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Disponible en: http://www.bnm.me.gov.ar/bnmdigital/libros_pdf/periodos.htm
Director del Centro de
Documentación e Información sobre Medios de Comunicación.
Esta es una contribución que el Profesor Pablo Medina ha
realizado para ampliar los espacios de la historia del libro en la escuela
argentina, desde su larga trayectoria, su experiencia y su permanente lectura.
Si bien estas reflexiones no comprenden todos los períodos históricos, la
contribución del Prof. Medina es un aporte interesante para agregar a toda la
literatura escrita sobre esta temática.
EL LIBRO EN LA ESCUELA
En la historia argentina y en particular en la historia de
la educación, el libro ha estado presente de distintas maneras, como elemento
de ejercitación, cartillas y silabarios. En el año 1842 Domingo Faustino
Sarmiento tenía 31 años de edad, irrumpe en la educación argentina y chilena
con nuevas ideas que despiertan encuentros y desencuentros. Su poderoso
pensamiento no menos inteligente y audaz sonaba contundente: "No se
comprende suficientemente cuantos cuidados deben prodigarse para que los niños
adquieran las ideas necesarias para poder leer con provecho. Los vicios
introducidos en las escuelas, el tono monótono y odioso adoptado en la lectura,
el leer por leer, sin conciencia y sin otro objeto que el trabajo mecánico,
hacen más males a la cultura del pueblo que la falta de escuelas y
escasez....". Esto lo dijo en una nota publicada en el diario "El
Mercurio" de Santiago de Chile.
Sarmiento ocupó desde su inicio como educador el papel
central como promotor del "libro en la escuela". Toda su fuerza, sus
ideas y su formidable pensamiento revolucionario en este sentido, se escribió a
lo largo de sus setenta y siete años de vida. Decía: "Créese hoy que la
suerte de un pueblo no depende de la elección de un libro aplicado a las
escuelas provisorias, sino del conjunto de ideas, costumbres, instituciones y
tendencias que prevalecen en una época, esto es, lo que constituye la educación
pública. La instrucción primaria tiene por objeto principal poner en el niño
los instrumentos de la civilización; aprender a leer lo escrito, pintar las
ideas, calcular los números , dibujar las formas, etc..... "
Señalaba además: "Los libros elementales de enseñanza
de la lectura para servir a su objeto tendrán por fin principal facilitar y
acelerar el aprendizaje de este arte y despertar, si cabe, las primeras ideas
de moralidad en el niño, suministrándole ejemplos a su alcance y dándole
nociones generales sobre aquellos hechos que más le interesa conocer".
No cabe duda que en Sarmiento se aúnan "pensamiento y
acción".Toda su lucha estaba orientada a encontrar el sendero, la guía y
la orientación de "educar el soberano", con los mejores recursos:
libros y bibliotecas. Fue un precursor, adelantado en su época y un seguro
visionario del futuro de la educación argentina; sus ideas en este sentido son
hoy actuales: "La biblioteca para ser útil ha de ponerse al alcance del
lector, y no exigir que éste se traslade a buscarla: ¿Por qué hay templos en
todos los barrios? El pan del alma debe estar como el mercado al alcance del
consumidor" y prosigue: "Los niños deben, pues, leer y éste es un
objeto principal al establecerse Bibliotecas Escolares."
Sarmiento ejerció la presidencia de la nación entre los años
1868 y 1874 coincidentemente en este período se instalan en la Argentina los
primeros editores. Pablo Emilio Coni, francés de origen, se instaló en
Corrientes donde dirigió la imprenta oficial. Desde 1857 a 1864, se radica en
Buenos Aires. Don Jacobo Peuser, emigrado alemán estableció su primera librería
y editorial "Librería Nueva", en 1867. Proveniente de París, con una
gran experiencia como editor llega el joven alemán Guillermo Kraft, ubicando su
editorial en Buenos Aires en 1864. A don Angel de Estrada, de gran experiencia
editorial (1840-1918), que funda una de las más importantes editoriales del
país que aún hoy día prosigue su labor a favor de la "cultura del libro"-
le cabe el orgullo de establecer la primera fundición de tipos para imprenta y
además ser agente de los más importantes fabricantes de maquinarias gráficas.
