
La educación, básica y media, no puede prescindir de las herramientas de la
virtualidad para mejorar su calidad, y para mejorar la oportunidad de los
contenidos que entrega.
Los imperativos actuales impuestos por la gran cantidad de información
disponible y por la velocidad con que ella se renueva (algunos autores
afirman que en el año 2007 el conocimiento del planeta se duplicará cada 72
días) obligan a que la educación se apoye en metodologías y tecnologías que
sitúen a los alumnos en un escenario de mayor protagonismo respecto de su
propia formación.
El E-learning es una de las
respuestas a las nuevas exigencias sobre las personas, y por ende sobre la
educación, de adultos y de niños. Aun persisten muchas vertientes
diferentes respecto de qué es el e-learning, cómo
se deben enfrentar los desafíos que impone y que podemos esperar de él. En
principio dos definiciones que nos parecen interesantes pues representan
distintas visiones y dimensiones de una nueva realidad:
Se entiende por “e_learning”
o “educación virtual” la utilización de herramientas computacionales en la
entrega de contenidos educacionales
Una definición cierta pero tan pragmática que nos deja
sin guías de acción.
Otra definición entregada por Line
Zine, una revista norteamericana especializada en
el impacto de la educación sobre la economía indica:
El “e_learning” es una
fuerza que le entrega a las personas y a las organizaciones la ventaja
competitiva que les permite mantener el ritmo de la economía globalizada y
cambiante.
Esta definición es tan impactante en sus alcances como
la declaración de principios realizada por la Comunidad Europea en 1998:
“... la nueva era que se avecina no es la era de la
informática, es la era del conocimiento y su motor y eje articulador será
la educación.”
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