ASIGNATURA: HERRAMIENTAS WEB PARA LA INVESTIGACIÓN
RESUMEN TRABAJO 3: (Presupuesto Público)
Autor: (Arístides Páez)
Desde el punto de
vista económico, el presupuesto del Estado es un documento contable que recoge
las previsiones de los ingresos y gastos públicos que se realizarán en el
siguiente ejercicio. Es por tanto la plasmación de la política fiscal del
gobierno y responde a las necesidades expansivas o contractivas que el análisis
de la coyuntura económica requiera.
Si los ingresos y
los gastos previstos coinciden, el presupuesto estará equilibrado. Lo
normal es que los gastos sean superiores a los ingresos, es decir, que haya déficit
presupuestario. La situación opuesta, con ingresos superiores a los gastos,
es la de superávit. Los presupuestos deficitarios implican por tanto
inyectar en los flujos económicos una cantidad superior a la que se detrae
mediante impuestos; tienen por tanto un efecto expansivo. Los
presupuestos con superávit, por el contrario, al detraer fondos, tienen un
efecto restrictivo o contractivo y podrían ser utilizados como medida de
política económica si la demanda agregada estuviese tan alta que la producción
potencial estuviese siendo superada con la consiguiente aparición de efectos
inflacionistas.
Los economistas
clásicos consideraban que los presupuestos del Estado debían estar siempre
equilibrados, que la existencia de déficits o superávits eran muestra de una
administración ineficiente o de un intervencionismo distorsionador de los
mercados. La propuesta keynesiana fue que el presupuesto debía estar cíclicamente
equilibrado, ser deficitario en las fases económicas recesivas que
requiriesen una intervención estimulante, financiando el déficit mediante deuda
pública que sería amortizada con los superávit de otros años. Sin embargo,
la aplicación de la política keynesiana por los gobiernos occidentales tras la
Segunda Guerra Mundial se ha traducido en la realidad en un déficit público
sostenido año tras año. Aunque en los años de expansión económica el déficit
disminuye en términos de porcentaje sobre el PIB, no deja nunca de ser
negativo.
Al establecer las
previsiones presupuestarias hay que tener en cuenta en cualquier caso que no
pueden ser totalmente precisas. La existencia de impuestos proporcionales o
progresivos hace que los ingresos públicos varíen según el volumen de renta
realmente generado en el país. De igual forma, los gastos públicos pueden
variar de forma imprevisible ya que un aumento del desempleo motivado por una
recesión incrementaría los gastos en subvenciones. Se llama presupuesto de
pleno empleo a la estimación que se hace de los gastos e ingresos públicos
que se concretarían si, manteniendo la legislación financiera existente, la situación
económica del país fuese de pleno empleo.
La utilización
anticíclica de los instrumentos fiscales tiene el inconveniente de los retardos
en el reconocimiento de la existencia de un cambio de coyuntura, en la adopción
de las medidas políticas, y en el efecto que estas ejercerán. Si un gobierno
quiere responder activamente a las recesiones, se dará cuenta de que ésta se
está produciendo cuando las estadísticas industriales empiecen a mostrar
señales de aumento del desempleo; convocará entonces un comité de expertos que
dictamine las medidas a tomar; se elaborará un proyecto de ley que modifique la
legislación impositiva existente; se discutirá y aprobará dicho proyecto en los
órganos pertinentes; en el siguiente ejercicio presupuestario los gastos aumentarán
y los impuestos descenderán con lo que el efecto multiplicador empezará a
funcionar... ¡Para entonces es muy posible que el ciclo económico haya cambiado
de sentido y las medidas adoptadas resulten contraproducentes!.
La solución al
problema de los retardos está en la implantación de estabilizadores fiscales
automáticos. Consisten éstos en normativas legales que ejerzan
mecánicamente, sin necesidad de modificación, su función anticíclica. Por
ejemplo, los impuestos proporcionales y progresivos actúan como estabilizadores
automáticos: si en una recesión empiezan a disminuir las rentas, las
recaudaciones también disminuirán. La normativa de seguridad social es también
un eficaz estabilizador: en las recesiones disminuyen las recaudaciones y
aumentan los gastos en subsidios mientras que en las fases altas del ciclo el
efecto es el contrario.
Un peligro que
habrá que tomar en consideración es el de que los estabilizadores automáticos
actúen como freno fiscal. Al concebir la normativa fiscal de forma que estabilice
la producción económica en torno a un determinado nivel de renta, se corre el
peligro de estar impidiendo el crecimiento económico. Los procesos
inflacionistas requieren también el reajuste de las cuotas fiscales para
impedir que las rentas que se están "estabilizando" representen cada
vez menor capacidad adquisitiva.
Infografía