LUCES

       4

Fue tu contacto dulce
como la luna llena,
y aprendí a valorar la piel del mundo
y las manos en crisis de otro siglo.

Fue tu música tiempo
en la doblez angosta de la imagen,
redención y locura cabizbaja
a la espalda de un mar sin diccionario.

Fue tu contacto sed
de un horizonte abierto,
biblicoteca sin rumbo,
desestabilidad de arena blanca...

Porque mientras duró,
aprendí a recortar los corazones
en las hojas más tiernas del otoño.
 

          7

CUMPLEAÑOS

Amaneció a las doce ya pasadas,
en el sendero solo de la una.

Los rayos eran tibios
en la nieve amueblada de la noche,
directos y brillantes
como una flor quimérica
o un suspiro de savia a ras de sol.
Duraron más allá del sueño no saciado,
de la cuádruple espera
por las calles exóticas del té
y el cristal encendido de los árboles.

Amaneció a las doce ya pasadas,
en el sendero solo de la una.

Vuestra sonrisa a coro
iluminaba el eco de las tinieblas
como una radiación por triplicado...

No me importó cumplir un año más.
 
 

           8

Tuvo que ser distitnto,
no más ni menos cierto.

Ansiábamos el sol que no llegó a lucir,
la ocasión de olvidar
la biblioteca,
el lunes de resaca,
la clase de las cuatro,
el césped tan inútil de los discursos
y los bancos más duros del camino.

Tu voz era más ronca que mi cuello,
tu chaqueta más grande,
tu cuerpo diferente.
Flotaba la ocasión a ras de copas,
y en el último té de porcelana
se escurrió aquel acento de ternura
por tus labios de hombre a medio curso.

Pero yo no aprendí
la inmediatez,
el aroma sutil de la espesura,
el abandono cáustico del beso
o la caricia en trance...
Tal vez porque esas luces no se aprenden,
sólo surgen o no
(cuando menos se esperan)
en el cauce parcial de lo sensible,
en esa tontería que nos duele por dentro
y que unos llaman alma simplemente
y los más entendidos corazón.

Tuvo que ser DISTINTO,
no sé si más real,
acaso simplemente más quimérico...

Tuvo que ser distinto,
tal vez fuera distinto...
Lo importante es que fue.
 

             3

No aprendí tu materia.
No pasé de tu ropa,
ni de tus hombros fuertes
a la espera insaciable de caricias,
de manos de mujer en oleaje,
de carmín encendido de repente.

No aprendí tu materia.
Tus labios eran poco para llenar el mundo,
intervalos de sed tus ojos breves
y tus manos un nudo de rutina
sin imaginación para crear.

Yo esperara la luz de la palabra,
el temblor de tu acento,
acaso un corazón con una flecha
y dos nombres flotando a la deriva.
Tus labios no eran nada,
tus manos y tus ojos sólo fuego
incapaz de aliviar la soledad.

No aprendí tu materia.
Mi piel necesitaba una ilusión
y me quedé enel quicio de tu ropa.
 

LUCES Y SOMBRAS.

               1

A intervalos insípidos
debatimos el mar de nuestra esencia
entre luces y sombras al compás.

Porque no conocemos otro rumbo
que la triste alegría,
el paraíso a medias
o un depresivo acento de esperanza.

Porque somos así,
mitad y mitad,
espesor y carencia.

Porque no existe límite
ni fórmula de vida matemática.

Porque no existe nunca el absoluto
más allá del instante imperceptible.
 
 
 
 

          OSCURIDAD

                 6

Desenturbia tus alas.

No importa que la noche te robe algunas plumas
ni que rujan sin velo tus sueños archivados.

La molécula azul de los tejidos
suavizará la lucha sin cuartel,
la herida del silencio,
todo lo que te anula...

Descubrirás el rastro de las esencias.
Llegarás a ese mundo en crecimiento
que habita sólo en ti,
al centro inabarcable de toda ingravidez.

Regresarás al fondo no vivido...

Desenturbia tus alas
cuando te venza el sol que aún no conoces
y busques el calor donde no esté.

No importa que la noche te robe lgunas plumas
ni que rujan sin velo tus sueños archivados.

Yo olvidé que existían
y me quedé sin luz bajo la Tierra.