María del Rosario Sanguinetti / cotyna@hotmail.com
INTRODUCCIÓN
A fines del siglo XlX, para ser más
precisos en el último decenio, se desarrolló en Europa una tendencia modernista
que se expresó en todas las manifestaciones de las artes aplicadas: utensilios
y joyas, muebles y edificios, diseños gráficos.
Muchas fueron las influencias que
contribuyeron a su nacimiento, desde el Neogótico hasta el Exotismo y desde el
Historicismo hasta el Simbolismo, pero se considera relevante el Arts and Crafts Movement, de William
Morris, definido también como “ el primer Art Nouveau inglés” que desarrolló
una personalidad claramente precursora.
Después de éstas experiencias inglesas, en
1890 surge en Bruselas y madura en los dos o tres años siguientes, un estilo
nuevo: es el Modern Style o Style 900. Estas denominaciones ponen claramente de manifiesto su origen
inglés.
Aunque este movimiento recibió en cada país un nombre diferente, (
Jugendstil en Alemania, Floreal y Liberty en Italia, Secesión en Austria,
Modernismo en España ) históricamente se lo designa con el nombre que lo
identificó en Francia: Art Nouveau, tomado
de una tienda de muebles abierta en París en 1890 por Samuel Bing, un ferviente
partidario del arte nuevo y difundido internacionalmente a partir del
extraordinario éxito de la Exposición de París de 1900.
La fascinación
por el movimiento; debe recordarse la explosiva aparición del cine en la misma
época, había alcanzado a todos los aspectos de la vida. Ya nadie podía
permanecer indiferente ante la creciente aceleración del tráfico y de la
eficiencia mecánica, productos de la era industrial.
Uno de los
primeros deseos del cine fue reflejar ese elemento dinámico tan presente en la
vida de la sociedad de fines del siglo XlX. Sublimarlo estéticamente fue el
deseo por excelencia del Art Nouveau, como un intento de dar alcance a los
procesos técnicos que cambiaban el mundo constantemente.
El
impresionismo había sido el primer camino para dar una forma estética
satisfactoria a lo pasajero, a aquello que no se puede fijar en detalle. La
falta de nitidez expresaba así una nueva forma de concebir las imágenes: en
movimiento.
Si el contacto
entre arte y técnica había sido hasta ese momento, efímero, con el Art Nouveau
se advierte un intento claro de revertir la situación reconciliando a ambos. El
momento adecuado llegó en torno a 1900.
La tensión,
fruto de la disonancia entre arte y técnica que había caracterizado casi todo
el siglo XlX, se resolvió en una enorme cantidad de obras surgidas en los lugares
más diversos del mundo, impulsadas por un nuevo desarrollo de las técnicas
constructivas y el empleo masivo de materiales adecuados como el hierro y el
hormigón, los nuevos cristales y mayólicas y la facilidad de producir objetos
en serie que comenzó con la Revolución Industrial, a partir de la segunda mitad
del siglo XVlll.
Un cambio
violento acontece teniendo como base nuevas teorías y enfoques estéticos: lo
mítico, la fascinación por lo fantástico, una fuerte influencia de
civilizaciones orientales, la creciente atracción por elementos decorativos y
la simetría como principio de composición ligada a la ornamentación
naturalista, la exaltación de la línea siempre en movimiento que se transforma
de débil motivo decorativo en vigoroso elemento estructural.
La decoración,
casi siempre inspirada en motivos florales y animales no se utiliza como simple
adorno sino que se convierte en un medio para definir la forma que es siempre
viva, armónica y dinámica.
El Art Nouveau sentó las bases para una
verdadera revolución, sin embargo, la situación misma no permitió una adecuada
maduración del mismo y así su reinado resultó efímero, fatalmente dependiente
del dictamen del público, aunque sobrevivirá eternamente como la metáfora de
una esperanza utópica.
Los orígenes del Art Nouveau pertenecen al período 1883-1889.
Arthur H. Mackmurdo, joven arquitecto y proyectista inglés, escribió un
libro sobre las iglesias de Sir Christopher Wren en Londres, ejecutando la
portada del mismo de una manera sorprendentemente moderna. Este dibujo,
consistente en ramas de tulipán y dos figuras de pollos estilizadas, no carece
de antecedentes, pero éstos no corresponden a períodos estilísticos
consagrados. Mackmurdo se había inspirado en la obra de Williams Morris.
