Enrique De Gandia en su "Conspiraciones y revoluciones de la historia americana" Dice de el "No podra negarse, como lo han hecho, superficialmente, algunos contradictores, que Alzaga no tenia ideas democraticas de gobierno, que no invocaba, hasta abusar, segun la Audiencia, el nombre del pueblo y que no aspiraba a un gobierno popular. La historia, no obstante, ha de tardar aun mucho tiempo en reconocer la figura de Alzaga como la de un democrata y liberal. La estampa de señor feudal, de despota, etcetera, lo ha de acompañar hasta que nuevas generaciones investiguen desapasionadamente y no tengan temores y prejuicio en exponer la verdad"
De
Gandia en su libro "Conspiraciones y revoluciones de la independencia
americana" nos da otra version de los prolegomenos de Mayo de 1810 y
otra vision sobre Alzaga, citando un documento de la Real Audiencia de 1809.
En su -lo que califica orgullosamente como "tesis que ya ha entrado en
la categoria de los hechos definitivos"- rescata la figura de Alzaga
presentandonos, a diferencia de la historia tradicional, como un democrata,
librecambista y precursor de la independencia de estas regiones.
"Martin de Alzaga, en 1808, tenia el proposito de crear un gran Congreso o senado, con dos diputados de cada Cabildo del interior, que debia instalarse a raiz de la revolucion del primero de enero de 1809. Esta idea de un Congreso, fue hecha conocer por Cornelio de Saavedra como propia de Alzaga. A Alzaga le pertenece, por tanto, en forma incuestionable. El pensamiento politico de Alzaga, de organizar un gran Congreso al cual debia estar confiada la resolucion del problema americano, estuvo a punto de realizarse en 1809 y fue una gloriosa realidad en 1816. Alzaga murio, asesinado por odios politicos, en 1812; pero consta por muchos testimonios irrefutables, pues empiezan por emanar del mismo Saavedra, que el fin del Congreso proyectado por el era el de declarar la independencia politica de esta parte de America. Su idea fue llevada a la practica por otros hombres.
No queremos decir que los hombres del Congreso de Tucuman hayan seguido fielmente las enseñanzas o ideas de Alzaga. Queremos decir que la corriente historica y politica iniciada en España por el sistema de Juntas y reproducida, con ideas propias, por Alzaga en esta parte del Nuevo Mundo, no se interrumpio y siguio avanzando hasta alcanzar su primer proposito el 9 de julio de 1816". Se trata de una exhaustiva -y extensisima- investigacion emprendida por Gandia a quien remitimos para su entero conocimiento, habiendo efectuado aqui, solamente algunos extractos orientadores.
El 27 de octubre de 1809 la Real Audiencia de Buenos Aires elevo al rey de España un extenso informe sobre los sucesos del primero de enero. El informe censura -suavemente- el indulto concedido por el virrey Cisneros a los culpables de la revolucion del primero de enero de 1809. La Audiencia consideraba conveniente mantener alejados a determinadas personas que deseaban insurrecionar estas tierras y proclamar su independencia. Cisneros habia explicado que las razones del indulto, efectuado a todos los complicados, tenia por objeto evitar una violenta guerra civil.
La Audiencia consideraba como una desgracia la llegada del gobernador Elio que habia establecido en Montevideo una Junta popular cambiando su gobierno «este cambio, segun la Audiencia, habia significado un cumulo de catastrofes». Esta Junta fue imitada en Buenos Aires el primero de enero; en Charcas, el 25 de mayo; en La Paz, el 16 de julio, y en Quito, el 10 de agosto. Gandia no duda en afirmar la influencia de la Junta de Montevideo, creada en 1808 en el resto de America. Fue Montevideo, quien dio el ejemplo y fue un hombre de Buenos Aires quien «divulgaba, abiertamente, ideas de separacion e independencia quien inspiro la creacion de la Junta de Montevideo, origen indiscutible de los movimientos que condujeron directamente a los sucesos de 1810 y a la independencia definitiva de las naciones americanas.
