PASION Y MUERTE DE JESUS A TRAVES DE LOS EVANGELIOS

Nos adentramos en un apartado desde el cual, a traves de los textos de los Evangelios y con el apoyo de las imagenes de los montajes fotograficos que se incluyen, podemos sentir mas intensamente ese pasaje de la vida de Jesus, en el que ofrecio su sufrimiento y su vida por toda la humanidad.





....Cerca ya de Jesuralen, al llegar a Betfage, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos, diciéndoles; "Id a la aldea de enfrente; enseguida encontrareis una borrica atada, con un pollino al lado; desatadlos y traédmelos.

Y si alguien os dice algo, decís que el Señor los necesita, pero que en seguida los devolverá." Esto fue para que se cumpliera lo que dice el profeta:

"Decid a la hija de Sion: Mira que tu rey viene a ti, manso y sentado en un asno, en un pollino, hijo de animal de yugo."

Los discípulos fueron e hicieron como Jesús les mandaba: Trajeron la borrica y el pollino; pusieron sobre ellos sus mantos y el monto encima.

El gentío, numerosísimo, tendía sus mantos en el camino; otros cortaban ramos de árboles y las tendían por el camino. Y la gente que iba detrás y delante gritaba:

"Hosanna el Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor, Hosanna en las alturas."

Y al entrar El en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió:

"¿quién es este?" –decían. "Es el profeta Jesús de Nazaret de Galilea" – decía la gente.
(S. Mateo)



Dos días después era la Pascua de los Asimos. Los sumos sacerdotes y los escribas andaban buscando el modo de prenderle con engaño y darle muerte.

Y decían: "Durante la fiesta, no; no sea que se alborote el pueblo."

Estando El en Betania, en casa de Simón el leproso, sentado a la mesa, vino una mujer con un frasco de alabastro, de perfume de nardo autentico de mucho valor; rompió el frasco y lo derramo sobre su cabeza. Algunos se indignaron y dijeron: "A que viene ese derroche de ungüento? Se pudo vender ese perfume en mas de trescientos denarios y dárselos a los pobres." Y murmuraban contra ella. Pero Jesús dijo: "Dejadla, ¿por qué la molestáis? Ha hecho conmigo una obra buena; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros y, cuando queráis podéis hacerles bien; pero a mi no me tenéis siempre. Ha hecho lo que ha podido; se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.

En verdad os digo que donde se predique el Evangelio, por todo el mundo, se hablara también de lo que esta ha hecho para recuerdo suyo."

Entonces Judas Iscariote, uno de los Doce, fue a los sumos sacerdotes para entregárselo. Ellos a oírle, se alegraron y prometieron darle dinero; y el buscaba la oportunidad para entregarlo.
(San Marcos)



Llego el día de los Asimos en debía inmolarse la Pascua, y Jesús envió a Pedro y a Juan diciendo: "Id a prepararnos para comer la Pascua." Ellos le dijeron: "¿Dónde quieres que la preparemos?" Les dijo: "Al entrar en la ciudad, encontrareis a un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo a la casa donde entre, y decís al dueño dela casa: - El Maestro te dice: ¿Dónde esta la sala para comer la Pascua con mis discípulos? Y el os mostrara, en el piso, una habitación grande y alfombrada; haced allí los preparativos."

Ellos fueron y encontraron todo como les había dicho; y prepararon la Pascua.

Llegada la hora, se puso a la mesa con sus discípulos. Y les dijo: "Vivamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer. Porque os digo que no la comeré mas hasta su cumplimiento en el Reino de Dios." Tomando entonces un cáliz y dando gracias, dijo: "Tomadlo y repartidlo entre vosotros. Pues os digo que ya no beberé del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios." Después tomo pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: "Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros; haced esto en memoria mía." Y de la misma manera, el cáliz después de la cena diciendo: "Este cáliz es la Nueva Alianza de mi sangre, que es derramada por vosotros. Pero mirad: la mano del que me entrega esta conmigo en esta mesa. Porque el Hijo del hombre se va, según lo decretado; pero ¡ay del hombre por quien es entregado!" Y ellos se pusieron a preguntarse unos a otros quien de ellos eria el que iba a hacer aquello.
(San Lucas)

Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: "¿Seré yo Señor?" El respondió: "El que mete la mano conmigo en el plato, ese me entregara......" Entonces pregunto Judas, el traídor: "Soy yo acaso, Rabí?" "Tu lo has dicho" –le respondió.
(San Mateo)



Cantados los himnos, se fueron al monte de los Olivos.