Morris era un férreo defensor de la artesanía y se había dedicado a la
arquitectura bajo la influencia de Ruskin. Éste había llevado a cabo en la
segunda mitad del siglo XlX una apasionada cruzada contra la técnica, que se
estaba desarrollando velozmente, y propugnaba la vuelta a la artesanía para
proporcionar al obrero industrial una actividad independiente que lo librara de
la dependencia capitalista. Sin duda, la situación social imperante en
Inglaterra daba pie a aquellas ideas utópicas.
Además de solucionar los problemas sociales, Ruskin se proponía la
salvación de las formas tradicionales.
William Morris intentó más tarde hacer realidad ese modelo ideológico
que evocaba una Edad Media idealizada. Fundó talleres y aprendió las diversas
técnicas artesanales. Como consecuencia surgieron de sus manos objetos que, por
la alta calidad de los diseños y la exquisita manufactura resultaron solo
accesibles para los más ricos perdiendo así difusión en el resto de las capas
sociales.
Aunque Morris había llevado las ideas de Ruskin hasta lo más extremo al
aplicarlas de forma directa, éstas permanecieron vivas formando parte de la
ideología que reinó en torno a 1900.
En lo sucesivo el Arts and Crafts
Movement de Morris había de servir como modelo y figura clave del
modernismo que surgía.
Sin embargo todos los que adhirieron a su pensamiento y lo llevaron a la
práctica terminaron satisfaciendo las necesidades de un público que buscaba lo
especial y no lo general.
SIGNIFICADO DEL ART NOUVEAU
El individualismo y el impulso interior del Art Nouveau se oponen al
largo período de esterilidad artística que se impuso durante el
Historicismo. Éste solo procuraba la recuperación de los estilos del
pasado y se difundió por todo el mundo occidental como “neoestilos” (
Neorrococó, Neogótico, Neorrenacimiento )
La revolución devino, en parte por el deseo interno de un cambio en las
propuestas artísticas, pero también por causas más profundas.
Si durante el Historicismo se abandonaron las normas estéticas a causa
de la normativa de la técnica, la irritación de los modernistas puede
interpretarse como un acto reflejo de oposición.
Baste citar las originales entradas del metro parisino, tan opuestas a
la concepción del nuevo medio de transporte innovador.
Sin embargo éstas representan de modo ejemplar no solamente una ruptura
entre las dos tendencias sino también una integración entre la técnica y el
arte, lo que se oculta y lo que se desea mostrar de forma casi sobrecargada.
El entusiasmo por el ornamento adquiere así otro significado, se trata
de algo más que una simple decoración. Deja de ser un síntoma para
transformarse en un símbolo: la función convertida en placer estético.
En París se desarrolló una tendencia de origen belga que interpreta la
línea como un signo abstracto que recorre las superficies abriéndose en amplias
volutas.
La supresión de las aristas suaviza los ángulos y las molduras. Los
materiales, totalmente sometidos a las formas, son la madera, el bronce y el
hierro forjado.
Los principales artistas parisinos fueron Guimard, Gaillard y de Feure.
Héctor Gaimard, autor de las ya
citadas ( extraordinarias ) estaciones del metro parisino, trabajaba con
maestría la madera del peral.
Eugène Gaillard refinado y elegante, muestra en sus muebles la
sinuosidad de la naturaleza.
Georges de Feure, más ligado al rococó, prefiere los colores claros pero
emplea también el dorado en sillones y divanes decorados con grabados y tallas.
En 1900 actuó en parís la bailarina Lois Fuller. Un número increíble de
ilustraciones y esculturas nos muestran hasta qué punto el Art Nouveau se
inspiró en ella. Su forma de danzar serpenteante y bañada de una luz multicolor
provocó el intento de plasmar sus movimientos, exagerados por las telas que la
envolvían. Tarea prácticamente imposible pero que nos permite apreciar hoy en
día la pasión que desató en innumerables artistas.
Sin embargo fue en la Ècole de
Nancy donde se desarrolló una verdadera industria del Art Nouveau en su
vertiente plenamente naturalista y con fuertes dosis de simbolismo de origen
literario.
Nancy se había convertido en 1900 en la ciudad más poderosa del este
francés tanto en el plano político como en el económico y cultural.
Asentamientos de artistas y artesanos contribuyeron a la prosperidad de la
ciudad que se destacaba por sus manufacturas de muebles, vidrios y cerámica.
Jean Daum, emigrante en Nancy, produjo desde 1895 artículos de vidrio en
estilo modernista, sin temer a la producción en serie. Jacques Gruber, fino
ebanista llegado de Metz hizo famosa a Nancy
con sus creaciones hacia el 1900.
