Las muñecas japonesas
Hinamatsuri

Desde los tiempos mas remotos se han confeccionado muñecas con la finalidades mas diversas como encarnación de espíritus a los que rogar, como objetos dotados de poderes mágicos; como juguetes con forma humana; o simplemente como un objeto de exposición y de reconocimiento. Aún así, no hay otro pais en el mundo que, por su originalidad, variedad, elegancia y producción de juguetes tradicionales, pueda compararse al admirado Japón.

La historia de las muñecas es muy larga. El ejemplar mas antiguo conocido en el mundo está fechado en cerca de 2400 años. El origen de las muñecas japonesas es extremadamente antiguo, iniciandose en el período Jomon, 3000 años a. de C. No obstante, solo a partir del período Edo, las muñecas han llegado a adquirir una gran variedad de formas y finalidades, y se han construido tipos muy diferentes.

La gran dedicación y amor que muestran hacia los niños japoneses, conjuntamente con su serenidad y la peculiar estructura de su sistema divisorio formado por prefecturas y secciones han provocado que la diversidad de estos

juguetes, repartidos en cada región, sea tremenda. Podríamos clasificar los juguetes tradicionales en tres grupos: juguetes amuletos, cuyo origen se atribuye a supersticiones y antiguas leyendas. Juguetes artísticos, que los adultos comparten con los niños ya que su elaboración y belleza son únicos. la delicadeza y sutileza en su fabricación es la nota principal. Juguetes convencionales, usados únicamente para la distracción y juegos de los niños. Los incluidos en el primer grupo como amuletos, preservan de las enfermedades, de la mala suerte, del mal de ojo, y se utilizan para traer la buena suerte, para los negocios, en las cosechas,... Entre ellos destacan los gallos de madera, el sasamo-bori, la pinza de madera, la vaca roja,...


MANEKI NEKO, BUENA SUERTE Y FORTUNA

Se trata de un gato que tiene una de sus patas, generalmente la izquierda, levantada hasta la altura de su oreja, haciendo un gesto de llamada, con la palma de la mano hacia delante y agitándola de arriba a abajo, , y que en ocasiones tiene una moneda de oro en la otra pata, suelen ser de color blanco, rojo y negro, el que viste ropa tradicional de hombre, se llama Hattatsu neko.

 


Los segundos, los artísticos, se clasifican en kokeshi y otras muñecas de cerámica, madera, y papel maché, la típica muñeca Tsutsumi y la gran variedad de animales de cerámica.

En el último grupo encontramos máscaras, cometas, juguetes arrastrados con ruedas y los anesama, muñecas de papel tradicionales Edo.

Festival de las muñecas

De entre las diversas fiestas que se celebran en los cambios estacionales para ahuyentar las desgracias, el Joshino Sekku, el día 3 de marzo, y el Tango no Sekku, el 5 de mayo, comienzan a hacerse cada vez mas populares durante el período Edo, una época de estabilidad y carente de luchas políticas que se convierte en testimonio de la creciente influencia del pueblo. En estas circunstancias, las muñecas comenzaron a ser utilizadas mucho mas como objeto de disfrute y de deleite que como motivos místicos. Esto supuso una mejora en los materiales y técnicas utilizadas, y las muñecas locales, cada una propia de su región comenzaron a aparecer por todo el pais, estableciendo, así, los fundamentos de la lírica y variada cultura de las muñecas actuales.

Muñecas Kokeshi

De madera torneada y policromada proceden del noroeste del Japón. Conocidas por su simplicidad y brillantes colores, están elaboradas con técnicas ancestrales artesanos carpinteros.

Su origen tiene diversidad de versiones, una de ellas considera que estas muñecas derivan de los antiguos símbolos fálicos de una religión o culto al sexo, otra versión dice que proceden de antiguos dioses del hogar que veneraban en la región de Tohoku, otras proceden de Naruko, Tsuchiyu.

Contrariamente, también se creía que podían haber surgido como objetos de voto que se llevaban a los templos para pedir ayuda a las grandes divinidades y deidades; regalándose a las mujeres casadas que no tenían hijos y así actuaban como amuletos a su fecundidad.

Por su forma cilíndrica del cuerpo y su esférica y voluptuosa cabeza, podría tratarse de una forma de reminiscencia de los prehistóricos Haniwa. Su creatividad en manos de los maestros artesanos es libre e imaginativa por doquier. Suelen estar decoradas con líneas horizontales de varios gruesos, pero las mas frecuentes están formadas por bandas de color con una decoración florar en su interior; sus peinados son los que llevan las mujeres japonesas, adornados con flores, y los matices de sus rostros son sumamente delicados. En ocasiones su cabeza es móvil y se denomina Kina-Ningyo.

Actualmente existen grandes coleccionistas que exhiben sus ejemplares en importantes festivales que rivalizan por el valor artístico y económico. En ellos podemos distinguir dos tipos:

Por un lado las Ukiyo-Ningyo, de madera o de paja cuyas manos y cara están realizadas con una pasta especial hecha de polvo de concha de ostras mezclado con un producto aglutinador, resultando una pasta muy fina, brillante y blanca. Van vestidas con tocados y Kimonos de seda reflejando fielmente la indumentaria de cada época.

Haiku

Mujeres sin hijos
Son tiernas
Con las muñecas


Hattori Ransetsu

Y por otro las Kimekomi-Ningyo; muñecas hechas totalmente de madera, que en las partes donde han de encuadrarse las vestimentas llevan perfectamente adaptados trozos de ropa reales adheridos en la superficie, de tal forma que simulan un verdadero kimono en miniatura.

Obras de arte en miniatura. Sencillez y elegancia. Rito y adoración a la belleza de un pueblo que durante milenios han sabido, mediante este arte, dar el cariño a sus hijos para que ellos no se olviden de sus ancestros y que la cultura de un pueblo sea lo último que se pierda.

 

 

Bosque de Bambu, Camino del haiku