El sentido común nos dice que para ganar en bolsa
la clave está en "Comprar barato y vender caro"; esta afirmación,
que a priori puede parecer una auténtica perogrullada, no lo es
tanto si la enfocamos desde el punto de vista de las estrategias de
inversión más comunes en el mundo financiero...
Supongamos
que un inversor se enfrenta a la decisión de colocar su dinero en
distintos instrumentos financieros; por simplificar podríamos
reducir las alternativas a la inversión en renta variable (bolsa) y
en renta fija (bonos). En principio la decisión le llevará a colocar
un determinado porcentaje de su cartera en bolsa y el resto en renta
fija: Aunque pueda parecer decepcionante, diversos estudios
financieros aseguran que cerca del 90% del resultado de una cartera
se puede explicar por el reparto que en esa cartera tienen las
grandes alternativas de inversión (Renta Variable, Renta Fija); la
selección de acciones o "bonos" en concreto aportaría por tanto
menos de un 10% de las ganancias o pérdidas totales.
Estos
estudios apoyan la teoría de que nadie es capaz de "acertar" más que
la media a la hora de elegir inversiones (teoría discutible), y que
resulta mucho más rentable gastar tiempo en decidir cuánto invertir
en cada alternativa que en elegir inversiones concretas. Pero
incluso cuando ya se ha determinado un "reparto" entre Renta Fija y
Renta Variable el tema no se ha acabado; la teoría financiera
clásica nos dice que el inversor debería reajustar su cartera en
base a dos criterios:
· Una vez tomada la decisión inicial,
el hecho de que unas cotizaciones suban y otras bajen (es decir, el
hecho de que el mercado fluctúe) supone un cambio en la situación
que había cuando el inversor tomó su decisión inicial: si decidí
invertir un 80% de mi cartera en bolsa pensando que ésta podía subir
y efectivamente éste sube un 10%, cabe pensar que el potencial de
subida de la bolsa es ahora menor... ¿Me interesa entonces reducir
mi porcentaje de inversión en bolsa?
· Además desde que
tomamos la decisión de inversión es de esperar que el valor de
nuestra cartera varíe significativamente, y ello puede tener efectos
en la filosofía con que afrontamos la inversión... Si invirtiendo he
ganado un 70%, ¿Estoy ahora dispuesto a asumir más riesgos porque
soy más rico? ¿O precisamente porque he ganado mucho prefiero
reducir mi inversión en bolsa para no correr
riesgos?
Partiendo de estos dos criterios se pueden
establecer tres grandes estrategias de inversión que guían la toma
de decisiones, siempre desde el punto de vista de los porcentajes de
mi cartera que quiero invertir en bolsa y bonos. Estas estrategias
no se refieren a la selección de inversiones concretas (no responden
a la pregunta de ¿Qué acciones compro?), y por eso dan origen a
cuestionarse el principio de "Compra barato, vende caro". Estas
estrategias se podrían titular:
Comprar y mantener
Comprar barato
y vender caro
Comprar caro y vender
barato
En este artículo comento cada una de estas tres
estrategias y cual
conviene seguir en cada momento de mercado.
|