La
causa AMIA: decisión unánime Fue destituido el juez
federal Galeano
El Jurado de Enjuiciamiento removió por "mal desempeño"
al magistrado que investigó el atentado durante diez años
El
cargo que definió el desplazamiento fue el pago "oculto
e ilegal" de 400.000 dólares a Telleldín, además
de sus filmaciones
El fallo equiparó ese hecho con la tortura
Otras acusaciones
Desde
las 12.13 de ayer, Juan José Galeano ya no es juez. El magistrado
federal que tuvo diez años a su cargo la investigación
del atentado a la AMIA, el hecho terrorista más grave perpetrado
en la Argentina, fue destituido por el Jurado de Enjuiciamiento
con el voto unánime de sus miembros.
El
cargo que definió la remoción de Galeano por mal desempeño
fue el pago "oculto e ilegal" de 400.000 dólares
al desarmador de autos Carlos Telleldín para que cambiara
su declaración en la causa y comprometiera a un grupo de
policías bonaerenses. Todos los miembros del Jurado coincidieron
en que el juez fue responsable de esta transacción ilegal.
"En
el proceso se ha demostrado que Juan José Galeano intervino
en la preparación, negociación y organización
de un pago oculto e ilegal", afirmó el Jurado en su
fallo y, categórico, advirtió: "Desde esta perspectiva,
no existen diferencias entre admitir la tortura para obtener una
declaración o pagar para lograr el mismo resultado. La ínsita
ilegalidad que contienen estos casos es igual".
La
lectura del veredicto se produjo minutos después de las 12
en el mismo salón del Palacio de Tribunales en el que tuvo
lugar, hace 20 años, el juicio a las juntas militares. Galeano,
consciente de que sería removido, siguió la definición
del juicio desde su casa.
La
sala estaba llena. Entre las casi cien personas presentes, numerosos
integrantes de la agrupación Memoria Activa seguían
los detalles de la audiencia con una mirada de aprobación.
Desde la segunda fila, impasible, escuchaba el fallo el ex comisario
Juan José Ribelli, que pasó ocho años preso
acusado por Galeano y fue absuelto el año pasado en el juicio
oral. No había, en cambio, ninguna de las actuales autoridades
de la DAIA ni de la AMIA.
El
fallo se refirió, uno por uno, a los 13 cargos que el Consejo
de la Magistratura le imputó a Galeano por su intervención
en la investigación del atentado en el que murieron 85 personas
y por el que no hay detenidos.
El
pago ilegal al desarmador de autos y las filmaciones "subrepticias"
de las entrevistas del juez con Telleldín para cerrar el
pacto fueron calificados como causales de remoción por todos
los miembros del Jurado.
En
tanto, por mayoría de seis jueces, también se consideró
que Galeano incurrió en "mal desempeño"
cuando autorizó a la abogada de la DAIA, Marta Nercellas,
a entrevistarse con Alberto Huisi, acusado de integrar la denominada
"conexión local", con micrófonos escondidos,
para grabar al detenido sin su consentimiento. Eso, según
el Jurado, "violentó el derecho de defensa y de debido
proceso legal".
El
resto de los cargos fue rechazado; la mayoría, por unanimidad.
Entre ellos, la creación de una investigación secreta
y paralela, la destrucción de pruebas, el abandono de pistas,
la intervención indebida de teléfonos y la detención
ilegal de un imputado. En algunos, el Jurado entendió que
no había pruebas suficientes de mal desempeño; en
otros, que se referían a decisiones jurisdiccionales que
el Jurado no podía revisar.
El
cuerpo que removió "con costas" a Galeano del juzgado
federal número 9 estuvo integrado por el vicepresidente de
la Corte Suprema, Augusto Belluscio, y por Enrique Basla, Sergio
Gallia, Manuel Baladrón, Eduardo Roca, Ernesto Sagués,
Ramiro Puyol, Jorge Agúndez y Manuel Moreira.
