
Bendito eres Tú, Padre Santo, Dios nuestro, Rey eterno, qué en tu infinita bondad has enviado al mundo tu Hijo querido.
Tú lo has confiado en su crecimiento humano al Sagrada Familia de Nazareth, a la siempre Virgen María y San José, su esposo, lo cuidaban y lo educaban para hacerlo llegar a la edad adulta y cumplir Tu misión de salvación para todo el género humano. Tú, que en tu solicitud celeste has mirado con bondad la fe extraviada de muchos hijos, has suscitado estas familias en el Camino Neocatecumenal, para que, siguiendo las huellas de la Familia de Nazareth, puedan convocar a los hombres a "una escuela nueva", a un camino de crecimiento bautismal, dónde, siervos y sacerdotes de tu Santa Iglesia, puedan alcanzar aquella estatura de fe qué les permita de vivir según Tu voluntad. (extendiéndo
las manos) Manda sobre estas familias, o Padre, tu Espíritu Santo que las sustente en aquellas naciones dónde tú las mandas, para que, entre los pobres, puedan vencer cada tentación del demonio y, llenas de alegría, conduzcan a nuevos hijos qué canten para siempre tus alabanzas. Por Cristo Nuestro Señor. Amén. |