El
edificio se levanta sobre una superficie de 600 metros cuadrados de
planta rectangular. Lo conforman tres naves y un crucero. su trazado
sigue fielmente los cánones neoclásicos.
La
cruz latina que forma la nave central con el crucero, la nave
perpendicular, está cubierta por bóvedas de cañón y lunetas
semicirculares. En las lunetas de la parte derecha hay ventanas al
exterior que permiten la iluminación interior. En la parte
izquierda las ventanas aparecen simuladas; están cegadas por
tabiques, ya que a la altura de la primera planta hay tres salas
también abovedadas.
La nave central está dividida en siete arcos fajones (fajas
ornamentales), y el crucero en cuatro, y todos ellos se apoyan en un
amplio cornisamento que circunda todo el templo. Esta cornisa
está decorada con dentículos, óvulos y dardos, así como por un
friso liso también continuo Todo ello se
aguanta sobre gruesos pilares que cumplen más una función de
soporte que decorativa. De su decoración se encargan unas elegantes
columnas rectangulares adosadas, de capitel jónico, fuste liso y
basamento compuesto.
Las dos naves laterales, de menor altura que la central y el
crucero, tienen tres tramos cada una y están cubiertas por sendas cúpulas
tabicadas de las denominadas bóvedas de cuatro puntos, que
descansan sobre arcos formeros, que, a su vez, se sustentan sobre
las impostas (o voladizos) de los pilares del templo.
Entre las pilastras de las naves laterales hay excavadas en el muro
hornacinas que albergan imágenes de santos, algunos de la Orden
Mercedaria (la Virgen de la Merced, San Ramón, San Serapio o la
Beata Mariana) y otros que son objeto de especial devoción por la
piedad popular (el Corazón de Jesús, San José, San Antonio Abad,
Santa Lucía, San Nicolás y San Vicente Ferrer).
El presbiterio está formado por una tramo rectangular, continuación
de la
nave central que incluye las arcadas laterales entre las pilastras,
aunque aquí están cegadas para separar las salas adyacentes. la
parte frontal del presbiterio es plana, decorada a base de efectos
geométricos muy logrados. Se estructura por medio de cuatro
pilastras de capitel jónico afrancesado, dos en las esquinas y dos
flanqueando la hornacina central. Todas ellas están coronadas por
el amplio cornisamento continuo que circunda todo el templo. Remata
este frontis un ventanal sobre ménsulas que hace juego con los que
hay en los brazos del crucero, pero éste está cegado.
Recientemente se ha colocado en dicho ventanal la copia de un cuadro
anónimo de San Mateo, pintada por Manuel Granell, en recuerdo de la
primitiva dedicación de este templo A ambos lados del
presbiterio, encabezando las dos naves laterales, hay dos
dependencias de planta rectangular, cubiertas por sendas bóvedas
aristadas de tabique, una es la sacristía y la otra la antigua
Capilla de la Comunión, actualmente utilizada para usos múltiples.
Ambas salas están comunicadas por un estrecho deambulatorio desde
el que también se accede al presbiterio mediante dos portezuelas
enmarcadas en su frontis.Sobre cada una de las dos salas laterales
hay otras tantas dependencias de sus mismas dimensiones, a las que
se accede por una complicada escalera que hay en el deambulatorio
detrás del presbiterio.
El centro del crucero está cubierto por una cúpula de cuatro
puntos, que
se levanta directamente sobre cuatro pechinas que adaptan la forma
cuadrada de la base a la circular de la cúpula. Cada pechina tiene
pintada al óleo una escena bíblica alegórica de la Virgen María,
y en su base lleva un medallón explicativo.
Al pie de la nave central, a un nivel de 3,5 mts. se levanta el
antiguo coro conventual, con una tribuna que se aguanta sobre cuatro
columnas de orden toscano.
El campanario, aunque solo sobresale al edificio el cuerpo de
campanas, se levanta airoso sobre el último tramo de la nave
lateral que da a la plaza. Es de planta cuadrangular y sigue la
misma sobriedad de líneas que el resto de la fachada. Abre sus
cuatro caras con sendos ventanales de medio punto, está cubierto
por un capitel piramidal, de paños triangulares cóncavos, y
rematado por una veleta.
De las tres fachadas del edificio que tienen vista, sólo está
enlucida la que da a la plaza, posiblemente porque cuando se
construyó el templo las otras dos daban al campo. Tanto la puerta
de la iglesia, como la del convento son también de estilo neoclásico,
de piedra tallada, dintel horizontal y ligeramente moldeadas. La
puerta conventual, que originariamente estaba en la plaza, al lado
del templo, ha sido anulada con las obras de la Casa de la Cultura,
pero ha sido reutilizada para abrir un nuevo acceso por la calle San
Pedro Nolasco, que da a la sacristía. |