Con
esta sentencia, Galeano perdió sus fueros y podría
ser detenido en la causa penal en la que el juez Claudio Bonadío
investiga los presuntos delitos cometidos en la instrucción
de la causa AMIA (ver Pág. 7). El ex magistrado fue citado
como imputado.
Ayer,
tras la audiencia, los miembros del Consejo de la Magistratura que
oficiaron de fiscales, Beinusz Szmukler y Marcela Rodríguez,
festejaron una sentencia esperada. "Era evidente que había
cargos que tenían que salir por unanimidad", dijo Szmukler,
disconforme por las imputaciones rechazadas. "No poder analizar
el contenido de las sentencias es como decir que no se puede juzgar
a un médico por cómo opera", protestó.
Sin embargo, su balance fue positivo. "Lo importante es que
se lo removió -concluyó-. En un Estado democrático,
Galeano tenía que dejar de ser juez."
La
defensa, sin embargo, no se resigna. "Esta es una instancia.
Seguiremos adelante", dijo a LA NACION el abogado de Galeano,
Mariano Maciel, que prepara un recurso extraordinario para que la
Corte reconsidere el caso.
Por
Paz Rodríguez Niell, La Nacion, Jueves 4 de agosto de 2005
|
El
juez destituido estuvo acompañado durante todo el
proceso por su abogado defensor
|
El
análisis
No pudo sobrevivir a sus errores
por Adrián Ventura
Desde
el comienzo de la investigación, Juan José Galeano
renunció a ser un juez independiente y, ahora, pagó
ese error con su cargo.
El
día que se cometió el atentado contra la AMIA había
algo que estaba claro: era el segundo ataque terrorista en el plazo,
muy breve, de dos años y el primero, que destruyó
la embajada de Israel, no había sido esclarecido por la Corte.
Por eso, desde el primer momento, la sociedad exigió a Galeano
que tuviera éxito. Esta vez sí había que descubrir
la verdad.
Sin
embargo, la causa no llegó a la verdad, sino a un resultado,
que no es lo mismo. El resultado que encontró Galeano fue
culpar a Alberto Telleldín y a los policías bonaerenses.
Esta
tesis era muy conveniente y poco molesta para el gobierno de Carlos
Menem: personificaba el mal en figuras concretas, que además
pertenecían a la fuerza de seguridad de la provincia gobernada
por Eduardo Duhalde, enemigo político del Presidente. Y,
de paso, se diluían los problemas que podría traer
la pista siria.
Pocos
días después del ataque, Galeano viajó a Venezuela,
donde se entrevistó con Manucher Moatamer, un ex funcionario
iraní que le explicó cómo funcionaban las células
dormidas. Cuando regresó, su primer acto fue visitar a Menem
en Olivos.
El
juez ansiaba poder y se reclinó en el Poder Ejecutivo y en
la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que terminó
dominando la causa e impregnó la actividad del juzgado.
Se
pueden buscar muchas explicaciones para la conducta del juez Galeano:
la poca experiencia en investigar este tipo de crímenes;
la Policía Federal y la SIDE, en lugar de colaborar, competían;
los agentes, incluso, hacían desaparecer pruebas, hechos
que Galeano denunció en su momento; las presiones políticas
que existían, etcétera.
Pero
quienes conocieron a Galeano recuerdan que él, por esos días,
era el juez más poderoso del país y que su tribunal
tenía inusuales recursos humanos y materiales para trabajar.
Galeano, que sí denunció muchas irregularidades, igualmente
fue responsable de haber refrendado con su firma muchos hechos impropios
de la Justicia. Algo grave, cuando no le faltaba poder para impedirlo.
Otro
de los errores que cometió Galeano fue haberse acercado,
quizás en exceso, a uno de los sectores de la comunidad judía,
el representado por la DAIA y por quien la lideraba entonces, Rubén
Beraja. Pero desatendió las objeciones, muchas acertadas,
que le formulaban otros sectores, entre ellos Memoria Activa.