La suerte está echada, el libro está instalado en la
sociedad argentina. Sarmiento es su voz, los editores sus ejecutores. Es
primordial y esencial que la escuela argentina sume su rol de promotora y
animadora del libro y la lectura en la educación de los niños. En una
conferencia a los maestros el 15 de mayo de 1878 – el sanjuanino decía: "No
hay progreso real en educación que no comience por la infancia y por el
pueblo".
A partir del año 1880, consolidadas las empresas editoriales
y aumentando la necesidad de producir "libros" para los niños de las
escuelas del país, nace una vigorosa industria editorial. La editorial Angel
Estrada produce desde 1880, el libro "El Nene" de Andrés Ferreyra y
José M.Aubin, primer libro, segundo y tercero, con abultadas reediciones por
más de quince años. Otras editoriales como Pedro Igon y Cía; Librería del Colegio,
aparecen entre los años 1894 y la casa Editora Cabaut y Cía., en 1900. La
edición de libros de lectura constituyó un enorme aporte al mejoramiento y
progreso de la educación argentina y marcó un rumbo ascendente en la calidad
estética y de contenido textual en sus impresiones desde 1900 a 1940.
Simultáneamente, la edición de libros complementarios de
divulgación de diversas editoriales como Kapelusz, Sudamericana, Atlántida y
Abril, generan un espacio competitivo que pone a la industria argentina del
libro en uno de los lugares más destacados de la lengua española.
Se publican numerosos libros cuyos formatos, tipografía,
ilustración y textos gratamente escritos invaden el mercado del libro infantil
por primera vez y por extensión de falta de títulos a la escuela argentina.
Entre ellos: el libro del Centenario: "La Historia Argentina de los niños
en cuadros", por los doctores Carlos Imhoff y Ricardo Levene, edición
Librería Nacional de J. Lajonane y Cía. Editores, 1910, es un libro curioso por
su tratamiento temático y una gran y variada ilustración de diversos
realizadores, circularon entre nuestros niños en varias ediciones y formatos.
En el año 1921 por iniciativa del entonces vocal y doctor
Juan P. Ramos, el Consejo Nacional de Educación, dictó una muy importante
resolución ordenando una recopilación de la literatura popular folklórica, con
el aporte y contribución de los docentes de todo el país, el material reunido
fue luego cedido al Instituto de Literatura de la Facultad de Filosofía y
Letras, bajo la dirección de don Ricardo Rojas, donde se encuentra y ha sido
ordenado y catalogado para su estudio y comprende alrededor de cuarenta mil
piezas. Más tarde por resolución de la Comisión Didáctica con fecha del 12 de
Junio de 1939, se forma una comisión para seleccionar, adoptar y ordenar el material,
proyecten la nómina del nuevo y la fecha de entrega.
El 31 de octubre de 1939 la Comisión integrada por la
Directora, Profesora Berta E. Vidal de Battini; Maestra y Prof. de Enseñanza
Secundaria; doctora Josefina Quiroga, Prof. Juan Alfonso Carrizo, Director
Prof. Fermín Estrella Gutierrez, Prof. Leopoldo Marechal , maestro Señor Germán
Berdiales; inspector de música Athos Palma, Inspector de Música Prof. José
André y director doctor Enrique Mariani, bajo la coordinación y presidencia del
poeta y escritor Enrique Banchs; seleccionen, adapten y ordenen el material
recopilado para armar el "primer volumen para niños y el primero para
adultos, para ser publicado oportunamente.
En el año 1940 se edita el primer volumen de esta selección:
con el título de "Antología Folklórica para las escuelas primarias" y
"Antología Folklórica Argentina". Para las escuelas de adultos; ambas
editadas en 1940. La investigadora y estudiosa Prof. Berta Elena Vidal de
Battini concreta la edición de "Cuentos y Leyendas Populares de la
Argentina", edición del Consejo Nacional de Educación en el año 1960,
distribuida gratuitamente en las escuelas y bibliotecas escolares del país.
La editorial Atlántida creada y dirigida por Constancio C.
