Alejandro Karpicius ha estado haciendo una compulsa entre diferentes actores del universo virtual de la educación, que ha publicado en su blog. Ha tenido la deferencia de invitarme a responder 2 preguntas, por lo que, unos días más tarde de que él las publicara en su bitácora, lo hago yo en este espacio.
K: ¿Como será el futuro cercano de la Educación Virtual?
DK: Me pregunto si en el futuro podremos hacer la diferencia entre Educación Virtual y … ¿cómo llamarla?… No virtual, Real, Presencial… Intentemos cerrar un poco el campo semántico: Creo que es posible diferenciar o contraponer claramente entre Educación Presencial y Educación a Distancia. Haciendo abstracción de los datos instrumentales y procedimentales (materia, nivel, calidad del expositor, etc) lo diferente entre estos modelos, en términos de la eficacia comunicativa es la falta de la presencialidad humana y con ella la colección de artificios gestuales y recursos sonoros que se despliegan cada vez que alguien se para frente a un auditorio e intenta ganar su atención.
Lo otro, me parece una denominación un poco vaga. Imprecisa. Si lo tomáramos textualmente, te aseguro que conozco un montón de profes que practican la educación virtual… parados al frente del aula.
Desde hace algún tiempo yo uso, para referirme a lo que hago, la forma Educación mediada por TICs. No es mía la formulación, sino de una amiga peruana, Carmen Arbulú Pérez Vargas. Esta manera me parece que nombra mejor lo que yo entiendo por educación en tiempos de la Sociedad Científico-Tecnológica. Deja en claro que hablamos de Educación y que las TICs son instrumentales. Esta es un poco la base de la polémica que vengo sosteniendo con el proyecto OLPC del Ministerio de Educación y la gente del portal Educ.ar. Si bien nada está definido todavía, según dicen ellos, en la manera de nombrarlo, el concepto, la idea de educación no está presente: Una Computadora por Chico, habla de una distribución de objetos. Es lícito pensar que antes fueron zapatillas, luego celulares y ahora laptops. Aun cuando esto pueda parecer una disquisición meramente semántica, yo estoy entre los que creen que la palabra crea la realidad y no al revés. Algo empieza a existir cuando puede ser nombrado.
El término Educación Virtual tiene, para mí, un poco esa connotación por su polisemia. Si por Virtual entendemos una manera de nombrar las prácticas y las tecnologías de información y comunicación, están puestos en el mismo nivel de valoración el cuchillo y el asado. Y, como dije, mi posición es que se aprende con las máquinas y no de las máquinas.
Dicho todo esto, y para intentar responder al fondo de la pregunta, creo que estamos en un momento histórico muy complicado. De un lado tenemos herramientas acerca de las cuales no tenemos experiencia de uso colectivo (Internet en particular, las TICs en general) y del otro, generando una gran tensión con ese otro término, vivimos sumergidos en un modelo de distribución económica cada vez más voraz y superconcentrado que pugna por vender productos y satura el ecosistema con un mensaje hiperindividualista. De un lado tenemos una cultura llena de atavismos respecto a la educación, al saber, a la idea del poder asociado a ese saber y del otro lado, un formidable repositorio de información al alcance de la mano (del teclado, por ahora), que no puede ser aprehendido por los que más lo necesitarían para cambiar su situación económica, porque han sido vaciados en su querer ser. El sistema, como dice nuestro secretario de Cultura, el Dr. José Nun, les ha hecho creer que son pobres porque no han tenido suerte en la vida.
En este marco, la tecnología crece exponencialmente mientras que la cultura de uso avanza a tientas. ¿Cómo educaremos? Creo que necesitamos prepararnos para manejar una gran diversidad de modelos y combinatorias. Diría que la curva de desarrollo va a ir acercándose asintóticamente al modelo educativo personalizado. Uno a uno en la relación educador-educando, no una computadora por educando, como nos quieren vender las multinacionales de la informática.
Nosotros estamos trabajando con niños tutores. Los que aprenden más rápido les enseñan a otros y tratamos de que también les transmitan la necesidad de que cada uno pueda enseñarle a otro que sabe menos. De esa manera los metemos a todos bajo el paraguas de la formación continua mediante la enseñanza y replicamos el formato de la red.
K: ¿Que toman en cuenta a la hora de evaluar un proyecto o una aplicación para la Educación Virtual?.-
DK: Básicamente si nos permite explorar posibilidades de contrarrestar aquella falta. Si nos deja llevar al escenario de la acción alguna forma de la emoción, que es lo diferencial de la presencialidad en materia de comunicación educativa. Vuelvo al tema de la educación como foco. Hay un autor de textos motivacionales, Napoleón Hill, que dice que la emoción, en el proceso de aprendizaje, hace el mismo trabajo que la levadura en el bollo de donde saldrá el pan: con la misma cantidad de materia consigue que ocupe más espacio. Podemos decirlo un poco más académicamente: Jacques Lacan decía que no se puede aprender de alguien a quien uno no le supone un saber. Lo expresaba con el sintagma : Sujeto supuesto al saber.
Este es, para mí, el tema central de la educación: circulación de saberes, intercambio de emociones, rupturas, construcciones y deconstrucciones. Esa es la paleta de desafíos. Lo demás son herramientas. Ninguna es la ideal porque el sujeto aprendiente es siempre distinto. Las herramientas informáticas, sobre todo en los chicos, son interesantes porque aportan una cuota extra de interés respecto al modelo lineal de transmisión de conocimientos.
La imagen fue obtenida en flickr.com
2 Responses to “El futuro de la educación virtual”
Faltaba más !!! podés publicarlo cuando quieras.
En verdad el agradecido soy yo por tu colaboración desinteresada. Esperemos podamos repetir la metología siempre que surjan temáticas que nos permitan pararnos sobre los hombros de los demás.
Un abrazo
Karpicius