Jesús les dijo: "Todos os escandalizareis, porque esta escrito: "Heriré al pastos y se dispersaran las ovejas". Pero después de mi resurrección ire delante de vosotros a Galilea" Pedro le dijo: "Aunque todos se escandalicen, yo no." Jesús le respondió: "En verdad te digo que tu, hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, me negaras tres." Pero el insistía: "Aunque tuviera que morir contigo, jamás te negare." Y todos decían lo mismo.
(San Marcos)

Salió y fue, como de costumbre, al monte de los Olivos. Sus discípulos le siguieron.

Al llegar al lugar, les dijo: "Orad para que no entréis en tentación". Se alejo de ellos como un tiro de piedra, se arrodillo y estuvo orando asi: "Padre, si quieres, aleja de mi este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya." Y se le apareció un ángel del cielo, que le estuvo confortando. Presa de la angustia, oraba mas intensamente, y empezó a sudar como gotas de sangre que caían hasta el suelo.



Cuando se levanto de la oración y fue donde sus discípulos, los encontró dormidos por la tristeza. Y les dijo: "¿Por qué dormís? Levantaos y orad, para que no entréis en tentación."
(San Lucas)

Judas tomo la cohorte y los alguaciles de los sumos sacerdotes y de los fariseos y vino allí con linternas, antorchas y armas. Jesús que sabia todo lo que iba a sucederle, salio y les dijo: "¿A quien buscáis?" "-A Jesús de Nazaret." "Yo soy"-les dijo.

Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos. En cuanto les dijo: "Yo soy", retrocedieron y cayeron en tierra. Les pregunto de nuevo: "¿A quien buscáis?" "-A Jesús de Nazaret." "Os he dicho que soy yo –respondió Jesús-. Si me buscáis a mi, dejad que estos se vayan" (para que se cumpliera su palabra: "No he perdido ninguno de los que me has dado").

Entonces Simón Pedro, que tenia una espada, la saco, dio al criado del Sumo Sacerdote y le corto la oreja derecha. El criado se llamaba Malco. Jesús dijo a Pedro: "Mete la espada en la vaina; ¿no voy a beber el cáliz que Me ha dado el Padre?"
(San Juan)



Los que prendieron a Jesús le llevaron a casa del Sumo Sacerdote Caifas, donde los escribas y los ancianos estaban reunidos.

Pedro le seguía de lejos hasta el palacio del Sumo Sacerdote; y, entrando, se sentó con los criados para ver como acababa aquello. Los sumos sacerdotes y todo el sanedrín buscaban un falso testimonio contra Jesús para matarlo. Pero no lo hallaron, a pesar de que se presentaron muchos testigos falsos. Al fin se presentaron dos, que dijeron: "Este dijo: Puedo derribar el Templo de Dios, y en tres días reedificarlo." El Sumo Sacerdote se levanto y le dijo: "¿No respondes nada a lo que estos atestiguan contra ti?" Pero Jesús callaba. El Sumo Sacerdote le dijo: "Te conjuro por Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, El Hijo de Dios." Jesús le dijo: "Tú lo has dicho. Solo os digo que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Padre, y venir sobre las nubes del cielo". Entonces el Sumo Sacerdote rasgo sus vestiduras y dijo: "¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabais de oír la blasfemia." ¿Qué os parece?" Ellos respondieron: "Reo de muerte".

Entonces se pusieron a escupirle en la cara y a abofetearle; otros le daban golpes, diciendo: "Adivínanos, Cristo, ¿quién te dio?"
(San Mateo)



Estando Pedro abajo, en el atrio, llego una de las criadas del Sumo Sacerdote, y al verle calentándose, le miro y le dijo: "Tu también estabas con el Nazareno, con Jesús." Él negó diciendo: "No sé ni entiendo lo que me dices."

