Cuántos
millones de personas en todo el mundo han perdido completamente el contacto con
la divinidad dentro de si y han borrado la imagen con ¡la que han sido
creados!
El Santo Padre, en su discurso del octubre de 95
aquí a Nueva York, hizo una pregunta crucial": Queridos amigos: estamos
reunidos aquí, en esta enorme metrópoli de Nueva York, que muchos consideran
la cuna de la civilización moderna y el progreso. Un símbolo de los Estados
Unidos y la vida norteamericana. Los Estados Unidos poseen en todo el mundo
una
reputación de poder, prestigio y bienestar, pero aquí no todos son potentes,
ni todos son ricos, de hecho el bienestar a veces excesivo de los Estados Unidos
esconde muchos sufrimientos y mucha pobreza. Las
personas que viven en ésta gigantesca metrópoli, entre la espléndida
civilización científica y tecnológica de la cual los Estados Unidos estan
orgullosos, han perdido de vista las gracias que pertenecen a los pobres
en espíritu. ¿Nos es puesto por el misterio de Dios? El
misterio que fue revelado a los pequeños, el misterio del amor divino que es el
manantial de todas las cosas. Hay sitio por el misterio del amor, nos es puesto
por la revelación de la vida, la vida transcendente que Cristo nos lleva a
precio de su cruz y a través de la victoria de la suya ¿resurrección? Nos es
puesto por el misterio de Dios"?. Dios está llamando millones de personas, dejad oírme
estas voces que no han contestado. Estas voces incluyen a católicos bautizados
que no poseen un sentido pleno de su fe, que en el mejor de los casos lo tienen
solo superficialmente y en el peor son completamente ajenos. Bien, entre estas circunstancias, me parece que
Dios ha hecho el regalo del Neocatecumenado para ayudar a millones de personas
a recobrar sus auténticos valores, sus auténticas personalidades, hallandose sólo
en la unión íntima con nuestro Señor Jesucristo. Un regalo tan bonito como este, el Camino
Neocatecumenal es válido, sólo es válido cuando nos conduce al que
dijo": Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida." Este Camino, este
Cristo, es especialmente el Cristo eucarístico... 
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