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El
Palacio San Martin
Por Fabio Grementieri, La Nacion, domingo 13 de mayo de 2001
El
Palacio San Martin, ubicado sobre la plaza San Martin, se destaca entre
los mejores edificios de la ciudad por su originalidad y valores arquitectonicos.
Este gran exponente de una tendencia estetica que podria denominarse "clasicismo
belle epoque" fue originalmente la residencia de una de las mas acaudaladas
ramas de la familia Anchorena.
Construido
entre 1905 y 1909, el edificio fue encomendado por Mercedes Castellanos de
Anchorena, hija de Aaraon Castellanos, uno de los pioneros de la colonizacion
agraria y del fomento de la inmigracion europea en la Argentina, y esposa
de Nicolas Hugo Anchorena, nieto de Juan Esteban Anchorena, el fundador de
la dinastia argentina que llegara de España a Buenos Aires en 1751.
Mercedes -dueña de una de las fortunas argentinas mas importantes de
su epoca- fue una personalidad fuerte y decidida promotora de obras de caridad
y religiosas a las cuales se dedicaba con gran tenacidad y aportando fabulosas
sumas de dinero.
La instalacion de los padres sacramentinos en la Argentina se debio a sus
gestiones, como tambien la construccion del seminario de Villa Devoto o la
Basilica del Santisimo Sacramento -considerada una de las iglesias mas lujosas
de Buenos Aires- proyectada en Paris por los arquitectos Coulomb y Chauvet.
Este empeño y generosidad fueron recompensadas con titulos honorificos
como el de Condesa Pontificia o el Dama de la Rosa de Oro. Mercedes Castellanos
de Anchorena tuvo once hijos, de los cuales solo cinco sobrevivieron. De estos,
solo tres, Aaron, Enrique y Emilio, ocuparon con ella el palacio, originalmente
previsto para que lo habitara tambien su hija Amalia, casada con Juan Jose
Blaquier y fallecida en 1907, antes de finalizarse la construccion.

Arquitectura
en Familia
Aaron
Anchorena -aficionado a la vida de salon pero tambien una persona de accion,
amante de los deportes-, se instalo con su madre en el ala izquierda del palacio
y continuo viviendo alli durante su matrimonio con Zelmira Paz. Enrique Anchorena
-interesado en la arboricultura, como lo demostro en el esplendido parque
de su estancia "El Boqueron" cerca de Mar del Plata- ocupo el cuerpo
central del conjunto con su esposa Hercilia Cabral Hunter.
Emilio Anchorena, casado con Leonor Uriburu, ocupo el ala derecha del edificio
sobre la calle Basavilbaso. Luego fue residencia de la mayor de sus hijas,
Leonor Anchorena de Luro, activa promotora de la Sociedad de Beneficencia
y propietaria de la estancia La Azucena, que, como varias otras propiedades
de la familia, ostentaba un gran parque y un casco de notable interes arquitectonico
diseñado en este caso por Alejandro Bustillo.
La
predileccion de la familia Anchorena por los grandes edificios y por variadas
tendencias arquitectonicas tambien se extendio a otros miembros que no habitaron
este palacio. Tal fue el caso de Matilde, casada con Carlos Ortiz Basualdo
y en segundas nupcias con Pedro Verstraeten, que habito otra imponente residencia
diseñada hacia 1900 por el arquitecto belga Julio Dormal y situada
al lado de la residencia de su madre y hermanos, en el terreno limitado por
las calles Basavilbaso, Arenales y Maipu. Pero tambien el de Josefina Anchorena,
quien mando a construir, con la direccion artistica de su esposo, el escritor
Enrique Larreta, dos de las obras cumbres de la arquitectura neocolonial argentina:
la estupenda casa del barrio de Belgrano -hoy Museo Larreta- y el casco de
la estancia Acelain.
El
Clasicismo 1900
El
arquitecto responsable del diseño del Palacio Anchorena fue Alejandro
Christophersen (1866-1946), una de las principales figuras de la arquitectura
argentina del periodo. Formado en la Academia de Bellas Artes de Amberes,
completo su formacion en el prestigioso Atelier Pascal de La Ecole des Beaux
Arts de Paris. entre sus obras se cuentan innumerables casas y residencias
particulares, como la que alberga el Circulo Italiano, en la calle Libertad;
iglesias como Santa Rosa de Lima, sobre la avenida Belgrano, y edificios publicos
como la sede de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Christophersen, eclectico
cabal, adscribio a diversas corrientes arquitectonicas a lo largo de su carrera.
