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ESPAÑA LITERATURA
MAPA, BANDERA Y DATOS DEL REINO DE ESPAÑA
  Su superficie es de 504.782 km2
  La población es de 40.037.995 habitantes (2001)
  La capital es Madrid
  Su promedio de vida es de 73 años (1975)
  Tiene 17 médicos por cada 10.000 hab (1978)
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F U T B O L
  Historia de la Liga desde 1.929 a 1.958
  Historia de la Liga desde 1.959 a 1.988
  Historia de la Liga desde 1.989 a 2.004

  Historia de la Copa desde 1.902 a 2.004

  Equipos de fútbol más importantes
  Real Madrid CF, FC Barcelona, Atletico Madrid, Valencia CF,
  RCD La Coruña, Athletic Bilbao, Real Sociedad SS, Real Betis BS,
  Sevilla CF, RC Celta Vigo, Real Zaragoza, Atletico Osasuna, etc.
LITERATURA DE ESPAÑA

  • Del siglo X datan los más antiguos poemas épicos. El único que se conserva casi íntegro es el Cantar del Mio Cid del siglo XII. En las llamadas jarchas está contenida la primitiva lírica mozárabe.

  • En el siglo XIII conviven mester de clerecía y de juglaría. Gonzalo de Berceo representa el primero y es el primer poeta de nombre conocido. En el mismo siglo el rey Alfonso X el Sabio contribuye al nacimiento de la prosa.

  • En el siglo XIV, Juan Manuel, prosa; Arcipreste de Hita, poesía.

  • En el siglo XV, influjo de los clásicos latinos y de Dante y Petrarca. Inicios de la poesía popular, el Romancero. El Teatro, escaso y pobre, excepto J. de Encina y L. Fernández. Cabe destacar el influjo de Boccaccio y de la novela sentimental. Por esta misma época surge, además, el género de las novelas de caballería, al tiempo que el Humanismo produce la figura de Nebrija. Pero la obra cumbre de este siglo es La Celestina de Fernando de Rojas, síntesis de elementos medievales y renacentistas.

  • El siglo XVI es el del Renacimiento y con él coinciden el Siglo de Oro, que llega hasta el Barroco y tiene dos épocas: la de Carlos I y la de Felipe II. Destacando en la primera, como poetas, J. Boscán y Garcilaso, introductores de metros italianos y renovadores de la lírica. En la prosa se combina afectación y naturalidad. Con la publicación de El Lazarillo de Tormes se inicia la novela picaresca. El teatro continua los moldes de J. de Encina. En la segunda etapa influye la Contrarreforma. En poesía hay que destacar a Fray Luis de León, F. de Herrera y San Juan de la Cruz. La novela produce dos nuevos géneros, el pastoril y el morisco. El teatro conoce una corriente popularista (Lope de Rueda, Timoneda) y las innovaciones de Lope de Vega. La ascética y la mística alcanzan su climax con Santa Teresa, Fray Luis de Granada y San Juan de la Cruz.

  • El siglo XVII es el de la decadencia del Imperio y el auge del Barroco. La poesía produce el culteranismo de Góngora, el clasicismo de los grupos sevillano y aragonés y el conceptismo de un Quevedo. La novela llega al máximo esplendor con Miguel de Cervantes, cuyo El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha es su mayor exponente; la picaresca con Alemán, Francisco de Quevedo y Gracián, máximo representante de la prosa conceptista. En el teatro predominan las escuelas de Lope (Tirso de Molina, Vélez de Guevara) y Calderón (Rojas, Zorrilla, Moreto).

  • El siglo XVIII es de influjo francés. Se impone el neoclasicismo, especialmente en la poesía de Moratín y los fabulistas Iriarte y Samaniego. La figura más interesante del momento poético es Meléndez Valdés. El ensayo enciclopedista es representado por Feijoo. La novela adquiere poco desarrollo. El teatro es de poca calidad. Destaca R. de la Cruz y mención aparte merece L. F. de Moratín.

  • En el siglo XIX, el romanticismo penetra lentamente y produce una novela mediocre y una poesía altisonante representada por Espronceda. Se cultiva un costumbrismo crítico de cierta resonancia, como el de J. M. Larra. En el teatro sobresalen Martínez de la Rosa y Zorrilla. El realismo poético de Campoamor coincide, en la segunda mitad de siglo, con el posromanticismo de Bécquer. Se produce un resurgimiento de la novela con Varela, Pereda y Pérez Galdós, mientras el melodramatismo de Echegaray domina la escena. A finales de siglo se produce el naturalismo, representado por E. Pardo Bazán y L. Alas, y surgen los primeros brotes modernistas. La figura de Menéndez y Pelayo domina la erudicción y la crítica.

  • En el siglo XX la guerra de Cuba origina el surgimiento de una actitud crítica y la llamada Generación del 98, que convive con el modernismo. En el ensayo y la crítica predominan Unamuno, Azorín y Maeztu, mientras que en la poesía destacan Rubén Darío y sus seguidores. Una profunda preocupación por lo español domina la novelística de Pío Baroja y la dramaturgia de Valle Inclán. Pero el teatro que triunfa es el de Jacinto Benavente. El intelectualismo invade la novela de R. Pérez de Ayala y el pensamiento alcanza cotas altas con Ortega y Gasset. Hacia los años 20 irrumpe el vanguardismo, en el que destaca Gómez de la Serna. Juan Ramón Jiménez es admirado por los jóvenes de la llamada Generación del 27 (Lorca, Alberti, Alexandre), que prolonga su actividad hasta la Guerra Civil. Ésta produce un resquebrajamiento cultural y un exilio masivo. En la posguerra hace acto de presencia la Generación del 36, con una poesía intimista (o rebelde, según los casos) acorde con la situación. Los años 40 están dominados por la lucha entre evasión y compromiso en el campo poético. Representantes de una y otra tendencias son García Nieto, Crémer, E. de Nora, B. de Otero, Hierro. La narrativa da unos cuantos nombres importantes, como Delibes y Cela, produciéndose algún brote vanguardista. En los años 50 se impone el realismo social, tanto en poesía como en narrativa. En esos años el teatro languidece, con alguna figura aislada, como Buero Vallejo. En el ensayo son nombres consagrados los de Laín Entralgo y Aranguren. A partir de los 60 se acelera la recuperación de los exiliados y los jóvenes valores buscan nuevas fórmulas expresivas.