Salió fuera, al vestíbulo, y canto el gallo. La criada, al verle, se puso a decir de nuevo a los presentes: "Este es de ellos." Él volvió a negar. Y poco después los presentes decían de nuevo a Pedro: "Sin duda eres de ellos, porque eres galileo." Pero el se puso a maldecir y a jurar: "Yo no conozco a ese hombre del que habláis." Y enseguida canto el gallo por segunda vez.

Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: "Antes que el gallo cante dos veces, me negaras tres", y rompió a llorar.
(San Marcos)

Levantandose todos en masa, le llevaron ante Pilato. Y se pusieron a acusarle, diciendo: "Hemos encontrado a este revolviendo nuestra nación, impidiendo pagar tributo al Cesar y diciendo que Él es el Cristo Rey." Pilato le pregunto: "¿Eres tú el rey de los judíos?" "Tú lo dices" – le respondió.

Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la plebe: "No encuentro culpa alguna en este hombre." Pero ellos insistían con mas fuerza: "Anda revolviendo al pueblo con su predicación por toda Judea, desde Galilea, donde empezó, hasta aquí." Al oír esto Pilato pregunto si aquel era galileo; y al cerciorarse de que era de la jurisdicción de Herodes, se lo envió a el, que estaba también en Jerusalén por aquellos días.

Herodes se alegro mucho de ver a Jesús, porque hacia bastante tiempo que quería verle, por lo que había oído hablar de Él, y esperaba verle hacer algún milagro. Le hizo muchas preguntas, pero El nada respondió. Estaban plantados también allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándole con vehemencia. Herodes, secundado por sus soldados, le desprecio, se rió de Él, le puso un vestido de color chillón y le envió de nuevo donde Pilato.

Y aquel día Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues anteriormente eran enemigos.
(San Lucas)



Pilato convoco a los sumos sacerdotes, a los jefes y al pueblo, y les dijo: "Me habéis traído a este hombre como alborotados del pueblo; le he interrogado delante de vosotros y no he encontrado en El culpabilidad en las cosas de que le acusáis; y tampoco Herodes, ya que nos lo devolvió. De modo que no ha hecho nada que merezca la muerte. Por tanto, después de castigarle, le soltare."

Tenia que soltarles un preso por la fiesta. Y gritaron en masa: "¡Quita a este del medio y suéltanos a Barrabas!" (que había sido encarcelado por una sedición ocurrida en la ciudad y por un homicidio). De nuevo Pilato les hablo intentando soltar a Jesús; pero ellos gritaron: "¡Crucifícale! ¡Crucifícale!" Por tercera vez les dijo: "Pues ¿qué mal ha hecho este? No he encontrado en el nada que merezca la muerte. Le soltare, pues, después de castigarle." Pero ellos insistían grandes voces pidiendo que fuera crucificado, y sus gritos se hacían cada vez mas violentos..
(San Lucas)



Pilato entonces, queriendo dar una satisfacción a la plebe, les soltó a Barrabas, y a Jesús, después de azotarle, le entrego para que fuera crucificado.
(San Marcos)



Los soldados le metieron dentro del palacio, o sea, el pretorio; llamaron a toda la cohorte, le pusieron un manto de púrpura, le ciñeron una corona de espinas y se pusieron a saludarle: "Salve, rey de los judíos." Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, rodilla en tierra le hacían reverencias.

Después de haberse burlado bien de El, le quitaron el manto púrpura y le pusieron sus ropas.
(San Marcos)



Tomaron a Jesús, que, cargando con la cruz, salio hacia el lugar llamado de la Calavera –en hebreo Gólgota-, ......
(San Juan)

Cuando le llevaban, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venia del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús; Le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por El. Jesús volviéndose a ellas, dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloréis por mi; llorad mas bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque vienen dias en que se dira: Dichosas las estériles y las entrañas que no engendraron, y los pechos que no amamantaron. Entonces se pondrán a decir a las montañas: Caed sobre nosotras; y a las colinas: Cubridnos. Porque si esto hacen con el madero verde, ¿qué suerte sera la del seco?" Conducían también a otros dos malhechores para ejecutarlos con El.
(San Lucas)



Legados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí; y a los malhechores, uno a la derecha y el otro a la izquierda. Jesús decía: "Padre perdónales, porque no saben lo que hacen." Después se repartieron sus vestiduras y las echaron a suertes. El pueblo estaba allí mirando.