Hacia la primera decada del siglo siguio el gusto dominante entre clientes
y profesionales, que preferian un estilo inspirado en la arquitectura francesa
del siglo XVIII. Esta tendencia fue verdaderamente internacional y se consagro
definitivamente a traves de dos obras culminantes como el Grand Palais y el
Petit Palais construidos para la Exposicion Universal de 1900 en Paris.
La obra cumbre de Christophersen, el Palacio Anchorena, se ubica dentro de
esta tendencia y es fruto del complejo entramado de relaciones entre Paris
y Buenos Aires en el campo de la arquitectura.
Un
analisis detallado de este gran edificio y las circunstancias en que fue construido,
asi como ciertos desajustes en la resolucion definitiva respecto del planteo
original, pareceria señalar que el Palacio Anchorena fue en realidad
el excepcional resultado de una reelaboracion de un proyecto de mayores dimensiones
originalmente diseñado en Francia. Este tipo de adaptaciones fue comun
por la epoca.

Academicismo
y art nouveau
En el Palacio Anchorena se reconocen varias fuentes de inspiracion, las mas
remotas son modelos de residencias parisienses del periodo señalado,
como el Hotel de Conde (J.M. Peyre, 1765). Otra referencia insoslayable es
el proyecto Hotel a Paris pour un riche Banquier, con el cual Jean
Louis Pascal, maestro de Christophersen, gana el Prix de Rome -maximo galardon
de la arquitectura de la epoca- en 1866. A semejanza de este ultimo antecedente,
el edificio es en realidad un conjunto de tres residencias alrededor de un
patio de honor, disposicion que se completa con dos jardines laterales y posteriores.
El resultado es una obra de inusual riqueza volumetrica y espacial, que ocupa
y libera alternativamente los seis sectores equivalentes en que se divide
el terreno donde se erige.
Los dos vertices que unen, a manera de bisagras, los tres cuerpos construidos
-especie de torreones rematados por sendas cupulas- sirven tambien de engarce
espacial de los tres patios, a traves de recintos circulares con amplios ventanales.
El vigoroso modelado del edificio no se limita solamente al planteo general
de masas y vacios.
Las fachadas presentan un tratamiento escultorico en las mansardas convexas,
en las columnas y pilastras de orden compuesto que abarcan los dos pisos principales.
El patio de honor, de planta ovalada, encierra un espacio de acertadas proporciones
y lograda composicion definido por una galeria ritmada por columnas doricas,
escalinatas de generoso desarrollo, frentes interiores y mansardas de lineas
curvas y dos cupulas.
La
organizacion de los interiores del palacio responde a la habitual disposicion
en este tipo de residencias. En cada pabellon de cuatro niveles, los espacios
protagonicos albergan el hall principal o la escalera de honor. La decoracion
de todos los ambientes principales reflejan el alto nivel y la calidad artesanal
de la construccion de la epoca.
Esta
notable habilidad se manifiesta en los estucos e imitacion de materiales nobles,
en los revestimientos de madera de paredes y pisos o en la excelente factura
de la herreria artistica, rubros todos ejecutados por artesanos o firmas radicadas
en la Argentina. Esta atmosfera se veia originalmente enriquecida por el mobiliario
original que los dueños habian comprado en Francia e Inglaterra.
El inconfundible espiritu belle epoque del Palacio Anchorena se ve reforzado
por el influjo art nouveau que se manifiesta mas alla de aspectos decorativos
o formales. Este aporte se incorpora en variables mas trascendentes de la
composicion, como la fluidez de espacios y masas, las grandes puertas, ventanas
exteriores e interiores, las transparencias y continuidades entre recintos,
el gran uso de convexidades y concavidades, o el aligeramiento de ciertos
sectores del basamento y la mansarda a traves del uso del hierro.
El
Palacio Anchorena, denominado Palacio San Martin a partir de su adquisicion
en 1938 para sede del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, puede ser
considerado uno de los edificios mas valiosos del patrimonio arquitectonico
de Buenos Aires.
No
solo es representativo de la mejor arquitectura privada de la Belle Epoque
en el nivel internacional sino tambien uno de los mas originales ejemplos
del revival clasicista de principios de siglo que supo integrar tradicion
e innovacion en propuestas incorrectamente interpretadas por la historia y
por la critica.
El
Palacio San Martin es ademas un excelente ejemplo de la denominada arquitectura
Beaux Arts, derivada de las enseñanzas y teorias de la famosa escuela
parisiense. Es quiza la residencia mas original del Clasicismo Internacional
1900. |