Sólo vine a hablar por teléfono
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ficha técnica ¿quién
es Amaya Sologuren? contacto
Desde una caseta
telefónica a cientos de kilómetros de casa, María comienza el viaje de regreso.
Su marido la espera, ella sabe…
Por la desolada
carretera, maneja acompañada por la música, pasan las horas. Repentinamente el
motor se estropea y su auto se niega a partir. María rodeada de desierto y
soledad, observa impotente ese motor humeante. Patea su auto y maldice su mala
suerte. Desamparada y con frío la espera se hace larga.
De pronto a lo
lejos se ve venir un viejo bus, que se detiene ante ella. No van a la capital
pero sí a un pueblito donde al fin María podrá hablar por teléfono con su
marido.
En el bus las
personas se comportan de una manera extraña pero, pese a su temor, es tanto el
cansancio que ella se rinde y cae dormida. Cuando despierta el bus se ha
detenido y todos, incluso María, deben dirigirse a un enorme edificio gris
donde son obligados a hacer una fila para ser atendidos por la secretaria. Al
llegar su turno María le pide el teléfono, pero en este lugar no es tan fácil y
la secretaria la manda a hablar con el doctor.
“Doctor, por
favor, présteme su teléfono”, suplica, pero le es negado.
Angustia e
histeria son los síntomas, el doctor con la tranquilidad que da la rutina le
inyecta una fuerte dosis de calmantes.
Así es como
comienza la pesadilla para María dentro del hospital psiquiátrico, con el
diagnóstico de que padece una rara obsesión por el teléfono…