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Marge,
mamá de el terrible Bart en "Los Simpson". |
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A TONO CON
LOS TIEMPOS
Con
pelo azul, vestido verde y ojos saltones, Marge Simpson es quizás
lo más parecido a una mamá perfecta. Discreta, divertida,
ausente pero alerta, carińosa, buena dueńa de casa pero con vida
propia, y más encima buena esposa. Pero no hay que engańarse. Así
como la ven, Marge Simpson es la responsable de la unión
familiar, pero no le falta sabiduría y amplitud de criterio. Es
que Marge tiene su pasado: estuvo a punto de dedicarse a la vida
criminal seducida por las ideas de su ex vecina Ruth Powers.
Además
de sus deberes hogareńos, ha participado en actividades policíacas
y también como activista contra la violencia.
Como
ella deberían existir miles, siempre con ánimo para apoyar a sus
hijos sin escandalizarse frente a los cambios y dispuesta a forjar
a su familia lejos de los cánones tradicionales que dicta la
norma social.
Aceptar
lo que se tiene y sacarle provecho es su lema. Organizada en las
tareas domésticas, siempre tiene tiempo para conversar con sus
hijos, salir de día de campo o bien estar al lado de quien la
necesite, incluso defendiendo a sus hijos de las críticas del
resto.
Envidiada
por sus hermanas solteronas, Marge es de esas madres que saca
adelante en vez de tirar para atrás y que sabe que todo tiene
arreglo porque la vida es muy corta para desperdiciarla. Da gusto
su sensibilidad, se deja espacio para llorar o para reír, nunca
siente vergüenza de los suyos y sabe que el presente es el mejor
momento. Si se enoja da gusto, es sincera y no tiene pelos en la
lengua. Si algo le gusta, lo demuestra, sigue sus pasiones y también
las de sus hijos. Es querendona, carińosa, pero no melosa. Es
también mujer de pocas palabras, porque cada comentario suyo hace
girar en 180 grados la historia de su familia. Sin Marge, hace
rato que los Simpson hubieran perdido varios puntos de rating.
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