En la actualidad se han encontrado fuentes alternativas
y más baratas para la obtención de estos aceites, por lo que
la caza de los delfinesha desaparecido; sin embargo, muchos
de ellos quedan atrapados por accidente en las redes de los
barcos atuneros y, entre 1959 y 1972,se estimó que alrededor
de 4,8 millones de delfines habían muerto por esta causa.
Con la ayuda de la presión ejercida por ecologistas y
consumidores, se ha conseguido que buena parte de las
empresas conserveras y del sector del atún rechacen el
pescado procedente de flotas que no protejan a los delfines.
Junto a ésto, también se ha mostrado la preocupación que
causa el tratamiento dado a los delfines en los acuarios
públicos.