Vigil, además de la legendaria edición de su libro de lectura "UPA"
cuyas inagotables ediciones recorrieron y recorren el país como uno de los
clásicos entre los textos de primera lectura, aporta innumerables colecciones
de libros de literatura informática y de divulgación. Una mención especial a la
revista Billiken que se ha mantenido por más de 70 años como la única
publicación infantil de mayor permanencia y tirada del país.
Entre los años 1945 y 1955, durante el primer gobierno
peronista, la instalación del libro recreativo y de entretenimiento e histórico
en la cultura y educación de los niños es un acontecimiento único en la
historia del libro escolar. Fue una tarea que se efectuó a través del Consejo
Nacional de Educación, el Ministerio de Cultura y más tarde por la Fundación
Eva Perón. Se crea la colección "Biblioteca Infantil General Perón",
editada por editorial Peuser, en el año 1949. Está compuesto por doce títulos,
entre otros: "Cuentos heroicos argentinos", "El niño en la
Historia Argentina", "Cuentos del 17 de Octubre", "Historia
de los Gobiernos Argentinos", "Una mujer argentina: Doña María Eva
Duarte de Perón" y otros títulos. Simultáneamente se edita y distribuye la
Colección Naturaleza, editados por Codex. La mayoría de estos títulos fueron
escritos por Héctor Sánchez Puyol (seudónimo de Héctor Germán Oesterheld) .
Estos libros estaban referidos a temas de divulgación científica excelentemente
ilustrados por el pintor A Amuchástegui. Entre otros títulos cabe destacar:
nidos de pájaros y vida de los colibríes y aves del paraíso, aparecieron en el
año 1949 y circularon durante todos esos años.
La editorial Sudamericana pone en el circuito comercial del
libro su Biblioteca Infantil en el año 1939, con libros como "El niño
Dios" escrito por Leopoldo Marechal e ilustrado por Ballester Peña,
Geografía argentina con textos de María Rosa Oliver e ilustraciones de Horacio
Butler y por último "El General José de San Martín", escrito por
Rinaldini y bellamente ilustrado por Antonio Berni.
Durante todos estos años la producción nacional de libros de
lectura y lectura complementaria se vio acrecentada y enriquecida por nuevas
editoriales como Kapelusz,-pionera en su momento en el mundo editorial – por su
renovado aporte gráfico diseño y temática rica y novedosa.
A partir del gobierno del Presidente José Cámpora 1973 y
continuó luego hasta 1975, con el entonces ministro de Educación de la Nación
Jorge Taiana, se impulsó y editó "El diario de los chicos",
publicación que llegó a todo el país, en un formato exclusivo, con una gráfica
moderna e información de actualidad nacional e internacional. Se publicaron
"Historietas populares" con contenido temático histórico y de
divulgación científica: "La vinchuca asesina", en la colección
"Los finales de la dependencia, historietas de la liberación, intergrados
por "La Vuelta de Obligado", "Chacho", "A volar se ha
dicho" "Felipe Varela", "Santiago y su bosque", por la
editora nacional Codex, en el año 1974.
El Primer Plan de Lectura Nacional: "Leer es
crecer", desarrollado bajo la dirección de la profesora Hebe Clementi de
la Dirección Nacional del Libro, durante la presidencia del gobierno del Dr.
Raúl Alfonsín fue un proyecto sobresaliente y excepcional por su diseño y
alcance. Tuvo su mayor envergadura entre los años 1986 a 1988 que concretó
Talleres de escritura y lectura a lo largo y ancho del país con más de 150
talleristas.
A partir del gobierno peronista del Dr. Menem 1989-1999 y en
particular desde la implementación del Plan Social Educativo, el Ministerio de
Cultura y Educación volvió a ocuparse del "libro en la escuela".
Produjo estrategias y políticas inherentes a su empleo en el aula y se afirmó
con rigor en los planteamientos curriculares en vigencia. Editó y edita
"cuadernillos y publicaciones" para llegar a todas las escuelas del
país y en especial a las más alejadas y desprovistas de recursos. Adquiere y
selecciona libros y arma bibliotecas áulicas y escolares con los mejores
títulos en circulación en e mundo editorial del momento. El Plan Social
Educativo completó la puesta de 20.000.000 de libros en sus diversos proyectos
de las escuelas argentinas, son semillas, simientes que darán sus frutos en los
tiempos venideros.
Profesor Pablo Medina.
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