Uno tras otro, nuevos episodios vienen a sumarse a una larga
y siniestra letanía de desastres ecológicos: Urquiola, Casón,
Mar Egeo, Prestige que destrozan las costas. Con idéntica
monotonía, los distintos gobiernos han demostrado en la práctica
su escasa voluntad política de defender el medio ambiente
, más allá de las declaraciones de rigor y los anuncios.
Una y otra vez hemos constatado la falta de medidas preventivas
eficaces frente a estas catástrofes, la ausencia de planes de
acción previos, la escasez de recursos, la inoperancia, la
descoordinación... En el caso del Prestige la incompetencia
de la acción del Gobierno español y la Xunta de Galicia está
alcanzando cotas difícilmente superables, mientras se mantiene
una política sistemática de desinformación y censura sobre el
alcance y las consecuencias del vertido.
Contra todo ello, a partir de las más diversas organizaciones
sociales y políticas, entre las que se encuentra Ecoloxistas
en Acción, se ha constituido en Galicia la Plataforma Ciudadana
"NUNCA MÁIS", cuyo objetivo es impedir la repetición de nuevos
desastres ecológicos y exigir la reparación de los daños sociales
, ambientales y económicos causados por la marea negra. Sus
reivindicaciones se resumen en:
- La declaración de Galicia como zona catastrófica con la inmediata
dotación de recursos de todo tipo para reparar las graves consecuencias
provocadas por el siniestro.
- La inmediata puesta en marcha de mecanismos de prevención que
impidan el aumento de la catástrofe y garanticen la restauración
medioambiental de la costa.
- La adopción, por parte del Gobierno español y la Xunta de Galicia,
de medidas que impidan la repetición de estos hechos, controlando
el tráfico de mercancías peligrosas, supervisando el estado de los
buques y las infraestructuras portuarias y dotando un dispositivo
eficiente para la lucha contra la contaminación marina.
Pero conseguir que NUNCA MÁS se repitan estos desastres ecológicos
exige también plantearnos sus causas últimas. Porque si hoy siguen
existiendo barcos basura como el Prestige, (propiedad de un armador
griego y que navega con bandera de conveniencia liberiana y
certificado de navegabilidad concedido por Estados Unidos),
es porque se permite fletarlo a una subsidiaria, afincada en Suiza,
de un grupo ruso registrado en las Bahamas. Y todo ese galimatías
para evitar el pago de impuestos, burlar cualquier inspección y
escamotear todo tipo de responsabilidad.
En idéntico sentido habría que interrogarse sobre una política
energética que sigue dependiendo fundamentalmente de los combustibles
fósiles, a pesar de sus nocivas repercusiones medioambientales,
incluido el cambio climático, y permite fabricar, transportar, a
lo largo y ancho del planeta, y quemar un fuel basura de alta
toxicidad.
En definitiva, evitar la repetición de los desastres ecológicos
exige denunciar un sistema globalizador, que incentiva a quienes
en aras de la competencia juegan a la ruleta rusa con el planeta
y condenan a la miseria a la mayoría de sus habitantes. Hacer
realidad ese NUNCA MÁS implica un cambio radical de modelo de
sociedad. Porque otro mundo es posible y urgente.