|
UNA
RELIQUIA DE 1873: En Barracas
volvió a funcionar el histórico reloj de una iglesia
Está
en el templo Santa Felicitas. Estuvo parado 40 años. Lo arreglaron en Inglaterra,
donde lo habían fabricado. Cada 15 minutos dará tres campanadas
Tras
40 años de silencio, las campanas anunciaron las ocho de la noche. El reloj
de la iglesia Santa Felicitas, en Barracas, volvió a funcionar y fue bendecido
anoche, en la celebración de esa santa. La reparación se hizo en Inglaterra,
donde fue fabricado en 1873.
La orquesta de Granaderos a Caballo acompañó el festejo, frente a decenas
de vecinos y autoridades de la embajada del Reino Unido, que se encargó de
los arreglos del reloj. Fue poco después de una misa en memoria de la patrona
de la iglesia, Felicitas Guerrero, una joven asesinada en 1872 por uno de
sus pretendientes en el lugar donde está hoy el templo, en Isabel La Católica
y Pinzón.
Según contó a Clarín el rector de la iglesia, Dante Galeazzi, el reloj se
había detenido hace cuatro décadas y nunca había sido reparado por falta de
presupuesto. El templo, un proyecto del arquitecto Enrique Bunge, fue inaugurado
en 1876. Todavía conserva sus vitrales y sus ornamentos originales, inspirados
en el estilo renacentista alemán. Y fue declarado de interés histórico por
la Unesco.
Pero sus paredes manchadas de humedad y sus altos cielos rasos despintados
revelan la falta de mantenimiento. "Hasta hace tres años el templo estaba
a cargo de un colegio católico y no estaba abierto al público. Ahora pertenece
al Gobierno de la Ciudad, pero los fondos asignados no alcanzan para realizar
las obras de restauración necesarias", señaló Galeazzi.
La reparación del reloj -de más de un metro de diámetro, con números romanos
negros sobre un fondo blanco, ubicado en el frente de la iglesia a 35 metros
de altura- es un paso más dentro de una serie de arreglos. La fachada del
edificio fue restaurada a fines de 1996.
En su oportunidad Clarín había informado sobre la detención del reloj. Y poco
después llegó la ayuda. La embajada británica y 4 empresas privadas aportaron
los más de 30.000 dólares necesarios. Es que la máquina, que pesa más de 500
kilos, tuvo que viajar hasta Londres, donde fue reparada por relojeros expertos.
"Estuvo casi un año y medio en Inglaterra, en la fábrica de relojes más antigua
de Europa, dedicada a reparar los de las catedrales y templos más importantes",
contó Galeazzi. Y agregó: "Este reloj acompañó toda la historia de Barracas,
por eso es un orgullo que vuelva a funcionar".
Según Galeazzi, la demora para repararlo se debió a que muchas piezas del
reloj habían sido robadas.
El sacerdote remarcó que el funcionamiento sigue siendo mecánico, como cuando
se puso en marcha en el siglo pasado. "No quisimos instalarle un sistema electrónico,
para que mantenga su identidad original. El engranaje está bañado en oro,
es un tesoro", sonrió.
Los vecinos de esa zona residencial de Barracas tendrán que acostumbrarse
al nuevo sonido. "Hay tres campanas que suenan cada cuarto de hora; y otra
que marca las horas. Y además hay otras cuatro campanas -tres inglesas y una
española- que fueron reparadas hace poco y que se usan para llamar a misa",
contó el sacerdote. Y agregó, orgulloso: "Todas siguen funcionando a cuerda".
Clarin,
Miércoles 24 de noviembre de 1999 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|