*
* *
Ahora,
el Jurado de Enjuiciamiento destituyó a Galeano porque le
compró la declaración a Telleldín, con dinero
que le dio la SIDE, y porque realizó grabaciones ocultas
de varios imputados, incluso con la inexplicable colaboración
de un abogado. Galeano, por su condición, no podía
desconocer que ésas eran prácticas espurias, más
propias de un agente de inteligencia que de un juez. Pero, quizá,
creyó que todo se justificaba para respaldar el resultado.
Los
hechos cayeron por su propio peso: Menem se fue del poder; el sector
insatisfecho de la comunidad judía redobló sus críticas;
durante el juicio oral, los defensores oficiales de Telleldín
y de los policías imputados desnudaron las graves irregularidades
de la pesquisa; el Tribunal Oral Federal, en 2004, puso al descubierto
que la causa de la voladura de la AMIA "fue una verdad construida",
y cuando la senadora Cristina Fernández de Kirchner, ya siendo
primera dama, declaró como testigo contra Galeano, la suerte
del juez pareció quedar sellada.
Pero,
para entonces, Galeano ya había dilapidado su independencia
y su imparcialidad. Así, no pudo sobrevivir por sus propios
errores.
Por
Adrián Ventura
La
causa sigue viva, pero con pocos resultados
Se buscan lazos locales y regionales
El
expediente está ahora en manos de un equipo de fiscales
Están revisando los indicios que se dejaron a un lado o los
que no se investigaron
Completan bases de datos inconclusas
Once
años después de la voladura de la AMIA, la causa judicial
en la que se investiga quiénes fueron sus responsables sigue
viva, aunque con pocos resultados a la vista por el momento.
Tras
la suspensión del juez federal Juan José Galeano,
el expediente quedó en manos de su colega Rodolfo Canicoba
Corral, que lo delegó a la Unidad de Fiscales, creada especialmente
para seguir la causa. Ese organismo está a cargo de Alberto
Nisman y Marcelo Martínez Burgos.
Tras
el juicio oral y público en que todos los acusados fueron
absueltos, sólo quedaron en pie dos certezas fundamentales
de la investigación que había encabezado Galeano:
que la AMIA fue volada por una Trafic cargada de explosivos y que
detrás del atentado estuvo Irán, por lo que el juez
pidió la captura internacional de 14 funcionarios y ex funcionarios
de ese país.
Ahora,
tras seis meses de trabajo, la Unidad de Fiscales está retomando
todas las puntas que quedaron deshilachadas en el inmenso expediente
judicial de más de 600 cuerpos.
"Se
está haciendo un relevamiento de todo: advertimos que las
bases de documentación están incompletas: no hay bases
de datos de movimientos migratorios o de automóviles o de
teléfonos. Se están reconstruyendo todas las bases
de datos desde 1991", dijo a LA NACION el fiscal Martínez
Burgos.
La
fiscalía está trabajando sobre unas 40 líneas
de investigación, afirmó el funcionario judicial.
Algunas son puntas nuevas y otras son antiguas, pero quedaron inexplicablemente
paralizadas. Por ejemplo, hubo teléfonos que estuvieron intervenidos
en 1994 y que, por varios años, se interrumpieron las escuchas,
que se retomaron en 1999, dijo Martínez Burgos, en alusión
a la investigación sobre el comerciante Kanoore Edul, con
falta de mérito.
Tres
ejes
La fiscalía trabaja sobre tres ejes:
La conexión local para identificar a ciencia cierta cómo
se armó la Trafic que voló la AMIA; el seguimiento
de las casas seguras usadas por los que cometieron el atentado y
los encubrimientos policiales y políticos.
La
conexión regional: se trabaja sobre las comunicaciones realizadas
hacia la Triple Frontera desde un teléfono que estaba en
poder de una persona, André Marques, que está siendo
investigado desde que llegó a Ezeiza antes del ataque hasta
que salió del país apenas cometido el atentado.
