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NACE ENTRE LOS POBRES
Extraído del testimonio de Kiko

El Neocatecumenado
Presentación por Kiko y Carmen
Las Comunidades Neocatecumenales
Nace entre los pobres
Documento de los párrocos y responsables de las primeras parroquias de Roma. (1972)
Un camino para redescubrir el Bautismo
Encuentro del Papa con los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades
Parroquias para el III Milenio San Bartolomé in Tuto
Parroquias para el III Milenio San Leone Vescovo
Kiko en el sínodo de Obispos de Europa
Comentario sobre el Sínodo europeo por Kiko Argüello
Meeting por la amistad entre los pueblos
Carta de Kiko Argüello a Juan Pablo II
Los inicios del Camino en Italia
El icono de la Sagrada Familia de Nazaret

Seminarios Redemptoris Mater
Seminarios Diocesanos Misioneros "Redemptoris Mater"
Seminario Redemptoris Mater de Castellón - España I
Decreto de erección canónica Redemptoris Mater de Castellón

Misión Familias
Convicencia en Porto San Giorgio
Plegaria de envio de las Familias
Puebla (Mexico)
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Japón
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La Eucaristía
Nota de la Congregación del Culto Divino

Domus Galilaeae
Centro Internacional Monte de las Bienaventuranzas

Convivencia de Obispos en Nueva York
Carta de Invitación
Introducción de Kiko
Telegrama del Santo Padre
la teologia de la belleza
Homilia del Cardena O´connor
Carta de los Obispos al Santo Padre
Fotos

Experiencias
Testimonio de Kiko Argüello
Testimonio de Carmen Hernández
Desde Hong Kong
Un sacerdote entrega su vida
Un Cardenal
Testimonio de un preso

 

 

... Tuve un estudio de pintor cerca de Plaza de España en Madrid, y solía pasar las fiestas navideñas con mis padres. Un año fui a casa para celebrar la Navidad, entré a cocina y vi a la cocinera que estaba llorando. Yo los ¿domando": Berta - así se llamó - que le sucede?" Y me dijo que el marido es un borracho, que quiere matar al hijo, que el hijo se ha rebelado contra... Me contó una historia que me dejó desconcertado. Y vi de Dios  ayudarla.

Fui a ver donde vivia: una barraca horrible, entre muchas otras. La pobre mujer se levantaba temprano, para ir a trabajar; tenia nueve hijos, y se casó con un hombre cojo y bizco, siempre borracho. Pegaba a los hijos con un bastón, gritándoles": Defiende a tu padre" y, a veces borracho empapado, meaba sobre las hijas. Esta mujer, bastante bonita aunque de edad, me contó cosas alucinantes.

Cogá a aquel hombre y lo llevé a hacer un "Cursillo de Cristiandad." Quedó impresionado en el escucharme hablar. Por algunos meses dejó de beber, pero luego empezó de nuevo y fueron de nuevos mataderos. La mujer me llamó: "Sr. Kiko, venga por favor, porque mi marido quiere matar a todos. Llame a la policía"!. No me dejaron vivir. Al fin pensé: "Y si Dios me dice de dejarlo todo y de ir a vivir allí para ayudarlos"?. Dejé todo y fui a vivir con aquella familia. Dormí en una pequeñísima cocina, que estaba llena de gatos.

Vivá allí y quedé muy impresionado, os digo la verdad, de todo el entorno. Hubo mucha gente que estaba viviendo en situaciones terribles. No sé si conocéis el libro de Camus," La peste", que afronta el problema del sufrimiento de los inocentes. Aquella mujer, Berta, me contó que su marido, cojo, por vengarse muchas humillaciones recibidas, dijo a todos que se había casado con ella, que era la chica más bonita del barrio. Todos se rieron de él. Pero sabéis ¿cómo él se casó con ella? Apuntándole con un cuchillo al cuello y diciéndole": Si no te casas conmigo, le corte el cuello a tu padre." Y lo habría hecho. Su padre era viudo y ella estaba sola y terriblemente tímida y asustadiza.

Me pregunté: ¿qué pecados ha cometido esta pobre mujer para merecer una maldición así? ¿Por qué no yo? Y no nos fue solo ella. Hubo parecido otra mujer que tuvo el morbo de Parkinsón, el marido la abandonó y vivió preguntando la limosna. Y otro. Y otra ancla.

Delante de todo esto sólo hay dos respuestas. Conocéis la frase famosa de Nietzsche: "O Dios es bueno y no puede hacer nada para ayudar éste pobre gente, o Dios puede ayudarlos y no lo hace, y entonces es malo." Esta frase es venenosa. ¿Puede Dios ayudar a esta mujer, o bien no? ¿Por qué no lo hace?

En esta situación tuve una sorpresa. ¿Sabéis que cosa vi allí? No lo que dice Nietzsche, si Dios puede o no puede, pero vi Cristo crucificado. Vi a  Cristo en Berta, en aquella mujer con el Parkinsón, en aquel otro. Vi un misterio. El misterio de la cruz de Cristo. Quedé enormemente sorprendido, lo digo sinceramente.

Luego me llamaron por el servicio militar y me mandaron en África. Cuando volví me dije a mismo: si mañana Cristo vuelve sobre la tierra en su segunda llegada, yo no sé qué ¿sucederá en este mundo, pero sabéis dónde deseo que Jesús Cristo me encuentra? A los pies de Cristo crucificado. ¿Y dónde está Cristo crucificado? En los que están llevando el sufrimiento más grande, las consecuencias del pecado de todo. Sartre dice": Apuros al hombre que el dedo de Dios pisa contra el muro." Yo he visto allí a gente chata contra el muro, muchas debilidades pisadas por las consecuencias del pecado, débil, anónimos cirineos.