Emile Gallé el más dotado y
polifacético entre los artistas de la época se perfeccionó en la manufactura de
vidrio coloreado y tallado ( que aplicó
especialmente en sus famosas lámparas ) y en el taraceado de los muebles. Con
el tiempo llegó a ser una figura señera dentro del Art Nouveau.
En el diseño de mobiliarios se destacó también Louis Majorelle con sus
construcciones escultóricas llenas de dinamismo y elegancia. Con respecto a su
maestro, Gallè, expresa un mayor sentimiento plástico (modelaba sus muebles en
arcilla antes de construirlos), subrayado además por apliques decorativos de
bronce dorado. Este artista falleció en 1926.
Bélgica
Las primeras manifestaciones del
Art Nouveau se producen en Bélgica con la obra de Víctor Horta quien a
comienzos de 1890 define perfectamente las características del nuevo estilo.
Los edificios y muebles que diseña tienden a una integración total con
el ambiente, desarrollando formas vegetales pero no copiándolas sino
interpretando sus elásticas tensiones en motivos decorativos abstractos,
ligeros y ondulantes.
Henri Van de Velde, arquitecto, diseñador y pintor puede considerarse el
artista más comprometido con el nuevo estilo.
Desarrolla su actividad en toda Europa y se interesa por todas las artes
aplicadas.
Sus muebles, aunque no renuncian a los elementos decorativos, como en el
famoso escritorio “en forma de mariposa”, se
basan en líneas de fuerza que brotan de la propia estructura, sus curvas
no son nunca ornamentales. Utiliza la madera de una madera orgánica respetando
las tensiones de sus fibras.
Junto con el genial Van de Velde hay que citar a Gustave Serrurier-
Bovy, quien representa el lazo de unión entre la experiencia belga y la inglesa
de Arts and Crafts.
Alemania
El Jugendstil alemán se desarrolla en dos ciudades: Munich y Darmstadt.
En Munich trabajan Obrist y Endell, cuyas obras se remiten a un
linealismo floral que sin embargo no anula los aspectos estructurales.
Los muebles de Obrist, conocido también por sus tejidos bordados, buscan
la simetría y una moderada plasticidad. Endell es más conocido por sus
impetuosas decoraciones en edificios.
En Darmstadt, la influencia austríaca, en especial la de Olbrich,
determina una mayor severidad en las líneas. Sus artífices son Peter Behrens,
uno de los grandes innovadores en el campo del diseño y la arquitectura
europeas y un grupo de pintores y escultores que trabajan en el extenso campo
de las artes aplicadas.
Los muebles de Beherns, quien por otra parte también se había formado en
Munich, se caracterizan por la elegante moderación con que expresan la línea
curva.
Austria
En Austria el movimiento modernista toma el nombre de Secesión. Fundado
en 1897 por el pintor G. Klimt y por los arquitectos Hoffmann y Olbrich, pronto
comienza a exponer obras de artes aplicadas en un estilo que se caracteriza por
una descarnada linealidad y una clara estructura geométrico- constructiva, muy
próxima a la obra del escocés Mackintosh.
Los muebles de Hoffmann son de una gran sencillez, de su “Taller Vienés”
fundado con el pintor Koloman Moser salen productos muy característicos, además
de por su línea, ( recordemos los construidos por la firma Thonet ) por su
color: blanco y negro.
Olbrich denota en sus muebles la influencia del estilo Biedermeier
aunque usada con total libertad.
Inglaterra
Aunque sea el origen del estilo Art Nouveau, Inglaterra no alcanza nunca
el desarrollo que éste consigue en el continente, resistiéndose sobre todo al
exhuberante fluir de sus líneas.
A partir de las experiencias de Mackmurdo y Voysey, quienes siguiendo
las indicaciones del Arts and Crafts, diseñan muebles de líneas apenas movidas
o inspiradas en el más abstracto mundo oriental y posteriormente de las
experiencias anglo- orientales de Godwin, nace en Glasgow un grupo liderado por
Mackintosh quien lleva hasta las últimas consecuencias el rigor, el geometrismo
y el culto por la línea pura.
Una rigurosa verticalidad, un mesurado juego cromático determinado por
una completa gama de grises, violetas, blancos y negros, formas elementales del
cuadrado y el rectángulo e incrustaciones de vidrio y nácar dan como resultado
muebles muy sugerentes, los más innovadores que se realizan en aquellos años.