Los jefes mismos se burlaban diciendo: " A otros salvo; ¡que se salve a sí mismo, si es el Cristo de Dios, el elegido!" También los soldados le escarnecían; acercándose a Él para darle vinagre. Decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo."
(San Lucas)



Había también una inscripción sobre Él en letras griegas, latinas y hebreas: "Este es el rey de los judíos."



Uno de los malhechores crucificados le insultaba diciendo: "¿No eres tú el Cristo? Pues sálvate a ti mismo y a nosotros." Pero el otro intervino para reprenderle, diciendo: "¿Ni siquiera temes a Dios tu que estas en el mismo suplicio?" Lo nuestro es justo, recibimos lo merecido por nuestros actos pero este no ha hecho nada malo." Y añadió: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a tu reino." Él le dijo: "En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso."
San Lucas)



Estaban de pie, junto a la cruz de Jesús, su madre, la hermana de su madre Maria de Cleofás y Maria Magdalena.

Jesús viendo a su madre y junto a ella al discípulo que Él amaba, dice a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo"; luego dice al discípulo: "Ahí tienes a tu madre." Y desde aquel momento el discípulo la recibió consigo.



Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo se había acabado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: "Tengo sed." Había un vaso lleno de vinagre, y ellos, poniendo en un hisopo una esponja empapada en el vinagre, se la acercaron a la boca, Cuando Jesús tomo el vinagre, dijo: "Esta cumplido", e inclinando la cabeza, entrego el espíritu.
(San Juan)



Hacia las doce las tinieblas cubrieron toda la tierra hasta las tres de la tarde, eclipsando el sol; y el velo del Templo se rasgo por el medio. Jesús, lanzando entonces un gran grito, dijo: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu." Y dicho esto, expiro.



El centurión, viendo lo sucedido, dio gloria a Dios, diciendo: "Verdaderamente este hombre es justo." Y toda la gente que había acudido al espectáculo al ver lo sucedido, volvía golpeándose el pecho.

Todos sus amigos estaban a distancia, igual que las mujeres que habían seguido desde Galilea, presenciando todo esto.
(San Lucas)



Al llegar ya la tarde, como era la Parasceve, es decir, la víspera del sábado, vino José de Arimatea, insigne miembro del Sanedrín, que esperaba también el Reino de Dios, y se atrevió a ir a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús.

Pilato se admiro de que ya hubiese muerto y, llamando al centurión, le pregunto si había muerto ya.
(San Marcos)



Al saberlo por el centurión, dio el cadáver a José. Compro este una sabana, le bajo, le envolvio en ella y le puso en un sepulcro excavado en la roca y rodo una piedra a la puerta del sepulcro.

Maria Magdalena y Maria, la de José, se fijaron bien donde estaba sepultado.
(San Marcos)



Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, Maria Magdalena y la otra Maria, fueron a ver el sepulcro. De pronto hubo un gran terremoto: el Ángel del Señor bajo del cielo, se acerco, rodó la piedra del sepulcro y se sentó en ella.

Su aspecto era como la del relámpago y su vestido blanco como la nieve. Al verle los guardias, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos.

Pero el Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: "Vosotras no temáis; sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No esta aquí; ha resucitado, como dijo. Venid a ver el sitio donde yacía; y enseguida id a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. Ya os lo he dicho."

Ellas salieron a toda prisa del sepulcro y con temor y gran alegría corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En esto Jesús salió a su encuentro y les dijo: "Dios os guarde." Ellas se acercaron, le abrazaron y se postraron ante Él. Entonces Jesús les dijo: "No temáis, id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea y que allí me verán."
(San Mateo)











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