EDUCACION Y VIRTUALIDAD
La educaci ha sido siempre una tarea
compleja. Desde que nacemos y nos relacionamos estamos siempre expuestos a
procesos de aprendizaje. La educaci forma parte destacada de nuestros
mecanismos de identificaci, transmisi y pervivencia humana.
Educaci y aprendizaje son, de hecho, acciones plenamente humanas. Pero
hay quien opina que la educaci a distancia so puede ser
formaci, es decir, proceso instruccional, no educativo. Esta percepci
se fundamenta en la caracter﨎tica definitoria de la no presencialidad: la ausencia de
presencia; y de ello se podria concluir la imposibilidad de educar, de
socializar, de transmitir percepciones comunitarias.
La virtualidad no es un algo nuevo en la
historia de la humanidad. Desde el mito de la caverna de Plat pasando
por las im疊enes o leyendas de la
Edad Media, hasta la visi; no desde la fe de la percepci
cristiana de la eucarist僘, la virtualidad,
entendida como semblanza de realidad (pero no real), ha estado siempre presente
entre nosotros. La diferencia radica en que mientras a lo largo de la historia
el potencial de la virtualidad resid僘 en la imaginaci, en las ideas, en las
creencias, hoy d僘, manteniendo todav僘 vivo 朴or suerte・ese potencial, la
tecnolog僘 nos brinda la
posibilidad de, incluso, visionarlo con nuestros propios ojos, reconstruir la
imaginaci, de hacer realidad visual nuestras ideas. Se trata de lo que
paradicamente llamamos 途ealidad virtual・ Hoy existe, adem疽, la posibilidad ampliamente difundida de
construir aut駭ticas comunidades
virtuales, es decir, espacios no f﨎icos y atemporales de interacci
humana.
Las nuevas tecnolog僘s de la
comunicaci y de la informaci han hecho asequible la virtualidad
a innumerables personas que antes so la percib僘n como futurible. Se
ha creado un nuevo medio de relaci, un espacio de comunicaci
atemporal, en el que la reproducci mim騁ica de lo que se realiza con normalidad en las
relaciones presenciales es un desprecio a las posibilidades que el nuevo medio
ofrece. La caracter﨎tica m疽 destacada de la
virtualidad es la de la creatividad. (L騅y, 1999:12) Y como en todo espacio social, la
educaci es clave para el mantenimiento y desarrollo del propio sistema.
La virtualidad nos ofrece la posibilidad de
crear entornos nuevos de relaci, y como tales, deben de ser tratados de
forma distinta para extraer de ellos el m痊imo de su potencial. La riqueza de estos
nuevos entornos, todav僘 en fase de
exploraci, es enorme y su poder reside en nuestra capacidad de saber
usarlos al m痊imo de sus
posibilidades. Debemos cambiar de h畸itos, ser creativos, para rendir en este nuevo
medio mientras podamos hacerlo. En la generalizaci del aprendizaje para
el uso, y para el saber estar y saber participar en ese medio, est・la clave del 騙ito.
La educaci no puede ser ajena al
potencial que los nuevos espacios de relaci virtual aportan. Ante la
rapidez de la evoluci tecnolica, ahora m疽 que nunca, la
educaci debe manifestarse claramente y situar la tecnolog僘 en el lugar que le
corresponde: el de medio eficaz para garantizar la comunicaci, la
interacci, la informaci y, tambi駭, el aprendizaje.
La relaci que se establece entre
educaci y virtualidad es una relaci de creatividad. La oportunidad
de volver a pensar de forma creativa la educaci, as・como los mecanismos y
din疥icas que le son
propias, a partir de la tecnolog僘 como excusa, es un factor claramente
positivo. La educaci convencional y la educaci a distancia est疣 convergiendo en un
mismo paradigma, en un mismo espacio de reflexi y de an疝isis que estimula los
procesos de optimizaci de la acci educativa, especialmente en
el 疥bito de la
educaci superior universitaria y permanente.
Pero, ソpodemos educar en la virtualidad? ノsta es la principal
pregunta que debemos intentar responder. Partiendo de la concepci de la
educaci como una experiencia humana y de maduraci personal
consideramos que la respuesta no puede ser otra que afirmativa. Y lo afirmamos
desde la convicci, expuesta ya con anterioridad, que se puede educar
sin la coincidencia f﨎ico-temporal propia de
la metodolog僘 docente convencional.
Las experiencias humanas, la maduraci y la reflexi, son
procesos individuales, que pueden ser vividos en y desde una comunidad, pero
que en tanto que procesos educativos deben 撲 pueden・ser pautados (disedos curricularmente)
adem疽 de estar
circunscritos en un espacio en el que son posibles la vivencias y las
sensaciones, fuentes de evidente potencial educativo.
La educaci en la virtualidad, es
decir, desde la no-presencia en entornos virtuales de aprendizaje, no se sit俉 necesariamente en
ninguna orientaci educativa concreta. Al igual que en la presencialidad
existe la convivencia entre orientaciones y did當ticas diversas, siempre que 駸tas act鋹n de forma coherente
con las finalidades educativas y con los fines de la educaci, de la
misma forma sucede en la virtualidad. El aprendizaje en ambientes virtuales es
el resultado de un proceso, tal y como valorar僘mos desde la perspectiva humanista, en el que
el alumno construye su aprendizaje. Tambi駭 puede ser el producto realizado a partir de
la practica, como puede ser el caso del trabajo a
partir de simuladores. Y evidentemente la acci resultante de un trabajo
de an疝isis cr咜ico. Es decir, que de
la misma forma que la presencialidad permite diferentes perspectivas de an疝isis o de
valoraci de la educaci, 駸tas tambi駭 son posibles en la virtualidad.
La diferencia m疽 importante entre la educaci en la
presencialidad y en la virtualidad reside en el cambio de medio y en el
potencial educativo que se deriva de la optimizaci del uso de cada
medio. No podemos hacer lo mismo en medios distintos, aunque nuestras
finalidades educativas y, por tanto, los resultados que perseguimos sean las mismos, pero debemos saber de antemano que el camino que
debemos recorrer es distinto. En la aceptaci de esta diferencia de
medio de comunicaci reside el 騙ito o el fracaso de la actividad educativa.
Educaci y virtualidad se complementan
en la medida en que la educaci puede gozar de las posibilidades de
creatividad de la virtualidad para mejorar o diversificar sus procesos y
acciones encaminados a la ensenza y al aprendizaje, mientras que la
virtualidad como sistema se beneficia de la metodolog僘 de trabajo educativo
y de comunicaci, necesaria en aquellos casos habituales en los que la
finalidad de la relaci en la red sobrepasa la de la b俍queda de
informaci.