...Corría
el año 1.503. Ceriñola estaba situada en una eminencia del terreno, plantada
de viñas y ceñida por un barranco. Gonzalo Fernández de Córdoba mandó
preparar el terreno para obstaculizar la acción de los franceses, y se dispuso
para el combate, colocando en su derecha a la veterana infantería, mandada por
Pizarro, padre de Francisco el conquistador de Perú.
En
el centro colocó a los piqueros alemanes, y a la izquierda la caballería
pesada con Diego García de Paredes. La ligera la colocó delante para atraer a
los contrarios. Cuatro piezas de artillería dirigidas por Pedro Navarro las
emplazó tras un parapeto levantado expresamente.
Pronto
iniciaron los franceses el combate, atacando Nemours por su derecha. La carga de
caballería fue rechazada por la artillería, pero no pudo evitar que al
realizar
el fuego se incendiase el polvorín.
Este
suceso, que consternó a los españoles, lo aprovechó Gonzalo para gritarles
con entusiasmo: ¡Ánimo, compañeros, esas son las luminarias de la victoria!
Observado
el incendio por Nemours, se lanzó nuevamente al ataque, siendo nuevamente
rechazada su caballería. Entonces el francés decidió atacar de flanco, pero
los arcabuceros españoles actuaron con tal precisión, que incluso le costó la
vida a Nemours, que falleció en el intento.
Es
nombrado para el mando francés el suizo Chandieu, que atacando por el centro no
pudo abrirse paso entre las picas alemanas, siendo sus flancos machacados por
los arcabuceros españoles. También Chandieu muere en el combate, lo que obliga
a su tropa a retirarse. El Gran Capitán, comprendiendo le ha llegado el momento
de completar la victoria, sale con todo su ejército de las trincheras, y en un
ataque general arrolla cuando encuentra a su paso.
Inmediatamente
conseguida la victoria, Gonzalo se dirigió a Nápoles, cuya ciudad le abrió
las puertas una vez que el Gran Capitán se había apoderado de los fuertes que
la protegían.
Después de la batalla de Ceriñola, en abril de 1.503, el Papa Alejandro VI, viendo que los franceses se hallaban en mala situación, inició negociaciones con los españoles, dispuesto a preparar una expedición hispano-pontificia que recorriera la Italia del norte y del centro. Aunque las negociaciones llegaron a buen término, no ocurrió lo mismo con la expedición, que hubo de suspenderse ante la repentina muerte del Papa, en agosto de 1.503.
Enrique
de la Vega. Sucesos militares durante
los reinados delos Reyes Católicos hasta
Isabel II