Cuando uno va a vivir entre los pobres, o pierde la fe y se vuelve guerrillero al" Que Guevara" o se mete en silencio delante de Cristo y él santifica. Yo estoy agradecido al Dios para haber tenido piedad de mí: yo vi allí Cristo crucifijo y así cuando volví de África, y conocí a la hermana de Carmen, pensé que fue necesario bajar en las catacumbas sociales y allí predicar el Evangelio a esta gente, ayudarlos, darles una palabra de consuelo. Y así formamos un grupo que se dedicó a los homosexuales, a las prostitutas y a los demás marginados.

La hermana de Carmen hizo parte de una asociación, llamada" Villa Teresita", que se dedicó a la recuperación de las prostitutas. Fueron por las casas de las prostitutas y ofrecieron, a las que lo quisieron, un trabajo. Una obra muy buena. Al fin yo me dado cuenta que en aquel grupo hicimos todo un poco por pasatiempo. Yo dije a aquel grupo y a la hermana de Carmen": Yo yo de ello voy a vivir entre los pobres."

Charles de Foucauld me dio la fórmula: vivirles en silencio como Jesús a Nazareth, a los pies de Jesús Cristo entre aquella gente. Conocí a un adjunto social que me indicó uno zona de Palomeras Altas dónde hubo una barraca de mesas de madera, refugio de perros. Yo dijo" te Pones allí y no te preocupes." Y allí ha tenido algo todo principio. En las barracas yo quise vivir como Charles de Foucauld, en contemplación: tal como uno está delante de la eucaristía, a los pies de la presencia real, única de Cristo; yo quise estar a los pies de Cristo crucificado, en la gente más pobre, miserable.

El Dios me llevó allí con este espíritu: yo fui él último. Ellos fueron Cristo. ¡Quizás uno habría podido decirme": Kiko! Ayúdalos." Aquí hay un punto muy importante por los que saben ir al fondo de las cosas. "¿Pero como? ¿Te metes en adoración, cuándo se ha muerto esta gente de hambre? Les da de comer." Yo no tuve nada, no llevé otro que un Biblia y una guitarra, dormí sobre un colchón puesto sobre la desnuda tierra. No tuve otro.

Leí en un libro algo que me golpeó mucho del tiempo de los nazis. Se contó un hecho histórico ocurrido en el campo de concentración de Auschwitz. Un jefe del Gestapo se dio cuenta de las atrocidades que se estuvieron cometiendo en el genocidio de los judíos. Un día, durante una inspección en un campo, vio pasar a una columna de hombres y mujeres dirigidas a las cámaras de gas, todos desnudos. Sintió en el su corazón un gran dolor. Se preguntó": Que tengo que hacerme ahora para ayudarlos, por tener paz conmigo mismo"?. ¿sabéis la respuesta que ricevette del de dentro? (Los Padres de la Iglesia hablan del Cristo hablante, dentro de ti. Es algo de muy profundo). El libro contó que lo que sintió que habría tenido que hacer fue de también desvertirsese él y ponerse en fila con ellos.

Podemos preguntarnos: esta voz que sintió dentro de dónde ¿vino? ¿Fue una sugestión? ¿Fue real? ¿Fue de Dios? Fue mejor no parar a la grupo y ¿liberar a aquellos personas? Quizás no pueda hacerlo. Porque en cambio la verdad fue aquel de ¿desvertirsese y de ponerse en fila? He aquí una posible respuesta: una persona que está en aquella fila está frente al drama que quizás no es ningún Dios, que no es amor en el mundo y si no hay amor en el mundo Dios no existe, la vida es una monstruosidad, morimos en la absurdidad. Pero si uno viene contigo, el propio Cristo se hace hombre y se mete contigo en ella fila por amor. Entonces el amor existe. Dios existe. Usted puede vivir. Usted puede morir. El verdad y la muerte tienen un sentido.

Éste ¿tiene valor? ¿Se tiene que lo que hacer sólo es la ayuda social? ¿Quizás el hombre es sólo comer? O ¿necesita el hombre de saber si Dios existe o no existe, si el amor existe o bien no? Yo no fui a las barracas para dar que comer, ni para enseñar a leer. (Fueron todo analfabetos, a excepción de uno o dos: José Agudo, que estuvo en un instituto de corrección supo leer, pero su mujer no. Gitanos, quinquis, chicos del cárcel supieron leer a duras penas). Fui allí y, si queréis saber, tampoco pensé de predicar, sabéis en efecto que los Pequeños Hermanos de Foucauld están" en silencio." Quise dar testimonio viviendo en medio a los como Jesús a Nazareth.

¿Y que sucedidas? Lo que sucede siempre. El parecido, un día que hizo un frío perro, porque fue invierno y nevó - yo me calenté con perros sueltos que vivieron conmigo - entró a la improvisación y me dijo": te he llevado un brasero porque estás muriendo de frío"!.

Poco a poco se acercaron y preguntaron": Quién es ése que está aquí, con barba y guitarra"?. Por algunos fui uno que hizo un voto, por otros un protestante, porque siempre llevé el Biblia. Los gitanos vinieron por la guitarra... No supieron quién fui. José Agudo, que estuvo entonces en pelea con otro clan de quinquis, se acercó para preguntarme cosa dijo el Evangelio sobre el hecho de pegarse. Yo los cocidos el Discurso de la Montaña que dice de no resistir al mal y ¿quedó a boca abierta": Como? ¡Pero si no me defiendo me mata! Qué debo hacer"?. Le dí que leer los Floretes de San Francesco que lo impresionaron mucho y no me dejó más.

Bien, no me echo a contarvos estas historias porque se pondría demasiado largo...

 

3ª Comunidad Neocatecumenal de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Merced (Burriana - Castellón - España)