Universidad Yacambú
Dirección General de Postgrado
Especialización en Gerencia Mención: Organización
Seminario de Trabajo Especial de Grado
Profa.: Mary Alonso
Autor: Zuleyma Polanco
TRABAJO N° 1
Introducción
Desde hace varios años se escucha hablar, en los diferentes espacios académicos y empresariales, sobre la importancia que recae en una disciplina llamada Gerencia del Conocimiento. Esto obliga irremediablemente partir de la base fundamental del término conocimiento: muchos catedráticos lo definen como la capacidad humana que permite el almacenamiento, en alguna parte del cerebro, de toda la información ganada a través de la experiencia, del aprendizaje y de la introspección, permitiéndole al individuo tener una apreciación de la posesión de múltiples datos interrelacionados, que por si solos poseen menor valor cualitativo.
Por eso no resulta extraño, que dentro de algunas organizaciones al hablar del conocimiento, se defina como el activo principal o el instrumento básico para lograr cumplir, dentro de los parámetros de la eficiencia y eficacia, con los distintos procesos que son la razón de ser de cualquier empresa, sea pública o privada.
Antes se creía que todo el valor de una institución recaía en los activos tangibles, aquellos que se pueden contabilizar, observar y medir. Sin embargo con el pasar del tiempo y en la lucha por sobrevivir y ser mejor en un mercado determinado, esta teoría ha tenido que ser repensada y sobrescrita. Muestra de ello es la aparición de las diferentes teorías sobre la Gestión del Conocimiento.
Para Nonaka (1995), hacer del conocimiento el activo principal dentro de la empresa, es tener la capacidad orgánica para generar nuevos conocimientos, diseminarlos entre los miembros y/o materializarlos en productos, servicios y sistemas. Por eso gestionar el conocimiento permite orientar los planes al desarrollo e implementación de mecanismos que definan, capturen, almacenen, analicen, difundan y mantengan el conocimiento.
Si se considera que la información es un instrumento de poder, quizá pueda entenderse la razón para orientar los esfuerzos dentro de las organizaciones a capturar del individuo conocedor, ese conocimiento, mantenerlo y diseminarlo para elevar la eficiencia y productividad de los procesos que se cumplen.
Pero, ¿bajo qué mecanismo o esquema es almacenado ese cúmulo de procesos cognitivos?, ¿a dónde se dirige cada trabajador cuando necesita conocer cómo se realiza cualquier trabajo que le es asignado?. A veces la respuesta no existe, esto indica que dentro de la mayoría de las empresas existe un conocimiento tácito de algunos de los procesos, que cuando tienen que ser realizados por personas diferentes a las preestablecidas, origina un problema de pesquisa y aproximación por ensayo y error.
En este escenario, es que se basa la importancia de un trabajo que gire en torno a la gerencia del conocimiento, dentro de una organización que necesite redimensionar algunos de sus procesos, para conocer la importancia de valorar los activos intangibles, que es todo aquello que una organización utiliza para crear valor, pero que no contabiliza y que además son elementos que dan valor añadido y reducen los costos de aprendizaje.
Sin embargo es muy fácil observar como la Gestión del Conocimiento está siendo bien acogida dentro del contexto de las organizaciones privadas; desde mediados de la década de los noventa, cuando un importante número de empresas de todo el mundo se enrumbó a la implantación de proyectos de este tipo como medida salomónica para mejorar su desempeño.
Es importante señalar que existe un tipo especial de organizaciones en la cual la Gestión del Conocimiento ha tenido una escasa incidencia, se habla sin temor a equivocarse, de los organismos e instituciones públicas, que por presentar características especiales, ya sea por su estructura funcionarial o su cultura organizacional, no se conciben articuladamente con la posibilidad de compartir el conocimiento.
En Venezuela, aunque no se registran grandes avances en este tema, no se pueden obviar algunos esfuerzos dados por instituciones públicas, en está área, se puede mencionar la experiencia de CONATEL, PDVSA y el CNTI por nombrar solamente algunas. Esto no quiere decir que resulte inaplicable un modelo de Gestión del Conocimiento en la administración pública, al contrario esta aparente ausencia, puede ser el indicador que faltaba para comenzar a implementar los modelos ya existentes o seguir con la construcción y el desarrollo de algunos que se adapten a las necesidades propias de cada ministerio o instituciones públicas del Estado.
