
        
        
          El hijo del Conde,
          ¡caramba!
          me escribió un papel,
          que si yo quería,
          ¡caramba!
          casarme con é1. 
       
      Yo le contesté,
        ¡caramba!
        en otro papel,
        que me casaria,
        ¡caramba!
        pero no con el
      Tanto estuvo 
        el hombre,
        ¡caramba!
        con aquel papel,
        hasta que mi madre,
        ¡caramba!
        lo llegó a saber.
      Me cogió 
        mi madre,
        ¡caramba!
        me llevó al corral,
        con la disciplina,
        ¡caramba!
        me quiso acabar.
      A la cocinera,
        ¡caramba!
        tal coraje dió,
        que ollas y platillos,
        ¡caramba!
        todos los rompió.