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EE.UU.: Nuevas marchas nuevos combates

Mujer

 Medio millón de mujeres mueren durante el embarazo

DICEN QUE.....

...Transcurridos 70 años del momento en que la reacción peninsular más ultramontana se levantase contra la República y la democracia españolas, a ella debe sumarse la triste muerte de Machado en un pueblito 
de la frontera francesa, el ensañamiento carcelario contra un Miguel Hernández moribundo, el amargo destierro de los mejores, entre ellos, 
Juan Ramón Jiménez, María Zambrano, Max Aub, Manuel Altolaguirre, Juan Chabás, Juan Gil-Albert y Herminio Almendro; la censura, la represión 
, la barbarie, el oscurantismo medieval, todo lo que el General Millán de Astray tuvo la desfachatez de resumir con una alarido cavernario proferido 
en Salamanca ante Unamuno y los presentes en un acto universitario: “¡Que viva la muerte!”...
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EL TABLÓN: El Artículo de Hoy

La puerta giratoria dorada

(Este es un editorial publicado en The New York Times el martes 20 de junio de 2006. Progreso Weekly lo ha reproducido y traducido para sus lectores de Progreso Semanal.) 

Hace poco más de cuatro años que se creó el Departamento de Seguridad Interna y no se puede decir que se ha cubierto de gloria. Katrina fue un desastre de desastres; los puertos aún están lejos de ser seguros, y las plantas químicas siguen siendo un enorme blanco de oportunidad para malhechores. Pero existe un área en la cual la Seguridad Interna se ha lucido más allá de las más grandes expectativas de cualquiera: la creación de una gigantesca cosecha de caros asesores y cabilderos entrenados por el gobierno.

Como reportó Eric Lipton en The Times esta semana, al menos 90 altos funcionarios de Seguridad Interna han pasado por esa famosa puerta giratoria entre el gobierno y la industria del cabildeo. Eso es más de las dos terceras partes de los más altos ejecutivos de la infancia del departamento. Es difícil creer que la gente que dirige una agencia que se desempeña tan mal pueda tener tanta demanda.

Lo que tienen, por supuesto, son contactos internos. La industria de la seguridad interna se ha convertido en un pote de dinero, y la capacidad de organizar una reunión con un ex colega de Seguridad Interna es invaluable. El ex Secretario Tom Ridge, cuya mayor contribución a la seguridad del país fue el código de alerta en colores que siempre parecía más alarmista en tiempo de elecciones, se benefició de un rápido nombramiento a la junta de dirección de una compañía que trabajó con el departamento cuando él fue el jefe. El nombramiento llegó con opción de acciones incluida, que deben aumentar mucho de valor ahora que la compañía fue comprada por Lockheed Martin. Tres de sus cinco subsecretarios también se unieron al juego comercial de la seguridad interna. Hasta Michael Brown, de FEMA, ha creado una firma de asesoría.

Si la seguridad interna es la principal preocupación de la administración Bush, uno se pregunta cómo logró crear un departamento en que tantos de los más altos funcionarios estaban tan ansiosos por renunciar tan pronto a la cruzada y aprovecharse de la situación de manera tan eficaz. Pero el peor efecto de este tipo de mentalidad de agarra-el-dinero-y huye, es sobre la gente que queda detrás. ¿Cuántos de ellos, al ver que otros han conseguido lucrativos empleos como cabilderos, moderarán su propio juicio acerca de cuáles sistemas comprar y qué asesor utilizar con un ojo puesto en sus propias perspectivas en el sector privado?

Para acabar con esta destructiva práctica (tú me rascas la espalda, yo te la rasco a ti), el Congreso aprobó una ley en 1962 que exigía que los ex funcionarios esperaran un año antes de cabildear ante sus antiguos colegas. Pero los funcionarios de Seguridad Interna lograron en 2004  una escapatoria por medio de la Oficina de Ética Gubernamental. Dividieron el departamento en siete áreas, y permitieron a los ex empleados cabildear en todas, menos en la que habían trabajado.

Esa decisión debe ser revisada de inmediato. Mientras tanto, esperemos que la Seguridad Interna no deje el proceso de verificación en los aeropuertos tan lleno de lagunas como sus propias reglas de ética.

Nota de/para los amigos que me escriben:

De: Andrés, Las Palmas de Gran Canaria
Asunto: Foto espectacular.

No se si será real o trucada, pero circula por Internet. Dice que se desconoce quién es y después que la familia lo da por desaparecido, lo que aparentemente constituye una contradicción ¿no?. Tampoco se brinda la dirección de Internet donde encontrarla. Yo no he podido hacerlo y eso que he utilizado diversos buscadores.