Sobre el origen de las procesiones


SOBRE EL ORIGEN DE LAS PROCESIONES

Autor: Antonio Bonet Salamanca



Ante la consecutiva utilización de términos impropios que se aplican a diversos rituales y manifestaciones del catolicismo popular y que se entroncan dentro de la propia liturgia, convendría clarificar algunos de los mismos para ser debidamente utilizados y evitar la paganización esterotipada de algunos, como desfiles,cortejos, etc., lejanos del auténtico significado que el Cristianismo incorporó en su momento

Resulta al menos controvertido,cifrar el inicio de determinados comportamientos o manifestaciones humanas, tando individual como colectivamente. Respecto al carácter procesional,que sin lugar a dudas realza el tono ritualista y testimonial de la Semana Santa, la problemática planteada se centra, en resolver el cuándo y el cómo surgió por primera vez.

Numerosas son las hipótesis formuladas, situando el origen de las procesiones en la Baja Edad Media, o retardándolas hasta el modernismo renovador introducido con la Contrarreforma, o bien hasta el pleno barroco.

Analizando históricamente las civilizaciones primitivas, aparece unfuerte deseo por manifestar todo tipo de sentimientos a través de un arte colectivo, como forma autorizada para divulgar un determinado mensaje que responda armónicamente a transmitir lo bueno como identificatgorio de lo bello y verdadero; este concepto establecidoya en las culturas paganas, será posteriormente retomado por el arte romano y paleocristiano, dando así cauce a la necesidad comunicativa del propio sentimiento religioso del hombre. Dios mismo ordenó a Josué la organización de las siete grandes procesiones alrededor de las murallas de Jericó. En el Nuevo Testamento, será Jesús, quien de forma procesional entre en Jerusalén un Domingo de Ramos, iniciando así el ciclo pasional desde el Monte de los Olivos hasta el Calvario, con gran concentración de multitudes.

La Iglesia hace suya esta tradición, y si bien en los primeros siglos del Cristianismo se restringió cualquier forma de manifestación pública, debido a las persecuciones contra los seguidores de Cristo, pronto resurge la admiración hacia tantos mártires a los que se rendía cristiano homenaje, iniciándose el traslado de reliquias de uno a otro lugar.

En principio las procesiones no se denominaron tales, sino "pompas", nombre griego que significa cortejo o comitiva, en el que intervenían danzantes, músicos, carrozas, etc., todo ello en honor a los dioses paganos, realzando el tono lúdico y festivo de dichos cortejos. En la liturgia del Sacramento bautismal se exigía al bautizado la renuncia previa a las "Pompas de Satanás".

Posteriormente la propia Iglesia fue depurando de reminiscencias paganas dichos actos, hasta adoptar un estilo "militarista". "Processio", es sinónimo de "marchar", o marcha en sentido militar. En el comienzo de la legión romana, siempre figuró la enseña respectiva, generalmente un águila imperial, sustituida en el Cristianismo por la Cruz como símbolo victorioso del Cristo vencedor de la muerte.

La vinculación del estamento militar a las cofradías penitenciales,es paralelo al mismo sentido procesional, incorporado en las interminables hileras de nazarenos que van cubriendo el itinerario procesional. Este "militarismo", se irá cristianizando a lo largo de la peregrinación individual y colectiva dentro de la Cofradía hasta transformarse en una especie de "milicia espiritual".

Destacable es el orden y la uniformidad adoptadas en numerosas Hermandades para constituir un bello "desfile procesional".

La tradición cristiana a través del tiempo, promovó el carácter comunitario intrínseco a las procesiones, impulsando la fraternidad entre sus miembros, entre quienes, el rezo, el canto y la pergrinación conjunta superan las barreras individuales o sociales hasta conseguir la igualdad humana, y la condición de Hijos de un mismo Padre.

La luz, cvomo elemento clarificados, será otro componente dentro de la procesión: "Brille vuestra luz delante de los hombres", (San Juan). El tono ejemplarizante es igualmente intrínseco a esta peregrinación compartida y en continuo cami nar hacia la Luz que no cesa.
Por todo lo anterior, y a pesar de las modificaciones introducidas en períodos recientes, el sentido procesional responde al carácter tradicional manifiesto en la propia colectividad humana hasta conseguir su auténtica significación en las incorporaciones introducidas por el Cristianismo.


Publicado en la revista Pasos de Semana Santa, número 9 (enero, febrero, marzo de 2000).



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