Los
hombres que habian defendido en Buenos Aires la creacion de una junta como
la de Montevideo eran defensores, tambien, del comercio con los ingleses.
Se trataba, pues, de librecambistas, en cuestiones comerciales, y de partidarios
del gobierno del pueblo por medio de una Junta popular elegida por el mismo
pueblo: en una palabra: de perfectos
liberales politicos y economicos. Alzaga, jefe de esos hombres, no podia ser,
en consecuencia, ni el proteccionista ni el antidemocratico que una historia
falsa nos ha presentado mas de una vez. Esos hombres que habian hecho una
revolucion para instalar una Junta popular de gobierno y comerciar libremente
con los ingleses, como se practicaba en Montevideo, formaban un partido contrario
al virrey Liniers y deseaban que este fuese substituido por alguien que sobreseyese
el proceso con que se les
perseguia.
Frente
al partido de los liberales que deseaban el establecimiento de una Junta y
el comercio libre con Inglaterra existia el partido contrario de los que sostenian
la autoridad del virrey. Este partido estaba compuesto por los jefes de los
cuerpos voluntarios y unos vecinos que a si mismos se llamaban honrados. Eran
contrarios a la creacion de Juntas como la de Montevideo que, segun ellos,
llevaban a la anarquia. Ellos sabian que los partidarios de la Junta y, por
consiguiente, de Alzaga, habian hecho circular avisos a las provincias interiores
para que no mandasen auxilios al virrey de Buenos Aires. Estos avisos se habian
conocido por las comunicaciones del Intendente de Potosi y por el plan de
gobierno de los revolucionarios de La Paz. Por todo ello, deseaban, tambien,
la llegada de un nuevo virrey que actuase con mas energia en contra de los
sostenedores de la
creacion de una Junta»
Salida de misa, en la iglesia de Santo Domingo de Buenos Aires, en la primera decada del siglo XIX.
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Documento de la Real Audiencia del 27 de octubre de 1809
"Carta
de la Audiencia de Buenos Aires a su Magestad. Trata del estado en que se
encuentra el pais, de los sucesos y trastornos del primero de enero por los
que desean la independencia; de don Martin de Alzaga y otros indultados por
el General Elio, etcetera."
Archivo de Indias, Sevilla (123-2-3). Una copia se halla en la Biblioteca
Nacional de Buenos Aires (seccion manuscritos: numero 8511).
"Uno
de aquellos genios inquietos, a quien da orgullo su riqueza, es don Martin
de Alzaga, alcalde que era de primer voto en el año proximo pasado,
y uno de los confinados a Patagones, que suplico el Tribunal a Vuestra Magsetad
en su anterior informe de
veinte y dos de agosto, se dignase mandar al virrey no permitiera su regreso
a esta Capital donde tiene un influjo extraordinario en el comercio y un constante
predominio en el cuerpo municipal; ha sido sin embargo restituido y comprendido
en el indulto, y aunque no lo este de los cargos o acusacion que contra el
obraba en la causa que al ismo tiempo se seguia sobre independencia, que ha
mandado el virrey continuar, teme profundamente el Tribunal que su espiritu
partidario y altivo prepare nuevas inquietudes con que deshagotar sus resentimientos,
contra todos o mucho, de los que se opusieron al intento subversivo del dia
primero del año"
Dice
Gandia «La Audiencia hace, aqui, la pintura mas acabada de Alzaga, de
su poder y de su trascendencia en la historia de los origenes nacionales de
nuestra Patria. Genio inquieto, orgulloso y altivo, profundamente partidario,
con un influjo extraordinario
en el comercio y un predominio constante en los asuntos municipales. Era,
incuestionablemente, el personaje civil mas destacado de Buenos Aires y del
virreinato. Nadie lo aventajaba en riqueza, en influencias y en sus ideas
democraticas,