La
conexión internacional: se trabaja sobre las órdenes
de captura dictadas por Galeano. La idea es que los responsables
no son "elementos radicalizados" como lo sostuvo Galeano
en su resolución sobre la conexión internacional,
sino que se trata de una estructura más compleja. Por eso,
se busca retomar los contactos con servicios de inteligencia extranjeros.
"Hay
cosas que no se hicieron, otras que se hicieron mal y que hay que
volver a hacer", dijo el fiscal.
"La
Corte revisará mi remoción"
Galeano destacó que sólo prosperaron 2 de las 22 acusaciones
Juan
José Galeano no quiso sentarse en el banquillo de los acusados
y en la mañana de ayer se quedó en su casa a esperar
un final que sabía inexorable. Sus días como juez
habían terminado; sólo había que esperar los
detalles del veredicto.
Horas
después de enterarse de su destitución, Galeano dijo
a LA NACION que se sentía "triunfador", porque
de todos los hechos que se le imputaban "sólo"
prosperaron dos y confió en que "la Corte revisará
mi remoción".
Su
voz, notablemente cansada, parecía contradecir su discurso
optimista, que incluyó buenos augurios para el futuro: Galeano
espera que su "especialidad" en materia de terrorismo
le permita ejercer con éxito la profesión de abogado.
-¿Por
qué no fue a escuchar el veredicto?
-Siempre
que tuve que ir, fui; di la cara. Hoy podía elegir y preferí
no ir.
-¿Qué
hizo esta mañana?
-Me
quedé en mi casa.
-¿Esperaba
ser destituido?
-Sí.
No me sorprendió.
-¿Por
qué?
-Prefiero
no hablar de eso.
-¿Qué
opina del fallo del Jurado de Enjuiciamiento?
-Tiene
22 hechos diferentes y hay sólo dos, en una causa con 1500
cuerpos y más de 30.000 firmas mías, en los que el
Jury dice que puedo haber cometido mal desempeño. Yo creo
que es un triunfo.
-¿A
qué se va a dedicar ahora?
-Yo
fui abogado alguna vez. Ya ejercí la profesión y algo
se me va a ocurrir. Me gustaba más lo que hacía, pero
veré... Tengo especialidad en algunos temas.
-¿En
cuáles?
-Y...
algunas resoluciones mías sobre los temas de terrorismo y
sus implicancias políticas me las piden de universidades,
incluso del exterior.
Galeano
insiste en que se siente bien y en que, aunque pudo haberse equivocado,
está conforme con su desempeño. "Me vi enfrentado
a situaciones que ninguno vivió. A mí me juzgó
gente que no caminó entre 85 cadáveres como caminé
yo... Yo viví otra cosa. Me parece que hice lo correcto y
no soy necio."
El personaje en la noticia
El hombre que fue víctima de su obsesión
Por Hernán Cappiello
Juan José Galeano tenía apenas 36 años y un
año de experiencia como juez federal cuando voló la
AMIA. Ese 18 de julio de 1994 se puso al frente de la causa más
importante de la Argentina, que iba a terminar con su carrera judicial,
por la manera en que llevó adelante esa pesquisa.
Llegó
a la Justicia en 1993, cuando el entonces presidente Carlos Menem
reformó el fuero federal y llevó a 12 los juzgados.
Ascendió así a los viejos jueces y designó
otros nuevos, que merecieron cuestionamientos durante una década.
Galeano
ingresó como "pinche" en la Justicia en 1977 y
llegó hasta secretario de un juzgado de instrucción,
donde trabajó una causa contra el ex juez Remigio González
Moreno, acusado de extorsionar a los entonces directivos del Sanatorio
Güemes. En 1992, renunció y se abocó a la profesión
de abogado en el estudio de José María Orgeira. Al
año siguiente, regresó triunfal con su pliego de juez
federal aprobado.
Siempre
se vinculó su retorno a la Justicia con Hugo Anzorreguy,
ex titular de la SIDE, aunque Galeano jura que fue gracias a un
familiar relacionado con Arturo Frondizi.
