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Una familia misionera

El Neocatecumenado
Presentación por Kiko y Carmen
Las Comunidades Neocatecumenales
Nace entre los pobres
Documento de los párrocos y responsables de las primeras parroquias de Roma. (1972)
Un camino para redescubrir el Bautismo
Encuentro del Papa con los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades
Parroquias para el III Milenio San Bartolomé in Tuto
Parroquias para el III Milenio San Leone Vescovo
Kiko en el sínodo de Obispos de Europa
Comentario sobre el Sínodo europeo por Kiko Argüello
Meeting por la amistad entre los pueblos
Carta de Kiko Argüello a Juan Pablo II
Los inicios del Camino en Italia
El icono de la Sagrada Familia de Nazaret

Seminarios Redemptoris Mater
Seminarios Diocesanos Misioneros "Redemptoris Mater"
Seminario Redemptoris Mater de Castellón - España I
Decreto de erección canónica Redemptoris Mater de Castellón

Misión Familias
Convicencia en Porto San Giorgio
Plegaria de envio de las Familias
Puebla (Mexico)
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La Eucaristía
Nota de la Congregación del Culto Divino

Domus Galilaeae
Centro Internacional Monte de las Bienaventuranzas

Convivencia de Obispos en Nueva York
Carta de Invitación
Introducción de Kiko
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la teologia de la belleza
Homilia del Cardena O´connor
Carta de los Obispos al Santo Padre
Fotos

Experiencias
Testimonio de Kiko Argüello
Testimonio de Carmen Hernández
Desde Hong Kong
Un sacerdote entrega su vida
Un Cardenal
Testimonio de un preso

Con 5 hijos, adiós al trabajo: se van a Uruguay

Nuoro el 5 de octubre de 1995


La iglesia del año dos mil se llama familia.

Descartada la convicción que la palabra de Dios sólo pasa las túnicas sacerdotales, todos los fieles se convierten en apóstoles del mensaje cristiano. Y la familia, primera célula social se hace iglesia itinerante por el mundo.

Es la "Nueva Evangelización" anunciada por el Concilio Vaticano II.  Alessandra Carroni, 32 años, Gaspare Cirino, 33 y los vivarachos cinco hijos: Francesco de siete años, Giovanni de seis, Nicola de cuatro, Giacomo tres años. Y la chiquitina de en cuanto cuatro meses, Maria. El 12 de diciembre pasado han recibido del Santo Padre el mandato para ir a predicar al Señor. A  primeros de noviembre parten. Destino Uruguay. La diócesis cerca de que trabajarán es aquel de Minas, uno ciudad a 100 kilómetros del capital Montevideo.

Hay ansiedad en casa Cirino. Las maletas no están todavía listas, pero el ánimo es firme: «La idea un poco nos asusta», dice Gaspare, piernas cruzadas y pipa pensativa entre los labios, «pero la fuerza de la fe nos da ánimo». Y pone enseguida en claro que «no somos super héroes listos a todo», pero precisa usando las palabras del Evangelio, «somossirves inútiles qué hacen cuánto corresponde, sin pretender en cambio remuneraciones de gloria».

Y detrás hay horas de estudio y el soporte de la comunidad lunar - catecumenale de la parroquia de San Giuseppe. Por Alessandra es un deseo que él realiza: «De jovencita inquieta y de izquierda, que fue por ahí con el puño alzado por darse un poco de aires, se ha convertido en una mujer, y he entendido que la vida no es un ideal ya listo. Pero tiene que ser construida despacio llano».

Y alguno sabe algo con que cinco diablillos cuidar: «Soy uno colaboradora comercial, pero por ahora me dedico completamente a los niños».

También Gaspare, en previsión del viaje ha dejado su trabajo de jefe - garajista y la actividad de carpintero. Una elección difícil de hacer cuánto de entender hoy a los umbrales del segundo milenio, en una sociedad a crecimiento cero dónde carrera y dinero parecen el único pasaporte por elparaíso.

«El aburguesamiento de los sentimientos - Gaspare explica - y de la misma Iglesia ha llevado a la pérdida de cualquier valor. El sentido mismo de la familia no nos es más. Sólo una sobredosis de divorcios, de abortos. La nueva evangelización preve un renovación espiritual que parte justo de la familia».

Gaspare y Alessandra querrían hacer la revolución del perdón, de la solidaridad y del altruismo. Grandes palabras, nobles propósitos pero todavía subraya Gaspare: «no tenemos la presunción de ser perfectos, nosotros también peleamos, allí nos impacientamos con los niños, pero rodeamos nuestra calle».

Y quizás aquí está la diferencia: en quererse buscar y al final descubrirse a lo mejor más frágiles de aquél que se piensa. «Yo soy un gran prepotente» dice Gaspare que trata de achaflanar la impetuosidad de su carácter, «Y yo soy rabioso» añade Alessandra.

Los niños mientras tanto hacen un gran alboroto, por todo ellos es un juego, y el Uruguay una gran vacación.

El camino de la familia Cirino hacia Dios, o por quien prefiere, a la búsqueda de él mismos, apenas sean iniciados, Minas está lejano. En maleta sólo 30 quilos de equipaje, un diccionario de español y mucha voluntad. Y un rinconcito pequeño pequeño por las felicidades de todo Nuoro.

CECILIA CACCIOTTO

 

 

3ª Comunidad Neocatecumenal de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Merced (Burriana - Castellón - España)