Introduccion
Para enfocar
adecuadamente una explicación sobre la historia y la cultura skinhead primero se
hace necesario definir lo que se puede entender como skinhead. Después de más de
25 años de existencia el término se ha extendido y enriquecido mucho. Una buena
definición sería todo aquello que ha tenido o tiene que ver con la cultura
derivada de la escena que surgió en 1969 (aproximadamente), y que incluiría
desde los rude boys pasando por el oi!, y hasta la actualidad.
Como escena (también nombrada como culto, cultura, espíritu...) entenderemos
todos los aspectos: musical, estético, de comportamiento. Así pues la escena
skinhead estaría formada por el ska, los rude boys, parte del punk, la
violencia, parte de los mods, el oi!, el skinhead reggae, los hooligans,
etcétera, etcétera.
Un skin será pues un chico o una chica a quién le gusta esa escena y que se
siente a gusto en ella. Todos los aspectos no tienen porqué interesarle a una
misma persona, pero esto es algo lógico, porque cada cual tiene sus propios
gustos.
No sons una "tribu urbana", sino una cultura juvenil. No hay una manera
infalible de reconocer a un skin o pertenecer a la escena, sino que las personas
que la integran comparten una serie de gustos, que nadie les impone y que son
los que les dan una imagen uniforme, pese a que cada cuál es distinto del otro o
de la otra.
Hoy en día, la palabra skinhead prácticamente solo la vemos ligada a agresiones
fascistas y grupos neonazis. Pero tradicionalmente, y fuera de los grandes
circuitos informativos, los verdaderos skins han estado siempre al margen de
estas actitudes racistas o xenófobas.
LOS 60'S
No en vano, el nacimiento de los cabezas rapadas lo encontramos en la mestiza
Inglaterra de los años '60. Allí existían dos tendencias juveniles
principalmente. Los mods, jóvenes seguidores de la música negra y amantes de la
diversión, la cerveza, el sexo y las buenas peleas, sufrieron las influencias de
la ola de hippismo que recorrió las clases medias hacia finales de la década. La
mayoría de ellos se apuntaron a la nueva moda, pero los más orgullosos
seguidores de la música negra, y especialmente los que pertenecían a familias
obreras la rechazaron de pleno, y aun se cerraron más en las cosas que les
gustaban.
Paralelamente, la inmigración desde las Antillas les proporcionó
fundamentalmente dos cosas: amigos negros igualmente folloneros (rude boys-chicos
duros) y nuevos y excitantes estilos de música (ska, rocksteady, reggae...) en
los salones de baile. En sus principios eran simplemente bandas urbanas de
barrios obreros, donde generalmente había gente de color, que compartían sus
gustos por los ritmos Ska, el sonido negro y de ideología contraria a la hippy.
Estética: Cabeza rapada (en analogía a los negros, botas con punta de acero y
tirantes en analogía al obrero), etc.
También jugó un importante papel la boyante situación económica y el éxito de
Inglaterra en el mundial de fútbol de 1966, que llevó a muchos jóvenes a seguir
a sus equipos desde los mismos estadios. En seguida nacieron las hinchadas y
estalló la violencia entre ellas, surgiendo así los bootboys. Las peleas entre
seguidores de distintos equipos fueron famosas, y estos enfrentamientos diarios
acabaron por movilizar a la policía, a los jueces, y a la sociedad civil, que
hicieron un circulo tan estrecho que acabaron ahogándolos. Muchos skins acabaron
en prisión, otros dejaron el movimiento, y los más veteranos se convirtieron en
‘Suedeheads’, una versión más light que les permitió sobrevivir en el anonimato.
Del mestizaje y la conjunción de todos estos hechos nacieron los skinheads.
Debemos recordar que esta palabra se empleó por primera vez en 1969, ya que
hasta entonces estos grupos callejeros recibían varios nombres, como lemonheads,
peanuts (por el ruido del motor de los scooters, como de cacahuetes friéndose) o
simplemente mods.
Por dejarlo claro de alguna manera, los skinheads fueron una moda que ha
perdurado hasta hoy, y que como reflejo de la juventud de clase obrera inglesa
podían ser violentos, pero no más que lo que los trabajadores eran, podían haber
racistas, pero no más de los que había en los barrios obreros, podía haber
tantas ideas políticas como individuos y en una proporción igual que la de los
currelas. Porque, no lo olvidemos, los skins eran trabajadores también.
Su estética era una de sus señas de identidad. Aparte de la cabeza rapada (nunca
afeitada), les gustaba vestir elegante, y se hicieron especialmente populares
las camisas Ben Sherman, las prendas Fred Perry, las crombies, harringtons y
botas Doc Martens. Las hoy famosas bombers no aparecieron sino muy tardíamente.
De diario se solía emplear más la ropa vaquera y por las noches de fin de semana
muchos optaban por algo con más clase, como elegantes trajes de tres botones
Pero era la violencia y el vandalismo lo que realmente daba identidad a los
skinheads. Allá por donde pasaban destrozaban trenes, establecimientos, squats,
coches y apalizaban policías, estudiantes y, como no, sus odiados hippies. Su
arma preferida eran los peines de metal afilados.
De estos episodios violentos han venido algunas acusaciones de racismo por las
peleas con paquistaníes, pero debemos recordar que las bandas de rapados eran
multirraciales, y lo único que buscaban era montar jaleo. Políticamente, no
había una tendencia concreta y la gente que votaba lo hacía en su mayoría por
los laboristas, dada su procedencia obrera.
Esta actitud beligerante les echó encima a la prensa, la opinión pública y la
ley, y tuvieron que cambiar su comportamiento, suavizándolo, y también su
estética, dejándose crecer el pelo y vistiendo con más elegancia. aquí nacieron
los suedeheads y los smooties, de existencia más efímera. Los bootboys, sin
embargo, continuaron haciendo el salvaje en los campos de fútbol.
Conviene aclarar algunos
puntos de esta época:
Los primeros skinheads no eran antirracistas, pero tampoco eran racistas, ni de
izquierdas, ni de derechas, ni rubios o morenos, ni altos ni con pecas. Eran el
reflejo de la juventud obrera inglesa, y como tales poseían sus características,
siendo EN CONJUNTO una masa uniforme que compartía similitudes en su
comportamiento, aspecto y gustos, pero jamás poseyeron una filiación política o
un color de piel exclusivo. Cada individuo tenía sus propias ideas, dependiendo
de su educación, experiencia, etc, al igual que las tienen los matriceros, los
albañiles o los mineros, obreros todos ellos.
Las primeras acusaciones de racismo hacia los skins vienen de esta época, de las
palizas a pakistaníes (paki-bashing) u otros problemas aparentemente raciales
como las reggae wars, más relacionadas con el territorio y las chicas que con
otra cosa. Lo que hay que decir es que seguro que algunos skins serían racistas
(por incongruente que pueda parecer), pero eso no quiere decir que la mayoría lo
fuese. Es más, todas las personas que han estado metidas en la escena desde sus
inicios (y que hoy cuentan con más de 40 años) están abiertamente en contra del
racismo y de esas acciones, que lo único que trajeron para los skins fueron
carretillas de mierda vertidas sobre la escena skinhead gracias a cuatro
imbéciles que no estaban realmente interesados en ella.
La escena continuó medio apagada hasta que apareció el punk a mediados de los
setenta. estéticas rebeldes y provocativas, en contra de la sociedad llevaron a
errores, como el lucimiento de símbolos nazis, aunque sólo fuese para provocar o
ser el "más malo".