Como
juez de instrucción siempre se lo reconoció como estricto,
a tal punto que en Tribunales se cuenta la historia de que le inició
una causa por hurto a un preso, porque cuando estaba esperando para
ser indagado se comió medio sándwich que un empleado
había dejado en un escritorio.
Durante
la instrucción de la causa AMIA demostró su carácter
desconfiado, a tal punto que compartimentó con distintas
fuerzas de seguridad y grupos de la SIDE la investigación.
Pero
también consintió otras prácticas más
cercanas a un agente de inteligencia que a un juez federal. El pago
a Carlos Telleldín a cambio de su declaración contra
los ex policías bonaerenses que luego fueron absueltos en
el juicio fue la principal causa y la que le costó el cargo.
Amante
del jazz, siempre sonaron esas melodías en el equipo de audio
de su despacho. Ya suspendido, sigue con esa pasión en su
departamento de Palermo, donde poderosas columnas de sonido inundan
el living de matices virtuosos.
Casado,
con tres hijos, Galeano investigó otras dos causas resonantes
como juez. Metió preso al fiscal "trucho", Jorge
Damonte, e investigó durante nueve años la causa en
la que María Julia Alsogaray fue condenada por enriquecimiento
ilícito.
Pero
el ex juez se obsesionó con la causa que terminó con
su carrera, a tal punto que al final ya detestaba el expediente.
Cuando
viajó en busca de las primeras pistas por el atentado anunció
que con sus descubrimientos todos se iban a caer de espaldas. Fue
la última vez que habló en público hasta que
abandonó su mutismo para defenderse en el proceso de juicio
político que ayer terminó con su destitución.
Ahora,
enfrenta, además, un llamado a prestar declaración
indagatoria y acusaciones penales que lo exponen a perder algo más
que su carrera judicial.
Perfil
Juan José Galeano ingresó en la Justicia en 1977 y
era secretario de un juzgado de instrucción cuando renunció
en 1992 para ejercer como abogado. En 1993 regresó como juez
federal luego de la reforma impuesta por el presidente Carlos Menem.
Tenía
36 años y sólo un año de experiencia como juez
cuando el 18 de julio de 1994 ocurrió el atentado contra
la AMIA.
Se
relacionó su nombramiento como juez federal con una vinculación
con Hugo Anzorreguy, jefe de la SIDE en el momento del atentado
contra la mutual de la comunidad judía.
Otra
de las investigaciones importantes que tuvo durante su carrera fue
la causa por enriquecimiento ilícito por la que fue condenada
María Julia Alsogaray.
La
Nacion, Jueves 4 de agosto de 2005
Duras
críticas contra Galeano
La comunidad judía y familiares de víctimas respaldaron
la destitución del juez
Las
principales entidades de la comunidad judía y familiares
de víctimas del atentado contra la AMIA celebraron ayer la
destitución del juez Juan José Galeano, que instruyó
durante 10 años la causa por el ataque terrorista.
Pero
más allá de compartir la decisión del Jurado
de Enjuiciamiento, la medida tomada potenció el reclamo de
un avance mayor en la persecución de los responsables.
Por
su parte, la AMIA emitió un comunicado en el que consideró
"deplorable" que el juez que llevó adelante la
investigación hubiera cometido "irregularidades tales
que lo hayan hecho merecedor de su destitución".
Abraham
Kaul, ex titular de la mutual judía, declaró que la
destitución "es correcta" y resaltó que
"Galeano no es el único responsable de la impunidad".
En ese sentido, pidió que se citara a declarar al ex presidente
Carlos Menem.
A
su vez, el titular de la DAIA, Jorge Kirszenbaum, dijo a LA NACION
que Galeano había cometido "muchísimas irregularidades"
y pidió que se reactivara la búsqueda de los terroristas.
"Se cierra una etapa y ahora lo que hay que hacer es reactivar
la causa para traer a juzgamiento a los verdaderos responsables",
indicó.
