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"Imprecisamente distante en el tiempo y en el espacio, el mundo convocado por la poesía de Liliana Camardella tiene el aire de la ensoñación y la consistencia de lo simbólico.
La cartografía ideal que en él se despliega corresponde al territorio improbable que es, más bien la encrucijada ideal de las tradiciones culturales de Oriente y Occidente.
Algo del tono conjetural de Borges y la finura especulativa de Calvino campea en este universo de reyes melancálicos, sabidurías paradójicas e inescrutables peregrinos. Pero la autora imprime a estas breves y sugestivas piezas en prosa un tono personal hecho de austeridad y lucidez.
Una paciencia artesanal parece enhebrar con hilo delgado este conjunto de pequeñas gemas, concebidas como unidades autónomas -muchas veces con matiz tipográfico propio- pero plantadas en la página con un cuidadoso criterio visual.
En estos textos, cuya unidad de medida no es el verso sino la frase, hay una densidad conceptual que bordea el epigrama sin caer nunca en la consistencia marmórea del aforismo. Y el rastro débil de lo que pudo haber sido fábula brilla intermitente, rezago de la memoria de una armonía perdida.
El efecto de lectura es curioso: como si algo en el poema revelara una verdad que nos incumbía y habíamos olvidado.

Aníbal Piñeiro
La Nación (3/12/2000)


Historias de pueblos solos, pueblos que esperan, asisten a la caida de los dioses y los imperios, pueblos que por momentos nos recuerdan aquel sublime relato de Borges "El inmortal".
Y ya que mencionamos a Borges, el poema "La ceguera" parece ser, seguramente es, homenaje al maestro.
Tomo de él un fragmento que en nada se aparta del estilo general del libro:

"Era mañana porque el sol entibiaba el rostro y el rocío delataba la noche.
El tiempo pauta los ciclos hasta prescindir del tiempo.
Hasta mirar atentamente la apacible ceguera de las cosas".

Y de las historias de pueblos que antes apunté, muchas veces estos pueblos se traducen en un solo hombre solo, ascetas, beduinos,el arquero Zen ya mencionado, Akenatón que tiene la visión de un único dios, Moisés que ve la tierra que le será negada tocar, y entre estas figuras de apariencia fría y distante es posible encontrar un dejo de infancia, de juego,de lo mejor de la niñez: su inventiva, su imaginación, "los que hacen Roma de un jardín".
Todo esto configura Lagunalia, un campo donde el sueño y la realidad parecen conocerse fuera del tiempo."

Roberto Malatesta
El Litoral de Santa Fe (5/5/2001)

Sobre la Autora

Liliana Camardella nació en Buenos Aires (Argentina) en 1963.
Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Lagunalia es su primer libro de poemas que obtuvo Segundo premio en el Concurso Régimen de Fomento a la Producción Literaria 1999, organizado por el Fondo Nacional de las Artes)

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