Universidad
Yacambú
Vicerrectorado
Académico
Doctorado
en Gerencia
Seminario
Avanzado Epistemologia
Ensayo No.
2
La Racionalidad
Facilitador: Dr. Víctor Córdova
Participante:
Blanca Torrealba
Noviembre,
2005.
Racionalidad y Emociones
Hablar de racionalidad, por una parte es
hablar de un mundo polisémico de significados que presenta este término en los
diferentes contextos donde es empleado y, por la otra, las distintas acepciones
que sufre, dada por variadas disciplinas, como es la filosofía, la mitología,
la ideología o la ciencia, entre otras.
Asimismo, hay que considerar que a la
palabra racionalidad se asocia una familia de palabras como es: razón,
racional, razonamiento, razonable y racionalidad, las cuales se relacionan
generalmente con otras palabras y conceptos como: memoria, organización,
inteligencia, planificación, solución de problemas, lógica, entre otras.
Para definir la racionalidad, se
comenzará desde la caracterización antropológica, ya que es el punto inicial de
partida para empezar a delimitar el concepto de racionalidad. Algunos filósofos
consideran la racionalidad, desde el punto de vista platónico, como la
característica fundamental que distingue al ser humano del resto de los seres
vivos, y suponen un axioma antropológico de su discurso que el ser humano posee
una facultad especial que lo distingue del resto de los animales y seres vivos,
y llaman a esa facultad racionalidad.
Para este grupo, la racionalidad sería la capacidad de aplicar la razón
a la realización de tareas o de aprender a partir de la experiencia. (p. 21)
Ahora bien, para otros filósofos la
racionalidad es definida como un método, y critican la carencia de significado
de una concepción facultativa de la racionalidad como premisa antropológica.
Por
su parte Elster (1990) señala que la racionalidad ha
de ser entendida como un mecanismo adaptativo de la especie. Para Elster
los seres humanos actúan teniendo como base algún tipo de racionalización en el
que el mecanismo es generalmente, la elección deliberada e intencional.
Asimismo, señala que los hombres no actúan siempre por motivaciones racionales,
ni tampoco están siempre convencidos de que deben ser racionales en todas sus
acciones.
En
palabras del autor "…..para cualquier conducta dada, por lo general es
útil examinar sucesivamente las hipótesis que se generaron por la racionalidad
centrada en el resultado, por las normas sociales o por una emoción. Estas tres
motivaciones permiten explicar la mayoría de las acciones humanas”. (p.33)
Considerando
el estudio de las emociones relacionado
a la teoría de la racionalidad como la teoría de la elección racional, y lo
señalado por Elster que las emociones son la materia
de la vida y que las emociones constituyen una fuente poderosa de motivación en
lo que tiene que ver con la acción misma y la importancia que tienen éstas en la configuración de una teoría de la
acción, lo que permite pensar que éstas ocupan un lugar importante dentro de
las acciones que emprenden los seres racionales. Señala Elster
que las emociones pueden sobrepasar tanto la racionalidad como las normas
sociales. Las emociones influyen en las elecciones que realizamos diariamente y
debe dársele la importancia que tienen, ya que pueden motivar acciones.
La
relación entre racionalidad y emociones esta dada por ciertas conexiones que se
dan entre las emociones y las creencias y las emociones y los deseos. Elster (1997) sostiene que no es cierto reflexionar mucho
para caer en la cuenta de que es erróneo sostener que la racionalidad y las
emociones son cosas opuestas, o que las
emociones interfieren en nuestra capacidad de formación de creencias
racionales o de hacer elecciones racionales. Asimismo, sostiene, que las
emociones pueden estar sujetas a ciertos criterios de racionalidad, dadas las
conexiones existentes entre éstas, los deseos y las creencias, al igual, que
las emociones implicadas en todas nuestras acciones de hecho se les puede considerar como dominantes. (p.33)
De
manera, que se puede concluir que no tener emociones es no tener ningún
incentivo para actuar, además la teoría de la acción que pretende explicar la acción humana no
puede ni debe desconocer que toda acción puede estar motivada por tres
mecanismos: racionalidad, normas sociales y emociones.
Referencias
Bibliográficas
Elster, J. (1990) Racionalidad y Normas Sociales. Revista
Colombiana de Sociología, Volumen 1, Número 1
(enero-junio). Universidad nacional de Colombia, Bogotá, 1990, p.6
Elster, J. (1997 ) Egonomics. Análisis de la interacción entre racionalidad,
emoción, preferencia y normas sociales en la economía de la acción y sus
desviaciones, Gedisa: Barcelona