España
El Modernismo español se identifica con el movimiento catalán, en cuyo vértice
se encuentra Antonio Gaudí, el increíble arquitecto y diseñador muerto en 1926.
Su extraordinaria arquitectura, apadrinada por el visionario mecenas Don
Eusebio Güell, puede considerarse única
en el mundo por su fantasía y libertad. Además de algunos edificios privados,
este hombre hizo posible la construcción del parque público bautizado con su
nombre situado en el noroeste de la ciudad de Barcelona. Este parque constituyó
el punto culminante en la fase madura de Gaudí, cuya meta ya no era la superposición
de elementos diferentes, sino el conjunto.
Los muebles y la herrería que
adornan los edificios de Gaudí dieron
el puntapié inicial a gran cantidad de artistas de enorme talento.
Esta obra monumental e intacta puede apreciarse hoy en día en la ciudad
de Barcelona, así como la de sus seguidores.
Italia
En Italia el estilo Liberty se difunde tras la Exposición de París del
1900 y se afirma definitivamente con la Exposición Internacional de Arte
Decorativo Moderno realizada en Turín en 1902.
Su creador más destacado es el diseñador Ernesto Quarti con sus motivos
decorativos de marquetería con incrustaciones de nácar, plata y carey inspirado
tanto en el Art Nouveau francés como en la Secesión austríaca.
Giácomo Cometti , en cambio se siente atraído por la geometría de
Mackintosh y Carlo Zen produce muebles
elegantes con abundantes incrustaciones de nácar.
EL ART NOUVEAU EN ROSARIO
La arquitectura rosarina de todos los tiempos no se ha presentado en
estado “químicamente puro”. Los estilos han estado siempre teñidos de toques
eclécticos o extraños a los mismos, con
reiterados acentos localistas, derivados principalmente de reinterpretaciones,
recambio de materiales y técnicas constructivas propias. Por esto, “ lo
rosarino”, puede juzgarse desde una idiosincracia propia que, lejos de quitarle
valor, le agrega un interés digno de mención.
Una condición distintiva de gran parte de nuestra arquitectura es
trabajar para la fachada. Rosario, es una ciudad de fachadas. Son innumerables
los frentes deslumbrantes – en todos los estilos – que al ser traspuestos dan
lugar a interiores mucho más contenidos.
En el Art Nouveau esto puede apreciarse de forma especial ya que sus
elementos son utilizados, dentro de la construcción, con sentido directamente
decorativo y que se observa en toda clase de barandas, rejas, revestimientos,
solución de balcones, marquesinas y detalles decorativos en general.
La guía sobre Art Nouveau editada por el Centro de Arquitectos de
Rosario, dice textualmente “ resulta difícil agrupar según un estilo dominante,
siguiendo las clasificaciones europeas del Art Nouveau en arquitectura: aquí la
variedad es enorme como así también las mezclas (...) construcciones presentan
conjuntos híbridos, con aberturas redondas, elementos de hojas y flores de
cerámicos rojos y blancos, y elementos academicistas en remates de balcones de
novedoso movimiento (...) proliferaron las fachadas de novedosos estilos, sin
estilo, y los clásicos pastiches a que se recurría para salvar el deseo
manifiesto del comitente de diferenciarse claramente del vecino.”
Como se ve, una actitud netamente fachadística, de volcar el ingenio
sobre lo que está a la vista pública. El interior, pertenece a la intimidad de
cada uno...
Las “Artes Aplicadas”
El Art Nouveau fue uno de los pocos movimientos que llegó a interesar
por igual a todas las manifestaciones estéticas: su principal característica,
la ornamentación.
Es notable la cantidad de artesanía puesta al servicio de la
arquitectura. Esto se debe en gran parte a la venida de artesanos italianos y
franceses experimentados y además a la divulgación que alcanzaron los manuales
de herrería y los catálogos extranjeros que sirvieron de inspiración a los
artistas locales.
La difusión de esos catálogos de artículos de la construcción ofrecidos
por las casas importadoras ( aberturas, herrerías, mayólicas de revestimiento,
pisos de mosaico y hasta artefactos sanitarios ) y de los modelos decorativos (
pinturas de cielorrasos y paredes, vidrios esmerilados, vaciados en yeso etc. )
susceptibles de ser combinados indefinidamente, agilizó el proceso de
decorativización, promovido por la mayor capacidad económica de la pujante
clase media rosarina.
Uno de los ornamentos más profusos del Art Nouveau en Rosario, es el vidrio
usado en carpinterías y mamparas como así también en los tan característicos
cristales esmerilados de las puertas cancel y de las marquesinas.