Las
críticas contra Galeano fueron el denominador común
entre los familiares de víctimas del atentado.
Diana
Malamud, viuda de una víctima y dirigente de Memoria Activa,
afirmó: "Este es un primer paso hacia el inicio de lo
que vamos a llamar justicia, es absolutamente merecido y nosotros
trabajamos muchos años para que esto ocurriera"
Para
Laura Ginsberg, de la organización de familiares Apemia,
"el gobierno de Néstor Kirchner muestra la caída
de Galeano, muy tardía, necesaria, pero totalmente insuficiente
a la hora de haber esclarecido el crimen que aún esta en
foja cero". Y exigió que el Presidente abra los archivos
y se establezca cuál fue la responsabilidad del Estado.
Daniel
Czyzewski, padre de una joven de 21 años muerta en el ataque,
advirtió: "Galeano fue un engranaje de algo que no termina
en él. Que no quede instalado que la entrega del juez encubre
todo lo demás".
El
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que patrocinó
a Memoria Activa en la causa AMIA, sostuvo que la destitución
era "un paso adelante para iniciar la reconstrucción
de la justicia federal".
A
las críticas contra el juez también se sumaron los
principales acusados en la causa que él instruyó,
el ex comisario Juan José Ribelli y el desarmador de coches
Carlos Telleldín, declarados inocentes en el juicio.
Ya son 18 los jueces que tuvieron que renunciar
Varios dejaron sus cargos antes del juicio
Con
las remociones de los jueces Juan José Galeano y Juan José
Mahdjoubian, dispuestas ayer por el Jurado de Enjuiciamiento, son
18 los magistrados que tuvieron que dejar sus cargos por acusaciones
llevadas adelante en el Consejo de la Magistratura.
El
primer proceso fue contra la jueza Raquel Morris Dloogatz, que era
titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N°
2 de Morón, acusada de mal desempeño. En noviembre
de 1999, antes de que finalizara el juicio, Morris Dloogatz presentó
la renuncia al cargo.
La
segunda acusación se inició contra el titular del
Juzgado Federal de Santa Fe, Víctor Hermes Brusa, por mal
desempeño y presunta comisión del delito de lesiones
culposas. Brusa fue destituido en marzo de 2000.
En
noviembre de 1999, se había abierto un proceso de remoción
contra el juez federal de Córdoba Ricardo Bustos Fierro,
por mal desempeño y presunta comisión de prevaricato.
Al finalizar el juicio, el Jurado de Enjuiciamiento decidió
reponer al magistrado en el cargo.
En
septiembre de 2000, el titular del Juzgado Nacional en lo Correccional
N° 9, Luis Torres, renunció cuando el Jurado de Enjuiciamiento
se aprestaba a iniciar un sumario.
Lo
mismo ocurrió con el juez Carlos Liporaci, a cargo del Juzgado
Criminal N° 3, que renunció en febrero de 2001.
El
juez federal de Mendoza Luis Alberto Leiva fue destituido en mayo
de 2002 por mal desempeño. En ese mismo mes, también
fue removida la jueza Mirta Torres Nieto, titular del Juzgado Nacional
de Trabajo N° 37.
En
septiembre de 2003, el titular del Juzgado Nacional Criminal N°
26, Roberto Murature, fue destituido por mal desempeño.
El
juez de la Cámara de Apelaciones de Salta Ricardo Lona renunció
a su cargo en abril de 2004, después de que el Jurado de
Enjuiciamiento, en fallo dividido, no alcanzara los votos necesarios
para removerlo.
En
junio de 2004, el juez Roberto Marquevich, a cargo del Juzgado Criminal
N° 1 de San Isidro, fue destituido por mal desempeño.
Este
año, fueron destituidos por mal desempeño los jueces
Rodolfo Herrera, Rodolfo Echazú y Andrés Narizzano.
Los
jueces Javier Ruda Bart, Ricardo Ferrer, Pablo Bruno y Esteban Cerra
renunciaron antes de que el Consejo de la Magistratura completara
el trámite de acusación formal, todos ellos denunciados
por faltas graves.
