Autor: Jose Cruz
(XXXIX promocion! )

Era la primera semana de Abril de 1983. Lunes, un dia
que cambiaria radicalmente mi nocion de la vida. Era
la incorporacion a el C.M.L.P. Este era el fin de un
verano diferente. El fenomeno de la corriente de el
Nino, habia sobrepasado las predicciones de los
eruditos en la materia de climatologia. El calor
agitaba los temperamentos de la gente, la escases de
el elemento vital llevaba nuestros cuerpos a una
penuria de necesidad y el desencanto de nuestra gente
era general, eran los primeros brotes de el despiadado
terrorismo que sucumbio a nuestro pais por largos
anos, eran los tiempos en que los carnavales se
jugaban con barro unicamente porque el agua era casi
una ilusion. Parti de Barranco, casa de mi tio, por
toda la costanera hasta mi nueva morada observando las
olas de el mar, la apricion de el sol, el caminar
parsimonioso de los banistas, definitivamente no era
un dia como cualquier otro. Llegue a el patio de armas
lleno de incertidumbre, muchachos de mi edad llegaban
uno por uno. El himno de el colegio, sonaba y sonaba
en cada momento. Para decir verdad, en su momento, la
lirica de el himno no tocaba mi alma todavia, era
logico, era algo nuevo cual yo no habia escuchado
nunca, ademas no habia tiempo para el pensar acerca de
su mensaje, desde que era el natural temor a lo
desconocido lo que nos retumbaba el alma sin el
entendimiento de esta misma. El jefe de ceremonia
comenzo a ordenar a los nuevos cadetes seccion por
seccion, y por accidente alguien con quien habiamos
estudiado juntos en el Andres Razuri de Barranco
aparecio en mi seccion, era el "loco" Chirinos, a
quien despues lo llamaria frank,alma sensible, ocn el
quien compartimos bellos momentos de camaraderia, el
resto eran desconocidos y todos parecian vivir la
incertidumbre de el momento. Ya por la tarde de el
mismo dia, empezamos a sentir la rutina diferente cual
no tenia comparacion con la vida civil cual todos
habiamos llevado. El calor agobiaba, pero mas agobiaba
los cantos de intimidacion de los tecnicos que hacian
sentir su autoridad. Se venia la "masacre" decian
ellos. Durante la primera semana, casi ni dormimos, ni
tuvimos casi algun contacto con el elemento vital, el
agua. Yo veia a cada de mis companeros apesumbrados y
totalmente desconcertados por lo que veian y sentian,
eramos simplemente adolecentes, que estabamos recien
saliendo a conocer este nuevo mundo. Ya para el cuarto
dia, nuestro animo habia decaido bastante y muchos
comenzaron a sentir los estragos de el rigor militar,
algunos desmayandose, unos cuantos pidiendo su baja,
otros emfermandose y casi todos hambrientos. El
sentimiento era de desolacion pero a la vez era un
reto con uno mismo. Todos pareciamos envueltos en
nuestros propios pensamientos como si tratando de
descifrar el significado de todo esto. Pareciamos
robots que no teniamos intencion de interectar con
aquel que estaba en nuestro lado.Llego el primer
viernes y los aspirantes y tecnicos comenzaron a
partir a su fin de semana fuera de el plantel. Ya para
la noche casi todos habian marchado. Para este tiempo
un nuevo aire empezo a descender sobre nosotros, era
como si hubiesemos estado en medio de una tormenta que
no tuviera fin. Empezamos a juntarnos por instinto,
por sobrevivencia, comenzamos a asistirnos los unos a
los otros y levantarnos la moral ante tanta
adversidad. Fue en aquel especial fin de semana que
comenzamos a articular, a darle forma a el principio
de el Uno, fue en aquel fin de semana que la nocion de
unidad comenzo a trascender en nuestras almas. Era la
verdad mostrada en todo su esplendor, era la especial
intensidad de el bello sentir de aquel principio que
siempre estuvo en uno mismo. Era la coneccion entre lo
que habia percibido cuando nino a travez de mi
contemplacion sobre el cielo, las estrellas, el sol y
toda la majestuosa belleza que la naturaleza nos dio.
Era la confirmacion de que el principio era cierto, y
que La unica diferencia fue que este todavia estaba
oscuro para mi antes de entrar a esta gran
institucion, por ello gracias a mi alma mater por
encender el fuego de mi alma y permitir la iluminacion
de esta, gracias por emrunbarme en la inquiria de este
sublime principio a travez de tan especiales
circunstancias, y gracias por ser uno de los medios de
conducirme a tan divino fin. Por ello brindo por la
Tradicion leonciopradina!!!!y que sea esta un regalo
divino su preservacion por siempre.
Alto el pensamiento como una bandera!!!!

Jose Cruz
XXXIX promocion!
La tradicion nunca muere!!!