¿Qué es el
Benchmarking? Una
posible traducción de este término al castellano sería "análisis
técnicos competitivos", aunque, como en otros ámbitos, se ha
impuesto el término inglés. Esto permite diferenciar este tipo
de estudios de otros similares, como los análisis comparativos
de productos o los estudios de impacto.
La definición que
frecuentemente se recoge es la de David Kearns (Chief Executive
Officer, Xerox Corp.): el benchmarking es un proceso continuo
de evaluación de los productos, servicios y métodos, con
respecto a los de los competidores más eficientes o a las
empresas reconocidas como líderes.
Más enfocada al ámbito
empresarial es la definición desarrollada por la Comisión
Directiva del International Benchmarking Clearinghouse, del
American Productivity & Quality Center (APQC): el
benchmarking es un proceso de evaluación continuo y sistemático;
un proceso mediante el cual se analizan y comparan
permanentemente los procesos empresariales de una organización
frente a los procesos de las compañías líderes en cualquier
parte del mundo, a fin de obtener información que pueda ayudar a
la organización a mejorar su performance -rendimiento-.
Lo que ambas definiciones
recogen es la consideración del benchmarking como un proceso
operativo de aprendizaje y adaptación permanente, cuyo fin es la
optimización de los resultados, de los logros de la
organización. Consiste en aprender, adaptar e implantar métodos
ya probados que han arrojado resultados positivos y
revolucionarios en otras organizaciones. Para ello, es necesario
conocer cómo se ha desarrollado ese proceso, qué práctica ha
hecho posible alcanzar un alto nivel de rendimiento. Se trata de
conocer en profundidad los factores que han permitido esa
mejora, aspecto que resulta estimulante tanto para la entidad
tomada como referencia como para aquella que desea llevar a cabo
esa mejora en su organización.
Toda iniciativa de benchmarking
parte de la consideración de que es difícil que una organización
alcance unos resultados superiores a sus competidores en todos
sus procesos: siempre tendrá aspectos susceptibles de mejora
respecto a otras organizaciones. El benchmarking actúa como un
mecanismo de cooperación y colaboración entre entidades análogas
-o no- de cara a compartir información para mejorar sus
procesos. Esto ocurre incluso entre entidades teóricamente
competitivas del mundo empresarial, sobre todo en aquellos
aspectos en los que la competitividad queda supeditada a otros
intereses y problemas comunes de las empresas participantes. Sin
embargo, frecuentemente los estudios de benchmarking más
enriquecedores han sido aquellos en los que se han buscado esas
mejores prácticas fuera del sector de actividad de la
organización, pues la ausencia del elemento de "competencia
directa" permite un mayor intercambio de información, que en
otro entorno pudiera considerarse confidencial. Pero siempre
abordándose funciones, problemas o procesos similares.
Al implicar esa dimensión
exógena, el benchmarking tiene una consideración ética, pues
supone ayudar a otro servicio a afrontar situaciones o problemas
similares basándose en una experiencia práctica probada y
compartiendo información (siempre dentro de los límites que las
organizaciones participantes consideren oportunos y pacten
previamente). Todo ello servirá para establecer alternativas
normalizadas para el desarrollo futuro, ya que, entre sus
resultados, el estudio de benchmarking produce una medida de la
excelencia que puede utilizarse como un estándar comparativo.
Resumiendo, es un proceso
positivo y proactivo mediante el cual una organización analiza
cómo otra realiza una función específica con el fin de mejorar
su eficacia y eficiencia en una función igual o similar.
Así, además de la medida que indica excelencia en una
determinada función o proceso, un estudio de benchmarking
servirá para identificar las prácticas que han llevado a
conseguir tal nivel de excelencia.
Lo que no es benchmarking
Benchmarking no es un mecanismo
para determinar reducciones de recursos. Los recursos de
resignarán a la forma más efectiva de apoyar las necesidades de
los clientes y obtener la satisfacción de los mismos.
Benchmarking no es una panacea
o un programa. Tiene que ser un proceso continuo de la
administración que requiere una actualización constante - la
recopilación y selección constante de las mejores prácticas y
desempeño externos para incorporarlos a la toma de decisiones y
las funciones de comunicaciones en todos los niveles del
negocio. Tiene que tener una metodología estructurada para la
obtención de información, sin embargo debe ser flexible para
incorporar formas nuevas e innovadoras.
