No culpes a Nadie
Nunca te quejes de nadie, ni de nada,
porque fundamentalmente
Tu has hecho lo que querías en Tu vida.
Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo
y el valor de empezar corrigiéndote
El triunfo del verdadero hombre
surge de las cenizas de su error.
Nunca te quejes
de Tu soledad o de Tu suerte,
enfréntala con valor y acéptala.
De una manera u otra
es
el resultado de tus actos y prueba que Tu
siempre has de ganar.
No te amargues de Tu
propio fracaso
ni se lo cargues a otro,
acéptate ahora
o seguirás justificándote como un niño.