Decisión del Jurado de Enjuiciamiento
Destituyen a un juez por no denunciar el "arreglo" de
causas
Es el magistrado Juan Mahdjoubian
Estaba
a cargo del juzgado de instrucción porteño N°
29
Una cámara oculta demostró que un secretario suyo
fraguaba sumarios, en una maniobra conocida como forum shopping
Juan
José Galeano no fue el único magistrado que ayer perdió
su lugar en la Justicia. Con el voto unánime de todos sus
integrantes, el Jurado de Enjuiciamiento destituyó del cargo
de juez de instrucción a Juan José Mahdjoubian por
no denunciar el "arreglo" de causas en su juzgado, organizado
por uno de sus secretarios, un abogado y altos jefes policiales.
Para
los integrantes del tribunal, "su conducta fue suficientemente
grave para conformar causal de mal desempeño" y produjo
"un serio desmedro de su idoneidad para seguir en la magistratura".
Si
bien los jueces no dieron por probada la participación de
Mahdjoubian en el "arreglo" de causas, establecieron que
"el juez ha actuado con un intolerable apartamiento de la misión
endilgada a los jueces".
El
ahora ex magistrado había sido suspendido en su cargo el
9 de febrero último por el Consejo de la Magistratura, que
lo acusó además por el maltrato que sufrían
empleados de su juzgado. Este último cargo fue rechazado
por el Jurado de Enjuiciamiento, puesto que los votos favorables
a la destitución de cinco de los nueve integrantes del cuerpo
no alcanzaron los dos tercios que requiere la ley.
El
proceso contra Mahdjoubian, ex titular del juzgado de instrucción
porteño N° 29, comenzó en diciembre de 2002, luego
de que el programa televisivo "Telenoche investiga" difundió
la grabación de una cámara oculta que lo incriminaba.
Las imágenes mostraban a Daniel Mauro, secretario del entonces
juez, acordando con el abogado involucrado, Alberto Seyahian, la
radicación de una denuncia en el juzgado de Mahdjoubian.
Esa
maniobra, conocida como forum shopping, consiste en acordar, previo
pago de una coima, la fecha y el lugar de una denuncia para que
la causa sea investigada por un juez afín al denunciante.
Para ello, se abusa del cronograma de turnos del juzgado con las
seccionales policiales porteñas.
En
su resolución, el Jurado de Enjuiciamiento reseñó
que por este hecho el juez y su secretario fueron procesados en
diciembre de 2003. La Cámara del Crimen confirmó los
procesamientos por los delitos de omisión de denuncia y encubrimiento.
El
tribunal destacó, además, que "fue acreditado
que el magistrado fue anoticiado días antes" de la emisión
de la investigación periodística de lo que pasaba
en su juzgado.
Lo
que se le reprocha a Mahdjoubian es haber denunciado la maniobra
en la Justicia sólo once días después de la
emisión del programa. Para el tribunal, aun cuando el juez
no conociera las irregularidades que cometía su secretario
-tal como él asegura-, debió denunciar los hechos
apenas se enteró de ellos.
Los
integrantes del jurado destacaron que antes de hacer la denuncia
el juez "mantuvo reuniones con su secretario y el abogado involucrado,
a quienes les dijo: "Ahora, háganse cargo". Esa
conversación es prueba de que el ex magistrado sabía
lo que sucedía en el juzgado a su cargo.
En
cuanto al cargo por el maltrato que denunciaron los empleados de
su juzgado, también inferido por el secretario Mauro, cinco
jueces coincidieron en que "hubo una actitud permisiva del
magistrado, que no hizo nada ante la situación de irregularidad
y discriminación" reinante. Manuel Moreira, uno de los
jueces que votaron en favor de esa acusación, sostuvo que
Mahdjoubian "no puso coto al desorden que existía en
su juzgado".
