Para concurrir a las convocatorias de acceso a la unidad es necesario satisfacer unos requisitos muy exigentes: a los requisitos básicos de hallarse en servicio activo como funcionario de carrera, haber superado el curso de escoltas, estar afectado por exclusiones médicas, etc., se suman unas selectivas pruebas físicas, psicofísicas y psicológicas. Tras la superación de esta fase comienza el curso de capacitación de intervención, con una duración superior a tres meses, con un total de 600 horas lectivas.
El requisito previo de tener superado el curso de escoltas garantiza ya una sólida formación en el campo de la protección a personas, así como los conocimientos necesarios respecto a armamento, técnicas de defensa, conducción evasiva y ofensiva. Igualmente son garantía de una condición física que permita alcanzar el nivel apropiado
en el menor tiempo posible.
Además del entrenamiento previo, el Grupo de Intervención es objeto de una formación continuada por parte de los miembros del Área de Instrucción de la Unidad de Protección e Intervención. Los entrenamientos se han diseñado de forma que la totalidad de los miembros del grupo entrenen rotatoriamente unos con otros, consiguiendo un adecuado conocimiento global y eliminando
los grupos estancos. Estos ciclos de entrenamiento suman 18 periodos conjuntos y 6 individuales, con lo que cada agente recibe en torno a 600 horas anuales de formación desglosadas en tres áreas: tiro, realizado con todas las armas que componen la dotación del Grupo Operacional
de Intervención, tácticas, que recoge todos los conocimientos tácticos que debe dominar un componente
del grupo, y complementarias, que incluye el resto de conocimientos exigidos (combate desarmado, educación
física, escalada, conducción, orientación rural, derecho, negociación, demolición, observación...).
Una de las características que ha distinguido siempre a este grupo a lo largo de su historia es la de rehuir deliberadamente la notoriedad pública, un aspecto muy importante para la eficacia de sus cometidos. De ahí que tradicionalmente se haya mantenido una gran reserva sobre sus actividades, como una medida de seguridad que les permita acudir discretamente y con la mayor brevedad a
donde sea requerida su presencia.