partidarias del pueblo y de las juntas populares de gobierno. La Audiencia
le habia pedido (al Rey) con fecha 22 de agosto de 1809, que ordenara al virrey
que no lo dejase volver a Buenos Aires. Existia, por tanto, un odio profundo
entre los miembros de
la Audiencia y Alzaga. La Audiencia era enemiga de las Juntas, partidaria
del gobierno absolutista, y Alzaga defendia la instalacion de una Junta popular
y abusaba del nombre del pueblo en sus actos politicos. Habia un abismo entre
las ideas de la Audiencia y las de Alzaga. El mismo abismo existio entre la
Audiencia y la Segunda Junta, en la cual se hallabas el doctor Mariano Moreno,
como secretario, antiguo amigo de Alzaga y secretario de la Junta no nata
del primero de enero de 1809. Alzaga habia sido indultado en lo que se referia
a la revolucion del primero de enero, pero no en las acusaciones de proyectar
la
independencia, que se le siguieron hasta que el proceso tomo un giro repentino
y Alzaga recupero la libertad. La Audiencia temia que Alzaga preparase nuevas
inquietudes. Alzaga no pudo realizar sus proyectos, como sabemos, por haber
perdido su
influjo en el Cabildo»
La
carta de la Audiencia señala el temor que generan los acontecimientos
en esta institucion: "Su importancia obliga a superarlas; el fuego que
encendio don Javier Elio en Montevideo se extendio a las provincias interiores
del virreinato y este
volcan peligroso se ha dividido en tres canales desoladores, formando otros
tantos partidos cuyo choque ha expuesto al mayor peligro la seguridad de estos
dominios: uno se ha declarado contra las autoridades constituidas que ha arrojado
con vilipendio,
subrogando en su lugar hombres facciosos y corrompidos; otro sostiene aquellas
respetando su presentacion, y el tercero se dirije a una soñada independencia,
o mejor decir, a una verdadera anarquia"
Dice Gandia: «La Audiencia hace votos para que no se realicen sus vaticinios. Inculpa al virrey Cisneros de no conocer a los politicos de Buenos Aires. Luego dice una frase que recuerda la que pronuncio Pedro Domingo Murillo, en La Paz, al ser ejecutado, el 29 de enero de 1810: "El fuego por mi encendido no se apagara en America jamas". La frase de la Audiencia es la siguiente: "El fuego que encendio don Javier Elio, en Montevideo, se extendio a las provincias interiores del virreinato". El fuego, pues, no lo encendio Murillo; lo encendio Elio; no un liberal criollo, sino un absolutista español. La historia tiene estas ironias.
La tea la recogio Alzaga, otro español, y se la paso, sin saberlo, a Murillo. El fuego de Elio habia dado origen a tres partidos: el que se declaraba contrario a las autoridades constituidas y las substituia por hombres facciosos y corrompidos; el que defendia esas autoridades, y el que aspiraba a la independencia. El primero era el de los hombrse que, momentaneamente, habian logrado sus propositos, por ejemplo en el Alto Peru, con Murillo y compañia; el segundo era el de Cornelio Saavedra y otros criollos, con los regimientos que, por disciplina, defendian a las autoridades españolas, y el tercero era el de Alzaga y otros vascos, catalanes y gallegos que querian la independencia.
Los estudiosos de nuestra historia, que en toda su vida han aprendido exactamente lo contrario, tal vez, se sorprendan al leer que la Audiencia de Buenos Aires es la primera en hacer esta division de hombres y partidos. Los llamados especialistas en este genero de estudios han sostenido ideas y hechos opuestos porque han partido de principios falsos, creados y difundido en una epoca en que era preciso mentir y atribuir a los criollos, antes que a los españoles, ideas de independencia que slo tuvieron largo tiempo despues. Nada importa: la verdad es la verdad y por mas que se la combata siempre ha de triunfar»
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