Delmira Agustini
En tu alcoba techada de ensueños, haz derroche
de flores y de luces de espíritu; mi alma
calzada de silencio y vestida de calma,
irá a tí por la senda más
negra de esta noche.
Apaga las bujías para ver cosas bellas;
cierra todas las puertas para entrar la ilusión;
arranca del misterio un manojo de estrellas
y enflora como un vaso triunfal tu corazón.
¡Y esperarás sonriendo, y esperarás
llorando!...
Cuando llegue mi alma, tal vez reces pensando
que el cielo dulcemente se derrama en tu pecho...
¡Para él, amor divino, ten un diván
de calma,
o con el lirio místico que es su arma,
mi alma
apagará una de las rosas de tu lecho!