Benchmarking no es un proceso
de recetas de libros de cocina que sólo requieran buscar los
ingredientes y utilizarlos para tener éxito.
Las comparaciones y análisis de
productos han sido técnicas profusamente utilizadas en el sector
empresarial. También lo han sido los estudios de casos,
referidos a cómo afrontar una determinada situación o a cómo
desarrollar la estrategia de una organización. Pero lo que
diferencia al benchmarking, tal y como se concibe actualmente,
es la búsqueda de esas mejores prácticas en un proceso o
servicio determinado a través de las cuales una organización
puede aprender cómo hacer las cosas de un modo mejor. Así
pues, todo lo que no conlleve esa búsqueda y descubrimiento
de mejores prácticas o de líderes en un proceso determinado no
debería ser considerado benchmarking. Tampoco se trata de
copiar un modo de hacer o una práctica determinada, sino de
emular, interiorizar y adaptarla a la propia organización y su
cultura.
El Benchmarking es |
El Benchmarking no es |
Un proceso continuo |
Un evento que se realiza una sola vez |
Un proceso de investigación que proporciona información
valiosa respuestas sencillas |
Un proceso de investigación |
Un proceso para aprender de otros. |
Copiar, imitar Una búsqueda pragmática de ideas |
Un trabajo que consume tiempo. |
Rápido y fácil Un proceso de trabajo intenso que
requiere disciplina |
Una herramienta viable que proporciona información útil
para mejorar prácticamente cualquier actividad de
negocios |
Una moda |
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Por qué
debe emplearse el benchmarking
Al igual que otras
herramientas de la gestión de calidad, el bechmarking
persigue aumentar los niveles de eficacia y eficiencia
de una organización. Entonces ¿qué novedades aporta el
benchmarking? ¿Es imprescindible, para una organización
que ya ha trabajado en sistemas de calidad -ha realizado
auditorías de todos o algunos de sus departamentos, por
ejemplo, o tiene claramente identificados y definidos
sus procesos-, poner en marcha estudios de benchmarking?
La respuesta no es definitiva: una organización debe
encontrar aquel sistema de calidad -instrumentos, modos
de comunicación con el personal y con los clientes- que
mejor se adapte a su cultura y a su forma de trabajar. Y
en este sistema de calidad puede estar incluido o no el
realizar periódicamente estudios de benchmarking. Estos
aportan:
- un conocimiento de
cómo estamos desarrollando un proceso o función:
implican la definición de procesos y la
identificación de su o sus "propietarios" (aquella
persona o personas responsables de su realización)
- un elemento de
motivación del personal: es imprescindible que, en
el grupo de trabajo que se forma para llevar a cabo
el estudio de benchmarking, se implique el personal
responsable del proceso a analizar, no sólo porque
es quien mejor lo conoce, sino porque su
participación es fundamental para la posterior
puesta en marcha de cambios en dicho
- una referencia
externa (proceso exógeno) de cómo lo están haciendo
otros, por comparación de datos o indicadores de
resultados
- y lo más
importante, un conocimiento de otras prácticas de
trabajo.
Todos los elementos
anteriores, si se han cubierto plenamente, garantizan
que las aportaciones o resultados del estudio de
benchmarking (esas mejores prácticas) sean más fáciles
de poner en marcha porque:
- el personal está
motivado: ha analizado su forma de hacer y ha visto
cómo lo hacen otros
- se obtienen
referencias del exterior, de otras prácticas que son
factibles, por lo que la organización no camina a
ciegas (comentarios como "lo hemos visto con
nuestros propios ojos" son frecuentes) en la
implantación y adaptación de dichas prácticas
Aunque a simple vista
pueda considerarse un método simple e incluso algo que,
sin llamarlo benchmarking, todas las empresas y
organizaciones venían haciendo directa o indirectamente,
no lo es tanto. Todo estudio de benchmarking conlleva
una inversión, tanto en tiempo como económica, que en un
primer momento puede no ser valorada en su justa medida
si no se analiza todo el proceso que implica (búsqueda y
recogida de información, análisis de procesos, visitas a
otras organizaciones, adaptación de las prácticas a la
organización, etc). Por ello, quienes han trabajado en
el desarrollo de este tipo de estudios hacen una clara
recomendación: el benchmarking debe enfocarse a
aquellos procesos (o servicios, como sucesión de
procesos) considerados clave por la organización para
mantener su competitividad y un nivel alto de
satisfacción del cliente. |
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