Aulas sin Paredes Escenarios Educativos
Virtuales
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La estructura espacial del área virtual es muy
distinta a la de los entornos naturales y urbanos tradicionales.
Se entiende que la modificación de la actividad educativa virtual
deberá ser profunda.
Se debe distinguir entre escenarios
para el estudio, la investigación, la docencia, la interrelación y
el esparcimiento.
El pupitre y el pizarrón tienen una
nueva expresión en la virtualidad: son la pantalla de la
computadora y sus diversos periféricos. Si llamamos telepupitre a
ese nuevo escenario educativo, lo más novedoso es su ubicación.
Este puede ser portátil y estar conectado a una red
educativa.
Se puede acceder a él desde la casa, desde la
institución académica o desde cualquier otro lugar físico, de
manera que siempre está disponible para su utilización.
La
actividad académica deja de ser un intervalo temporal rígido, o,
lo que es lo mismo, la teleescuela o la universidad virtual
siempre están abiertas.
Esto implica un cambio en los
hábitos educativos. Por otra parte, los materiales educativos
cambian por completo.
En lugar del lápiz, el cuaderno, los
lápices de colores, y los libros de texto, el actual utillaje
educativo del aula virtual está formado por la pantalla, el ratón,
el teclado, la multimedia , la pizarra electrónica, el software y
los videojuegos.
Los estudiantes deben aprender a manejar
estos nuevos instrumentos y los creadores de materiales educativos
deben plasmar el conocimiento y las destrezas en los nuevos
soportes.
En las aulas virtuales se estudiará ante la
computadora y con el CD de física, matemáticas, ciencias naturales
o idiomas.
Además programas multimedia sobre animales,
plantas, geografía, astronomía, historia y con las ventajas de que
puede ser contemplada con una minuciosidad desconocida hasta
ahora. Otro tanto cabe decir de las bibliotecas virtuales, los
museos, las ciudades digitales o los nuevos paisajes virtuales.
Son las aulas o campus virtuales, a cuyos escenarios se
accede conectándose a una red educativa telemática. Aparte de ser
aulas distales, lo más notable es que dejan de ser recintos con
interior, frontera y exterior, convirtiéndose en redes digitales
en las que se desarrollan las diversas acciones educativas.
El profesor, puede ahora proponer una serie de problemas
previamente diseñados, controlar a distancia lo que hacen los
alumnos en su pupitre virtual, corregirles interviniendo en su
pantalla, sugerirles ideas, motivarles, pero todo ello en un nuevo
medio que no es físico, sino electrónico.
Incentivar el
trabajo en equipo en este nuevo entorno es uno de los mayores
problemas de la actividad docente.
Al respecto, la
aparición de un nuevo lenguaje en Internet, el VRML , tiene gran
importancia, dicho lenguaje permite generar escenarios virtuales
en donde interactúan modelos digitales manejados por personas,
pudiendo moverse, gesticular, intercambiar objetos digitales como
ficheros, mensajes.
Algunas universidades ya han comenzado
a desarrollar sistemas de telenseñanza o campus virtuales que han
de ser considerados como complementarios a los ya existentes
naturales y reales.
En esos campus virtuales se insiste
ante todo en el estudio y en la transmisión de conocimientos. Sin
embargo, igual de importantes son los escenarios electrónicos en
los que pudiera desarrollarse una vida universitaria.
Es
de esperar que aquellos campus virtuales que sepan ofrecer las
múltiples facetas de la vida universitaria, y no sólo la relación
docente, tendrán un éxito mayor.
Implantar la telescuela o
aulística virtual equivale a generar escenarios y redes en la
virtualidad cuyas funciones sean básicamente educativas.
Esto implica transformaciones, por ejemplo: que
determinados programas televisivos diseñados por pedagogos y
expertos en las diversas disciplinas formen parte del horario
escolar, independientemente de que sean vistos en la escuela o en
casa. Esto ya se hace en cierta medida, pero de manera no
programada ni reglada.
Se trata, en suma, de instituir una
aulística virtual que incluya deberes para hacer en casa; nuevos
materiales docentes, telemáticos y multimedia, a elaborarse por
especialistas en ciencias y humanidades, y en didáctica y
curriculum, pero contando con la colaboración de escritores
electrónicos, es decir: los expertos en diseño gráfico, en
sintetización multimedia, en análisis de imágenes y sonidos.
Hay que poner a trabajar conjuntamente a expertos en cine,
música, publicidad, hipertexto, etc. con especialistas en las
diversas disciplinas científicas, técnicas y humanísticas,
con el fin de generar los materiales educativos adecuados
para el espacio digital, y no sólo para el aula presencial.
También se requiere graduar los contenidos educativos
multimedia, adecuándolos a las edades y a las diferencias
culturales y sociales. Construir la aulística virtual conlleva
generar sitios específicos para cada materia y para cada nivel
educativo.
Es necesario formar a los profesores que
ejercerán como teletutores o como telenseñantes, introduciendo
nuevas materias en las escuelas de magisterio y llevando a cabo
cursos de reciclaje para el magisterio actual.
Conjuntamente con la elaboración de los nuevos materiales
docentes para el entorno electrónico y digital.
En
consecuencia, se requiere de toda una política educativa.
Actualmente los Estados tienen sus dificultades para
adaptarse a la estructura del nuevo espacio social.
Esto
se debe a que el Estado es una forma social basada en la
territorialidad, mientras que el entorno virtual es un espacio
transterritorial, que desborda las fronteras geográficas y
políticas, o simplemente puede hacerlo.
Muchas
instituciones están desarrollando programas de teleformación.
Diversas universidades, como la de Princeton en Estados Unidos,
están creando campus virtuales, y han surgido universidades
específicas del Entorno cibernético, como la Universidad Abierta
de Cataluña que recién visité en España o el Instituto Tecnológico
de Monterrey en México, que ha coordinado actividades con al
Fundación Ventura de nuestro país.
Durante los próximos
años proliferarán iniciativas de este tipo y no cabe duda de que
otra clase de agentes sociales como organizaciones religiosas,
instituciones internacionales o plurinacionales se incorporarán al
proceso de creación de escenarios educativos en aulística virtual.
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