Desaparece el Stadium Venecia
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Les contaré una pequeña historia. Hace muchos, muchos años había un club deportivo llamado Stadium Venecia. Todos lo años, en verano, se hacían unas exhibiciones de partidas simultáneas a la sombra de los árboles de la entrada. Allí se congregaba mucha gente y casi todos los días se llenaban los veinte tableros disponibles. Hasta allí se llegaron un día dos niños, uno de doce años y el otro de diez. Se sentaron, lucharon, se divirtieron y perdieron. Al día regresaron con similar resultado. Pero al siguiente ambos consiguieron ganar. Con el paso de los días les acabó atrayendo este juego, subieron a la sección, conocieron a la estupenda gente que allí había, jugaron a ajedrez, a fútbol, a baloncesto, a ping-pong y con el tiempo se federaron. Allí mejoraron y se "criaron" ajedrecísticamente. Sus profesores no fueron ni grandes maestros, ni maestros internacionales. Fueron, simplemente, lo mejores que alguien puede tener: aquellos que te enseñan lo que saben sin pedir ni guardar nada; tus propios compañeros de club, de equipo, tus amigos. Supongo que ya habrán adivinado quienes eran aquellos dos niños: mi hermano y yo. De aquellos años tengo solo buenos recuerdos, allí jugué mi primera partida, gané mi primer torneo y mil cosas más. Es curioso que de allí hayan surgido un montón de buenos jugadores que un día, como yo, decidieron irse, con pena eso sí, para tratar de seguir progresando: Jorge Barón (2365), Julio Ruiz (2300), César Lasanta (2290), Antonio Campos (2260), Daniel Gómez (2230), Víctor Gonzalvo (2180) y yo mismo son sólo algunos de los nombres de los que nacimos allí. Para la gente sólo es un club más que desaparece, pero para los que vivimos aquello, los que pasamos allí estupendos veranos, sólo nos queda lamentar... |
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