Katrina,
que alcanzó ayer la poderosa categoría cinco
en la escala de intensidad Saffir-Simpson, es ahora una
tormenta tropical, pero sus fuertes vientos y copiosas lluvias
continúan siendo una amenaza.
Katrina,
que se abalanzó ayer violentamente sobre Luisiana
y Misisipí tiene vientos máximos de 104 kilómetros
por hora. El ciclón, el cuarto de la temporada de
huracanes en el Atlántico norte, se fortaleció
en las cálidas aguas del golfo de México y
se convirtió el domingo en un monstruo de categoría
cinco, la máxima en la escala de intensidad Saffir-Simpson.
Pese
a su debilitamiento, el Centro Nacional de Huracanes (CNH)
advirtió que "aunque Katrina ya no es un ciclón,
sus vientos son todavía capaces de derrumbar árboles
y crear condiciones peligrosas", como marejadas e inundaciones.
Martes,
30 de agosto 2005