Siendo así, no resulta nada fácil, sobretodo porque para construir e incluso aplicar un modelo de gestión del conocimiento, se hace necesario una minuciosa definición de los procesos que van a ser parte de éste, lo que genera una inversión en tiempo y preparación del recurso humano que en contadas oportunidades ha sido prevista por los organismos de la administración pública.
En el año 1999, con la aparición de la nueva Constitución, el país ha visto aparecer y desaparecer instituciones, un cambio interesante en este ir y devenir de las organizaciones, específicamente en el año 2000, ha sido la aparición de la figura de un Vicepresidente Ejecutivo, que tiene dentro de sus funciones, la de Coordinar la Administración Pública Nacional.
Dada la relevancia de la institución (Vicepresidencia de la República) que le brinda apoyo al máximo colaborador del Presidente de la República, se revisaron en detalle los procesos que permiten darle cumplimiento a sus funciones, para finalmente seleccionar uno de ellos, que por ser un producto asociado a los objetivos estratégicos de la institución, será el primero dentro de un modelo de gestión del conocimiento, que en años posteriores seguramente la Institución irá adoptando.
El proceso seleccionado corresponde al Mecanismo de Participación Ciudadana Poder 21, que está concebido como un Sistema de Información (SI) que permite establecer comunicación entre Sociedad y Gobierno, haciendo posible el seguimiento de la gestión gubernamental mediante la participación, organizada y disciplinada de los ciudadanos en los asuntos de su interés y que van asociados a las política públicas establecidas por el Ejecutivo Nacional.
La elección de este proceso y no de otro, se debe a los resultados arrojados por un proyecto piloto, que demuestran la presencia de algún nudo crítico, que debe ser ubicado para fortalecer el SI y ponerlo en funcionamiento, bajo los estándares de calidad necesario, en miras de la conformación de la nueva Institucionalidad del Estado venezolano, apoyándose en la gerencia del conocimiento.
Para el proyecto piloto, se estableció un tiempo de duración de 4 meses desde diciembre de 2004, se escogieron 42 organizaciones sociales, distribuidas en los estados Lara, Cojedes, Barinas y Portuguesa, a las que se les dictó un curso sobre el uso del SI, se incluía la entrega de claves y manejo de la herramienta tecnológica. Esto con el fin de mostrar cómo hacer requerimientos, consultas, sugerencias y reclamos sobre algunos de los servicios tipificados (misiones escogidas), que dentro de su comunidad fueran necesarios, lo que a su vez generaba un Nº de caso, que iba pasando por el flujo cambiando su estatus, según la atención prestada por el funcionario solucionador, (nuevo, asignado, en progreso y cerrado), que podía estar en la entidad federal o ser de procedencia nacional, para que le diera respuesta oportuna y satisfactoria; funcionario, escogido por los gobernadores de los estados indicados y de las misiones seleccionadas, al los que se les dio un adiestramiento con el fin de que conocieran cual era el nivel de participación dentro del SI.
Si bien es cierto que los resultados del piloto, son un llamado reflexivo y de alerta, debido a la poca actividad y registro de casos de parte de las comunidades, también es cierto que desde el Ejecutivo y específicamente desde el ente coordinador del mismo, que además es quien dirige el Mecanismo de Participación Ciudadana, se están haciendo los esfuerzos necesarios para buscar las causas que no han permitido posicionar el SI, dentro de las comunidades para ello se proponen a través de este trabajo los siguientes objetivos:
1.-Diagnosticar la situación actual.
2.-Diseñar un método para optimizar el proceso de uso y participación dentro del SI.
3.-Poner en funcionamiento, de manera ordenada los procedimientos y métodos creados.
Todo esto, va a permitir obtener los instrumentos necesarios para
lograr el uso y funcionamiento eficiente del SI entre los usuarios, y pasar a un
proceso de incorporación progresiva del resto de estados, organizaciones
sociales y funcionarios, mejorando los flujos de trabajo y los resultados que se
obtengan. Es así como se propone dividir el trabajo en tres fases,
una de diagnóstico, donde se realice un análisis que permita conocer cuáles
fueron las posibles problemas o deficiencias en las que se incurrieron, otra de diseño, en donde se
cree la metodología que permita fortalecer y corregir las fallas encontradas y
por último la puesta en funcionamiento o implementación de herramientas que
permitan articular el flujo de conocimiento dentro de este proceso.