Mahdjoubian
estaba acusado, además, de otra maniobra de forum shopping
para favorecer a una empresa vinculada con el empresario Raúl
Moneta. Por ese cargo, el Consejo de la Magistratura lo suspendió,
por segunda vez, el 12 de mayo último.
Un
magistrado de carrera
Descendiente
de armenios, la tez de Juan José Mahdjoubian -de 55 años-
simula un bronceado perenne.
Cuando
llegó al cargo, no era nuevo en la Justicia, pues había
pasado allí su vida.
En
efecto, ingresó en los Tribunales siendo muy joven y es el
típico funcionario que recorre toda la carrera judicial,
desde los escalones más bajos.
Fue
prosecretario administrativo. Después de muchos años,
el primer espaldarazo se lo dio el juez de la Cámara del
Crimen Carlos Gerome, que lo designó su secretario en el
juzgado de instrucción criminal.
Después,
el presidente Carlos Menem lo nombró juez en ese mismo tribunal
y desde allí Mahdjoubian desarrolló su labor.
Tuvo
un primer momento de reconocimiento popular en 1994, cuando tuvo
en sus manos una de las causas del PAMI, en la que dictó
la falta de mérito para los seis imputados.
El
8 de octubre de 2002 volvió a los primeros planos periodísticos:
procesó a Julio Grondona, presidente de la Asociación
de Fútbol Argentino (AFA) y a Mauricio Macri, presidente
de Boca Juniors, por contrataciones de un sistema de seguridad para
las canchas.
Mahdjoubian
siempre tuvo fama de ser un hombre con oficio judicial. Por eso,
su comportamiento en el caso filmado por "Telenoche Investiga"
y su cuestionable forma de atraer a su juzgado la demanda promovida
por el empresario Raúl Moneta contra Cablevisión hacen
suponer que el ahora destituido magistrado no obró movido
sólo por torpeza.
No avanza la causa contra el ex juez
No se sabe si lo juzgará Bonadío
(DyN).-
La causa penal en la que está imputado el ahora removido
juez federal Juan José Galeano se encuentra paralizada debido
a que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal no
ha resuelto aún si mantiene como instructor del caso al cuestionado
Claudio Bonadío.
De
acuerdo con la información suministrada ayer a la agencia
DyN por fuentes judiciales, tres camaristas ya se excusaron de intervenir
en la votación destinada a definir si Bonadío debe
ser apartado de la investigación contra Galeano y que también
registra como acusados, entre otros, al ex ministro del Interior
Carlos Corach y al ex jefe de la Secretaría de Inteligencia
del Estado (SIDE) Hugo Anzorreguy.
Bonadío
había citado a Galeano como acusado para el jueves 11 del
actual, pero dejó la convocatoria sin efecto por una razón
fundada: no tiene en sus manos el expediente sobre los delitos supuestamente
cometidos a lo largo de la investigación del atentado contra
la AMIA porque ese sumario recorre, desde hace semanas, los despachos
de camaristas que se rehúsan a intervenir en el asunto.
Así,
la continuidad de Bonadío al frente del proceso contra su
ahora ex colega está en duda porque el juez ha sido recusado,
pero, al mismo tiempo, los camaristas que deben decidir si lo confirman
o apartan de la investigación no han dejado de excusarse
de tomar una resolución.
A
la justicia ordinaria
La Cámara Federal porteña, integrada por seis jueces
que son los superiores naturales de Bonadío, está
impedida de intervenir en el asunto por una serie de incidentes.
Por eso, el sumario fue girado a la justicia ordinaria.
Galeano,
ya desprovisto de la inmunidad procesal que le otorgaba su cargo
de juez federal, deberá responder por una decena de delitos
supuestamente cometidos en la investigación del atentado
contra la AMIA, que él comandó desde el 18 de julio
de 1994 hasta diciembre de 2003.
Pero,
por ahora, el expediente circula entre camaristas y no hay juez
a cargo de avanzar en la causa que afronta Galeano y que involucra
también a los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia.
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