Una
persona no tiene la necesidad de consumir solamente en función del
dinero que posee en ese momento. En realidad, a veces consume más de
lo que tiene, y a veces menos. Para que ocurra, lo que se hace es
transferir los recursos en el tiempo. Cuando yo traigo al presente
recursos futuros, estoy pidiendo prestado. Cuando transfiero al
futuro mis recursos actuales, estoy prestando.
De acuerdo con
los recursos que una persona posee y sus preferencias en cuanto al
momento en que los quiere consumir, esa persona puede ser
prestamista, prestatario o las dos cosas. Tales transacciones
financieras están motivadas por el deseo de incrementar su
satisfacción cambiando la localización en el tiempo de los
recursos.
Este cambio de recursos en el tiempo no es gratis,
sino que hay un costo o una recompensa según que se pida prestado o
se preste. Este costo se llama tasa de interés. La tasa de interés
del mercado es la tasa de cambio entre recursos presentes y
futuros. La tasa de interés que resulte de una operación
determinada, está compuesta por varios elementos: la tasa "pura" de
mercado, un adicional por inflación y un adicional por
riesgo.
La tasa "pura" de mercado se considera que el costo
de una inversión sin riesgo y se considera el costo o el rendimiento
mínimo de cualquier operación. Esa tasa no existe sola en ningún
lado ya que cualquier tasa que se fije en la vida real lleva un
incremento en función de las expectativas de inflación que pudiera
haber en el plazo en que realiza la operación. En los mercados
financieros, se considera que el rendimiento de los bonos de cupón
cero emitidos por el tesoro de los Estados Unidos es el valor que
mejor representa a una tasa libre de riesgo, por lo tanto ese
rendimiento se considera el "piso" del mercado. Ese valor suele
estar alrededor del 6 ó 6,5% anual.
Sin embargo, si uno en
lugar de prestarle al tesoro de los Estados Unidos, le presta a una
persona o empresa, existe la probabilidad de que no le paguen los
intereses en el tiempo establecido, que le devuelvan los fondos
después de los plazos fijados, o que no le devuelvan nada. La
incertidumbre en los retornos de un préstamo (o de cualquier
inversión que implique una colocación de fondos en el presente, para
obtener más fondos en el futuro), se conoce como
riesgo.
Cuando existe este riesgo, un inversor solicitará un
ingreso mayor para compensarse de los riesgos corridos. Este monto
mayor se fija como un porcentaje que se agrega a la tasa de interés
libre de riesgo, y se llama premio por riesgo. Por
ejemplo, si un inversor invierte $ 100 y puede obtener $ 106 en una
inversión sin riesgo, en una inversión con riesgo requerirá $ 110.
De los $ 10 pesos que recibe de más por la inversión, $ 4 serán
considerados el premio por riesgo.
Como un inversor racional
no tomará ningún riesgo "gratis", se considera que cuanto mayor es
el riesgo de una inversión (esto es, cuanto mayor sea la
incertidumbre acerca de sus retornos esperados), mayor será la
retribución que se exija por soportar ese riesgo.
En los
mercados financieros existen empresas calificadores de riesgo como
Moody's o Standard & Poors que califican a países y empresas de
acuerdo a su riesgo. Esa calificación es la que determina cuál es el
adicional por riesgo que se les cobrará. Esto hace que, por ejemplo,
cuando la tasa de interés pura está en un 6% anual, a los bonos que
emita un gobierno de otro país les piden un interés del 12% anual:
ese 6% anual adicional está en función del riesgo-país, según la
estimación de riesgo hecha por consultoras
internacionales.
Pero el riesgo que puede tener una inversión
no es uno solo, sino que se van acumulando diversos riesgos. Al
riesgo-país se le agregará luego el riesgo del sector, el riesgo de
la empresa o el particular, y el riesgo de la actividad que se está
financiando. También hay un elemento adicional, bastante más
complicado, y es la modificación que representa el riesgo de una
inversión adicional en el riesgo total del portafolio de inversiones
de un inversor. Todos estos riesgos que van apareciendo, implican
aumentos de la tasa de rendimiento que pretende obtener un
inversor.
El riesgo más grande de todos, se corre cuando se
pretende financiar a una persona o pequeña empresa que recién
comienza, en una actividad cuyo desenvolvimiento no se conoce porque
es relativamente nueva, que se encuentra en un mercado nuevo y donde
la empresa prácticamente no tiene ningún tipo de bienes físicos con
los que garantizar la devolución de los fondos.
En estos
casos, los rendimientos pretendidos pueden llegar a ser, por
ejemplo, de unos intereses entre el 30 y el 40% anual sobre la
inversión, con la pretensión de obtener a la devolución de la
inversión inicial, entre 5 y 20 veces el valor originariamente
invertido. Esto significa un rendimiento anual pretendido que está
entre el 50% y el 80%.
Esta situación descripta es la que
normalmente se encuentra hoy día entre los start-ups de empresas
ligadas a internet, y los rendimientos indicados son los requeridos
por los inversores de riesgo para este tipo de empresas.
En
la próxima entrega veremos como se realiza la valuación de una
empresa a través del método de flujos de fondos descontados.
Raúl
Bertona es Contador Público Nacional (U.N.L.). Realizó cursos de
especialización en la Universidad Heriot-Watt en Edimburgo, Escocia.
Es Profesor titular de Administración Financiera en la Facultad de
Ciencias Económicas (U.C.S.F) Business Analist Senior de
LatinGate.com |
|
|
|