Diego García de Paredes
La ciudad de Trujillo ha tenido a lo largo de su historia famosos hijos, uno de ellos fue Diego García de Paredes, nacido en 1466, activo militar en el ejército de Carlos V, conocido por el sobrenombre de "Sansón extremeño", prototipo del valor, de la fuerza y de la gloria militar.
Se dice que de su padre, el Capitán Sancho Delgadillo de Paredes, heredó su extraordinaria fuerza física y vigor, y de su madre, doña Juana de Torres, su carácter y valentía.
Cuando murió su madre, se alistó bajo las banderas de España y marchó al reino de Nápoles. Destacado soldado en las campañas de Granada y, sobre todo, en Nápoles, al servicio del papa Alejandro VI y después del Gran Capitán, don Gonzalo Fernández de Córdoba. En Italia luchó contra los franceses, y allí lo llamaron "Sansón español", siendo el prototipo de fortaleza y valentía. Famosas son sus leyendas: "arrancó una noche la reja que le molestaba mientras hablaba con una dama, y para no ensuciar su nombre, arrancó todas las demás rejas de la calle". Cuentan también que llevo a su madre la pila de agua bendita, de la Iglesia de Santa María, para que se santiguase siendo necesarios seis hombres para devolverla a su sitio. |
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Después de multitud de batallas, conocido por todo el Mediterráneo y después de desilusiones por la ingratitud real y las muertes de sus seres queridos, vuelve a Trujillo donde se casa con María de Sotomayor, pero el matrimonio resulta un fracaso, García de Paredes termina sus días en Bolonia en donde murió a consecuencia de una caída de caballo. Su hijo mayor legítimo, Sancho de Paredes, ordenó que los restos mortales de su padre se trasladasen al sepulcro de su familia en Santa María la Mayor de Trujillo, en donde reposan desde el año 1545, quince años después de su fallecimiento.
Su hijo menor, también llamado Diego García de Paredes, participaría años mas tarde en la Conquista, fundando la ciudad de Trujillo en Venezuela.
Esta figura heroica no necesita de la exageración para ser admirado como personaje de renombre universal. En su sepulcro de Santa María tiene un largo epitafio en latín, grabado en letras capitales, cuya traducción es la siguiente:
"A Diego García de Paredes, noble español, coronel de los ejércitos del emperador Carlos V, el cual desde su primera edad se ejercitó siempre honesto en la milicia y en los campamentos con gran reputación e integridad; no se reconoció segundo en fortaleza, grandeza de ánimo ni en hechos gloriosos; venció muchas veces a sus enemigos en singular batalla y jamás él lo fue de ninguno, no encontró igual y vivió siempre del mismo tenor como esforzado y excelente capitán. Murió este varón, religiosísimo y cristianísimo, al volver lleno de gloria de la guerra contra los turcos en Bolonia, el día 13 de las calendas de febrero, a los sesenta y cuatro años de edad. Esteban Gabriel, Cardenal Baronio, puso este laude piadosamente dedicado al meritísimo amigo el año 1533, y sus huesos los extrajo el Padre Ramírez de Mesa, de orden del señor Sancho de Paredes, hijo del dicho Diego García, en día 3 de las calendas de octubre, y los colocó fielmente en este lugar en 1545".
«Capitanes como García de Paredes cimentaron la fama del soldado español. De los muros de Cefalonia a las portreras escaramuzas de la conquista de Nápoles, sus hechos se contaron por triunfos. Solo a sus méritos se debe el haber sido inclído por Pérez del Pulgar entre los claros varones de Castilla.»
Antonio L. Martín Gómez. "El Gran Capitán. Las campañas del Duque de Terranova y Santángelo"