
Roma,
22 de abril de 1998 Frente a las señales de los
tiempos que Dios está mostrando en el continente asiático, el propio Dios,
por el Espíritu Santo ya ha suscitado las respuestas. Es indudable que el Espíritu Santo ha inspirado por la figura de
Pedro la línea
de seguir: nueva evangelización. Sobre éste término se decide el futuro de
Asia. El punto es: ¿Qué se entiende por nueva evangelización? O mejor, ¿qué
es hoy evangelizar en Asia? Pienso que si este sínodo sabe contestar a esta
pregunta habrá trazado el camino de la Iglesia en Asia para el tercer milenio.
Yo, partiendo de la mí experiencia, querría dar mi
contribución. Me llamo Antony Tenido,
nacido en Hong Kong, de una familia budista. Estoy casado y tengo 5 hijos. Soy vicedirector del City - Bank en Hong Kong. 17 años
soy bautizado , porque un padre jesuita me anunció
mientras estuve en escuela, el perdón de mis pecados, en el nombre de Jesucristo. Pero después, la semilla recibida casi se
secó, porque mí fe no
fue suficientemente fuerte para afrontar los problemas cotidianos. He escuchado
lo que se ha dicho hasta ahora sobre los problemas que Asia tiene que
afrontar. Todas las amenazas a la religiosidad que vienen de la globalización, del
materialismo y secularización. He meditado sobre esto y pienso que la
respuesta se encuentra en los Hechos de los Apóstoles. La Iglesia primitiva ha tenido que anunciar el Evangelio a gente
muy
religiosa: Roma. ¿Cómo ha sido convertido el imperio romano? ¿Cuál es la
novedad que el cristianismo ha podido llevarle a gente ya religiosa? La
resurrección de Cristo y el regalo del Espíritu Santo, a los que creyeron. Ésto significa que Dios puede dar la naturaleza divina a un ser humano, a pesar
de todas sus debilidades. Esta naturaleza divina es el amor. El modo divino de
querer, es decir el amor para los enemigos y los pecadores. Pero éste anuncio necesita apóstoles.
Los que acogen a losApóstoles y al anuncio que ellos llevan, se recogen en
comunidad dónde aparece esta nueva creación. ¿Como
llega hasta mi - un
chino que vive en Hong Kong - ésta palabra, este anuncio de la Iglesia
primitiva? lo he acogido el anuncio de los catequistas itinerantes que me han
anunciado que Dios me quiere tal como soy, con mis debilidades. Yo
he creído y Dios me ha
concedido "de lo alto" una vida nueva y un corazón nuevo. Ésta
experiencia no la he hecho solo, sino en una pequeña comunidad, dónde por años
hemos experimentado que este anuncio es verdadero y profético y dónde, a lo
largo de este itinerario, nuestra vida ha empezado a cambiar. Todos hemos visto y experimentado como la Palabra de Dios, la
Liturgia y la Comunidad tienen el poder de cambiar de la vida de un asiático.
Por ejemplo yo no me habría casado por la Iglesia si no hubiera sido por la fuerza
de la Palabra de Dios, experimentada en la Liturgia y en la Comunidad. No
tendría a 5 hijos. Quizás mis hijos grandes no estarían hoy en la Iglesia conmigo. Por esta mi experiencia pienso
que existe la necesidad de restablecer en la Iglesia la iniciación cristiana, el
catecumenado para los no cristianos y el neocatecumenato para los cristianos de
las nuestras parroquias cuya fe es amenazada por la secularización y de un
entorno hostil a la vida cristiana. Un camino que refuerza su fe, que cuida a la
familia en un camino de redescubrimiento del bautismo experimentado en un régimen
de pequeñas comunidades, dónde los cristianos puedan descubrir la
llamada a la vida divina y la comunidad pueda dar las señales que llamen al
hombre contemporáneo a la fe: el amor en la dimensión de la cruz en perfecta
unidad. Una nueva creación dónde no es más ni coreano ni chino. Ni judío ni
griego, pero hijos de Dios. Es el
regreso, como dije a los Hechos de los Apóstoles: hay de nuevo la urgencia de mandar apóstoles
itinerantes como Pablo y Sila, que recorrieron el mundo asiático fundando
comunidades, también ayudados por familias misioneras como Áquila y Priscilla. La Iglesia nace del cielo. Es Cristo
quien sentado a la derecha del Padre manda a los apóstoles por todo
el mundo: "Id y evangelizad. Yo estaré con vosotros", qué enseñan
con señales, prodigios y milagros que han sido realmente enviados. Nosotros en nuestra experiencia de 25 años, hemos visto las familias
reconstruidas,
abiertas a la vida, millares de vocaciones que nos han permitido abrir más de 35 seminarios diocesanos misioneros, de
los cuales 5 en Asia. |