También las mayólicas de revestimiento ocupan un lugar destacado siendo
generalmente importadas de Europa.
El azulejo Art Nouveau se encuentra frecuentemente como ornamentación de
fachadas o en el vano de las puertas y en los zaguanes.
Debe destacarse el uso del hierro de manera novedosa e imaginativa. Los
diseños de rejas y balcones van desde temas vegetales estilizados hasta figuras
abstractas o geométricas. Un elemento decorativo que dio múltiples
oportunidades para vistosos diseños fue la marquesina.
En cuanto al mobiliario y demás accesorios para la vivienda,
generalmente provenían de Francia. Los cristales, bronces, vidrios y marfiles,
llegaron a ser objetos comunes en los bazares del hogar.
También el Art Nouveau invadió los caracteres tipográficos, provenientes
de Francia, y se los ve en todo tipo de publicaciones.
En Rosario aparecen caricaturas políticas y avisos en la revista local
“Monos y Monadas”, de principio de siglo.
Lo mismo pude observarse en el diario “La Capital” de esos años, en
viñetas y tipografías.
El estilo Art Nouveau penetró en todos los campos imaginables y fue
abandonado con la misma fuerza que se adoptó.
El Modernismo Catalán
y el Arquitecto Francisco Roca en Rosario
A partir de 1880, Cataluña
siente más sus diferencias con el resto de Europa. El Modernismo es la
expresión artística de este sentir, nutrido por el desarrollo industrial y por
el particular talento de un grupo de artistas y arquitectos comprometidos en un
logro inédito en el mundo de las formas.
En la Argentina, el Modernismo llega a ser expresión de toda la
colectividad española.
Este movimiento penetra en Rosario a través del arquitecto
mallorquí Roca y Simó, quien realizó
sus estudios en Barcelona y tuvo un fluido
y personal contacto con el genial Antonio Gaudí.
Graduado en 1906 se traslada a Rosario donde, en cinco años, realiza su
labor más significativa: Club Español, Asociación Española de Socorros Mutuos,
Palacio Cabanellas, Edificio Remonda Monserrat, Confitería “La Europea” y Banco
de Castilla y
Rio de la Plata, todavía hoy en
perfecto estado y formando parte de lo mejor del patrimonio local.
Todos estos edificios presentan una riquísima utilización de recursos
afines al Modernismo catalán, una formidable capacidad artesanal en el trabajo
del hierro, el uso de azulejos, mosaicos, vitales con una ornamentación que
aprovecha motivos zoomorfos, antropomórficos y heráldicos.
La solución aplicada en el Club Español es de especial impacto pòr lo
atrevida y deslumbrante. Para plantear un espacio así no solo es necesario ser
talentoso, también se necesita mucha valentía.
Roca incorpora profusamente la escultura en los altos relieves,
concepción de magníficos vitrales o cobertura de espacios multicolores.
Son notables sus soluciones para
“La Europea”, hoy lamentablemente afeada por construcciones en la planta
alta y carteles de publicidad, o el tratamiento del volumen, remates y
articulaciones del Palacio Cabanellas en la esquina de las calles Sarmiento y
San Luis y el edificio Remonda Monserrat, popularmente llamado el edificio “ de
los dragones” a causa de las bellísimas mayólicas exteriores que coronan su
frente y ochavas.
La notable capacidad creadora de Roca traducida en la calidad de su
obra, hace de sus edificios excelentes y únicos exponentes de una corriente que
tuvo una especial denominación en España: Modernismo.
·
Modernismo.
La utopía de la reconciliación. Klaus Jürgen Sembach. Benedikt Taschen. Bonn. 1990.
·
Muebles.
Ricardo Montenegro. Arnoldo Mondadori Editor. S. p A. Milan. 1991.
·
Los orígenes
de la arquitectura y el diseño modernos. Nikolaus Pevsner. Ediciones Destino. Thames and Hudson
Ltd. London.1968.
·
Rosario.
Historias de aquí a la vuelta. José Mario Bonacci. Ediciones de Aquí a la
Vuelta. Rosario. 1992.
·
Recorridos de
arquitectura en Rosario. Centro de Arquitectos de Rosario.
·
Manual de
Ornamentación. F. S. Meyer. Ediciones G. Gili, S.A. de C. V. Méjico. 1994.
Estudio de Museología Rosario...http://emuseoros.wm.com.ar ...un sitio
especializado en museología....visítenos...