dentadura que cierra a tenaza y por su expresión un
poco fruncida. El tronco es más largo que la alzada a la cruz y
la cola; bien provista de pelo, es llevada enrollada sobre el dorso.
Cría y cuidados:
ALIMENTACION: Las necesidades
alimenticias están en función del peso. Los carbohidratos
componen, por lo general, el 40% o el 50% de la alimentación diaria
de un perro adulto y, si está creciendo, es suficiente con un 25%
. El arroz hervido, las patatas cocidas, las galletas y el pan contienen
carbohidratos. También las grasas, que proporcionan energía,
forman parte de la comida del perro. Finalmente, la ingesta de proteínas
es garantía para asegurar la buena salud del perro. Asimismo, el
agua no debe faltarle al perro, y habrá de cambiarse cada día.
CUIDADOS DIARIOS: Constituye
una buena mascota para la familia y conviene ocuparse de que haga algo
de ejercicio y de realizar un aseo moderado realizado con un cepillo suave.
Origen:
Este perro, cuya patria
está indicada por el nombre, tiene orígenes muy antiguos.
También el Tibetan Spaniel, al igual que el Lhassa Apso, es criado
durante siglos por los monjes lama de diversos monasterios, sin llegar,
no obstante, a ensombrecer el honor y la fama del más conocido Lhassa.
El Spaniel tibetano era, en efecto, utilizado en las casas más humildes,
hasta el punto que se difundió con rapidez entre la población
pobre del Sikkim. Es también por esto llevado a Europa desde finales
del siglo XV por los misioneros cristianos. Sin embargo, pasaron muchos
años antes que se difundiera, e incluso de su primera aparición
en una exposición canina.